Correo
138 años de El Llanquihue
Muchas felicidades para todo el personal del Diario El Llanquihue en sus 138 años de fructífera existencia, pieza fundamental para el desarrollo económico, educacional y cultural de nuestra región y del país.
Alfredo Raddatz
Órdenes de entrada y registro
Muchas veces las personas hablan de inacción policial, pero no saben la problemática que enfrentan detectives y carabineros en el día a día. Quizás el mejor ejemplo de ello sea la detención del delincuente, múltiple homicida, apodado el "Lucho Plátano".
Los detectives lo buscaban, pero pese a tener una orden de aprehensión en su contra, y sabedores del presunto lugar donde se encontraría, debieron recurrir a un fiscal, y que éste a la vez requiriese de un juez de garantía una orden de entrada y registro. Quizás el sistema penal vigente debiera modernizarse y adecuarse a estos tiempos.
En ocasiones, la tardanza en obtener una orden de detención o una orden de entrada y registro puede frustrar un proceso investigativo que a veces o generalmente es de larga data. ¿Qué hubiese pasado si el "Lucho Plátano" no es detenido? La crítica iría hacia la policía y no al sistema penal.
Y contrario a esto, ¿qué hubiese pasado si los detectives hacen ingreso al lugar donde estaba el citado delincuente? Hoy la justicia toda estaría enjuiciando a los efectivos policiales, y éstos, por un accionar que para la mayoría hubiese sido positivo, estarían con sus cargos pendiendo de un hilo.
Quizás una orden de aprehensión o detención debiera ser como el sistema penal antiguo, indicando un domicilio, pero a la vez dando posibilidades que otros domicilios pudiesen ser registrados, ya que el objetivo último es la detención de un delincuente. La obtención de justicia, anhelo esperado por muchos chilenos, por el sistema penal garantista se ve lejano.
Alberto Contreras Silva
Errores del Gobierno
A los muchos errores no forzados del Gobierno y el poco manejo político que ha tenido desde el llamado "segundo piso de La Moneda", con asesores que van y vienen, en el mes de enero se sumaron más problemas para los ministros del Presidente Gabriel Boric. Su amigo y aliado, ahora ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, estuvo nuevamente en la palestra por la ya rechazada acusación constitucional interpuesta en su contra.
Ante eso, uno se pregunta ¿cuántos ministros llegarán bien a marzo, mes que los chilenos marcan el inicio laboral y estudiantil luego de los meses de vacaciones? Un ministerio que es de suma importancia, con mucha visibilidad para la administración de turno y que le puede ayudar a subir en la aprobación ciudadana es precisamente el Ministerio de Desarrollo Social.
Pero vemos que al parecer sus autoridades no están a la altura de la gente que necesita políticas sociales y transferencias directas a los hogares o que están en la vulnerabilidad social: familias que no están llegando con sus sueldos a fin de mes y que en algunas comunas se volvió al otrora "por favor… me fía".
Posteriormente a este hecho, donde se logró zafar de una acusación constitucional, estuvieron dos ministerios en la caldera política, una, su ministra de Justicia con los indultos y su salida y, por último, el hecho más grave de aquella semana fue la filtración de un audio de la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, y un impase diplomático con el embajador argentino, justo en el momento en que Chile participaba de la cumbre Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en el país trasandino.
Chile necesita que los ministerios estén preocupados de las urgencias del país, especialmente porque el discurso de este Gobierno era estar en terreno y enfocado en las necesidades del pueblo. No obstante, por ahora el pueblo escucha y se desvanece lentamente en un sistema que nuevamente no está resolviendo sus necesidades. En síntesis, ese discurso se va derrumbando de a poco y se expresa en la ambivalencia de nuestra sociedad carente de líderes que ayuden nuevamente a tener confianza en las instituciones y sobre todo en nuestra clase política.
Hugo Covarrubias Vaenzuela, académico de la Universidad Central
Mensajes políticos
Recientemente, en una cueva cerca de Madrid los científicos demostraron que los neandertales tenían capacidad simbólica. Eso ya se había descubierto en Chile, pues grupos de neandertales atiborraban sus enormes cuevas con inscripciones en lenguaje simbólico: "NO + AFP" , "NO + CAE", etc.
Por su parte, otros grupos de la misma especie , pero del período tardío, en un "avance civilizatorio", transmitían oralmente de generación en generación su lenguaje simbólico: "NO + Indultos".
José Luis Hernández
Reglas del juego claras
Las concepciones de sociedad y modelos económicos son temas que pueden discutirse en espacios abiertos a diferentes visiones, cada una de ellas en base a experiencias históricas o a una seria labor investigativa.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) suscritos por Chile en 2015 -como parte de la Agenda 2030- establecen una serie de parámetros de conducta para avanzar armónicamente con el medio ambiente y el entorno en general, pero también trabajando para el tan necesario crecimiento económico. Quienes hoy ejercen el liderazgo en sus respectivos sectores, son responsables de aunar ambas miradas y lograr que esos dos enfoques vayan de la mano como estrategias complementarias y no excluyentes, ya que al ser tan ambiciosas y visionarias, requieren de la participación de todos los sectores de la sociedad y del Estado para su implementación.
Para avanzar hacia una sociedad desarrollada y sustentable, se requiere que nuestras autoridades lideren un proceso de trabajo colaborativo para definir cuál será ese futuro que permitirá orientar nuestros esfuerzos para lograrlo. Definir reglas del juego claras y consensuadas por una gran mayoría de personas que deseamos vivir en paz y con oportunidades de trabajo, es sólo una parte para avanzar en este proceso.
Ese deseado objetivo país pasa a ser una meta tan importante que puede sumar voluntades individuales y colectivas. Lograrlo no sólo es parte de un trabajo conjunto de Estado, empresas, academia y la sociedad, sino que pasa a ser el norte orientador y motivador que permitirá a las instituciones dirigir sus esfuerzos para avanzar hacia ese futuro mejor que, por ahora, se ve poco claro.
Una visión de futuro compartida permitirá avanzar eficientemente hacia el desarrollo de Chile, poniendo a las personas en el centro.
Sandra Alcina y Carlos Barroso, académicos de Universidad Autónoma