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Inglés y turismo
El verano y las vacaciones ya se encuentran aquí y con ellos, se retoma la llegada de visitantes extranjeros a nuestro país, una constante -sólo interrumpida por la pandemia y sus consecuencias- que vuelve en todo su esplendor. Estos veraneantes revisten una importancia especial, dado los últimos y preocupantes resultados de Chile en el EPI 2022, que mide el nivel de inglés en más de 100 países.
En lo que se refiere al norte, este tuvo los niveles más bajos de la nación. Todas las regiones marcaron bajo los 500 puntos, siendo Atacama la más baja con unos preocupantes 443 puntos, sobre todo cuando el promedio nacional es de 524 puntos.
En el sur, si bien la situación no es igual de preocupante, siempre hay lugar para mejorar, ya que igualmente se encuentra bajo el promedio nacional. Las regiones de Los Ríos y Los Lagos obtuvieron 519 y 521 puntos, respectivamente, mientras que Magallanes apenas pudo superar los 500 puntos.
Teniendo maravillas como el Desierto, San Pedro de Atacama, el Valle del Elqui y muchísimas más, así como toda la zona lacustre en el sur e incontables lugares con parajes hermosos que cuentan con un constante flujo de visitantes extranjeros, es necesario aprovechar su presencia. Tanto en lo económico como para levantar los niveles de inglés, hoy es increíblemente necesario.
Incluso ese idioma ha dejado de ser una ventaja competitiva y ha pasado a ser un requisito. El atributo diferenciador está en dominar un tercer o cuarto idioma.
Sergio Canal, gerente general de EF Education First Chile
Valoración de la democracia
Recientemente hemos visto como tras un largo desgaste de sus instituciones, el Estado democrático de Derecho se rompe en Perú. Sea cual sea el color político o la forma del quiebre, estas son siempre oscuras noticias para Latinoamérica.
La democracia como concepto político no siempre se ha entendido de la misma forma. Desde su origen griego, cuando los partícipes en ella eran sólo unos pocos hombres con cierto estatus, excluyéndose mujeres, esclavos y otras personas sin riquezas, hasta nuestros días, en que significa algo muy distinto, en el que el quién y el cómo se toman las decisiones democráticas apunta al pueblo en procedimientos con voto universal, con ampliación de la participación ciudadana y donde la protección de los derechos fundamentales se ha convertido en la sustancia de las democracias.
Así, la democracia se ha convertido, más allá de un procedimiento, en un principio. Se trata de una aspiración jurídica y política para la regulación de la convivencia en sociedades complejas y, por tanto, de un consenso social. Una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) da cuenta que pese a la desconfianza en las instituciones, en Chile aún un 61% de personas cree que este sistema es preferible a cualquier otra forma de gobierno, aunque un 53% estima que la democracia chilena funciona de manera sólo regular (Estudio Nacional de Opinión Pública, agosto 2022).
Sin embargo, hay que agregar que la democracia no es un principio o una forma teórica de gobierno, sino que es también un proceso social y político, que se perfecciona y profundiza en tanto se le atribuya un valor central en el espacio público. Por ello, la valoración que le dé la sociedad es clave.
Distintas actitudes pueden ir socavándola, desde quitarle valor o cuestionar la elección democrática en la configuración de órganos generadores de consensos políticos, hasta la valoración de la fuerza por sobre el diálogo. La democracia como principio debe ser valorada en la esfera pública. Como mecanismo institucional puede y debe ser profundizada, para evitar caer en la deriva de la deslegitimación de las instituciones y procesos democráticos.
Priscilla Brevis, académica de la Universidad de Las Américas
Monumento a Baquedano
Joaquín Fermandois, en una columna titulada "El fin de Baquedano", publicada el 10 de enero en El Mercurio de Santiago, en relación con el retiro de la estatua erigida en homenaje al general Manuel Baquedano, dice: "Sabemos que se quiere eliminar de nuestra existencia todo lo relacionado con la historia militar y bélica. El desplazamiento del monumento al general Baquedano se dirige contra una amplia franja de la historia de Chile. Malo está que las cosas se arrojen por la borda del olvido; más malo que se quiera crear un vacío estalinista en torno a un pasado reverenciado por tantos chilenos. ¿No perciben que se va creando una dinámica de sociedad sin memoria? A un país no se le borran, se le agregan nuevas experiencias".
Cabría citar a Milan Kundera: "Para liquidar a las naciones lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces, la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido" (en "El libro de la risa y el olvido").
Los comunistas desearon crear un mundo sin memoria, borrando lo que había sucedido antes que ellos. Quisieron crear países donde mandara el olvido; como fue el caso de Checoeslovaquia, donde la Unión Soviética pretendió implantar, desde 1969, el gobierno del olvido.
Por ello el gobierno títere de Praga comenzó por derribar la historia. Lo hizo expulsando de las universidades a 140 historiadores, lo que resultó una masacre para su cultura. Lo antedicho nos hace recordar la "hoja en blanco" de la Convención Constitucional.
Adolfo Paúl Latorre
Población china
Nuevos datos muestran la primera caída de la población china desde la década de 1960.
Se proyecta que en los próximos años dicha tendencia se mantendrá, lo que contribuirá a la reducción de la población económicamente activa vivida en la última década, que sumado al aumento de los jubilados, podría poner en crisis las arcas fiscales tan pronto como 2035.
Este paradigma podría ser la gran piedra de tope para los objetivos de la cúpula del Partido Comunista Chino, que aspiran a transformar al país en uno desarrollado antes de 2049, para la celebración del centenario de la república popular.
La difícil situación demográfica se suma a la incertidumbre que vive el sector tecnológico e inmobiliario desde 2020.
En consecuencia, resulta pertinente preguntarnos por los riesgos de seguir una política de desarrollo tan ligada a China. En definitiva, la China de los 2020 no es la misma que la de los 2000.
¿Debería Chile seguir apostando en el mercado chino? ¿Es acaso posible remplazar al gigante asiático?
Juan Pablo Sims, académico de la Universidad del Desarrollo