Correo
Política y corrupción
Siempre comienzan a fin de año las despedidas. Unos que se van del curso, del colegio, pasaron de grado, se licenciaron, se graduaron, del trabajo donde fueron protagonistas por años y se van con la tarea cumplida, a decir adiós a la jornada.
Pretendo analizar algunas despedidas, y es aquella en la que se ha entregado tanto, sin mirar horarios, días, meses, años que pasaron con la fugaz velocidad de las circunstancias y vicisitudes de cada corolario y destino. Quedan al intentar volver la vista atrás, "sólo estelas en la mar", como voceó alguna vez un poeta, recordándonos, ademas, "que no hay caminos, los que se hacen al andar".
Un pueblo que debiera ser agradecido de los tiempos que se viven de cómo creció la empresa, de cuántas personas recibieron el fruto del trabajo, a la hora de la despedida no se condice con la dignidad, solidaridad y respeto que un ser humano se merece, aunque estemos llenos de tratados y convenciones, en las que el acento principal son los derechos humanos. Es triste en Chile encontrarnos en las calles con los seres mas importantes y brillantes de nuestra sociedad, que hoy hacen piruetas en la cuerda floja para sobrevivir con la miserable pensión que debió ser una jubilación.
Mientras, la politiquería sigue embaucada en sus burbujas, oliéndose el ombligo sin parpadear un poquito de vergüenza. Despedirse hoy de la poca decencia en que vivimos es ingresar a la triste realidad obscena de la pobreza y la orfandad. La politiquería de Chile debiera de una buena vez ponerse colorada e imitar un ápice a Perú, con cuatro Presidentes presos, uno prófugo y uno que se suicidó para no ir a la cárcel. En tanto, los defraudadores de las instituciones armadas, los evasores millonarios en contra del impuesto y erario fiscal, los raspadores de la olla, hoy viven en cárceles especiales, toman clases de ética o están reelectos en el Parlamento, donde alzan la voz cual blancas palomas que comen trigo en las plazas de las manos de un viejo solitario y olvidado.
Qué bien redactada la editorial de El Llanquihue ("La política como espectáculo", publicada en la edición del miércoles pasado), gente que no se conoce en las comunas, ciudades, provincias y regiones que dicen representar y que al contrario de lo que piensa el pueblo, están a punto de redactar una nueva Constitución entre cuatro paredes, entre gallos y media noche, entre peras y bigotes y con una desfachatez digna de enviarlos definitivamente a un tribunal de Perú y desde ahí derechito a una cárcel común a pagar sus culpas y delitos que con flagrancia cometen a diario en contra de la ciudadanía.
Despedida para siempre a la corrupción y la tolerancia que tanto daño nos han hecho estos tránsfugas hijos de la Universidad de Alí Baba.
Eduardo Nievas Muñoz
Batalla política y cultural
¿Por qué las izquierdas ganan las elecciones en Latinoamérica? En el siglo XIX se prepararon para tomar el poder, con las internacionales socialistas. En el siglo XX tomaron el poder, principalmente con el intervencionismo estatista en la economía ("la estructura", dijo Marx) y la educación.
En el siglo XXI, desde el poder que conquistaron, están cambiando todo aquello que Marx llamó "la superestructura": moral, matrimonio y familia, cultura, derecho, religión. Por eso, la batalla para derrotar a la izquierda primero debe ser política (erradicar las "leyes malas" socialistas), después viene lo cultural.
Lionel Álvarez Westermayer
"Niñez violentada"
El video de dos niños portando cuchillos para defender el puesto de su madre en el comercio ambulante pone en evidencia la crisis en la niñez que se ha agravado por la precariedad acentuada tras la pandemia. A pesar de que la Convención sobre los Derechos de la Niñez (Unicef) y la Ley 21.430 sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia especifican que NNA (niños, niñas y adolescentes) son sujetos de derecho, aún no podemos avanzar en asegurar entornos que les entreguen las bases de una calidad de vida que merecen por derecho.
Esto no debe sorprendernos, pues tal como muestra un estudio de Unicef, en nuestro país un 47% de los padres o madres consideran al menos una práctica violenta como método efectivo de educación. Además, muestra que el 61,5% de los cuidadores encuestados que consideran efectivas las prácticas violentas en la crianza, recibieron castigos durante su infancia. En educación la situación no mejora, la Superintendencia de Educación muestra que las denuncias por maltrato físico y psicológico aumentaron en un 60% en 2022 respecto de 2019.
Debemos tomar los datos para incursionar en varias reflexiones. Se han ejecutado múltiples reformas a favor de la niñez. Se están discutiendo planes remediales en el ámbito de la educación, sí, pero necesitamos ahondar en temas igual de urgentes: violencia, salud mental, segregación urbana y la inducción a la delincuencia requieren de soluciones públicas que impidan que las consecuencias se propaguen de forma permanente en sus vidas.
Si no somos como sociedad capaces de desplegar un conjunto de medidas de urgencia contra la violencia y la vulneración bien articuladas, adecuadamente financiadas y que sean prioridad para todos los agentes públicos y privados, esta crisis que los datos muestran se convertirá en elemento permanente de nuestro paisaje.
Arturo Celedón, director de la Fundación Colunga
Mitos del hidrógeno verde
Recientemente hemos detectado en redes sociales algunas críticas por prejuicios sobre el futuro del hidrógeno verde. Algunos comentarios señalan que "no sería ni competitivo ni sustentable", que estaríamos frente a nuevas zonas de sacrificio para beneficio de unos pocos, o que no se ha difundido los reales impactos. Otros indican que hay muchas incertidumbres, que falta más ciencia y ciudadanía.
En eso estamos de acuerdo. Es fundamental la realización de actividades que permitan difundir, con la última evidencia científica disponible, qué significa la incorporación de este vector como parte de la matriz energética y el rol que ocupa y ocupará para la descarbonización de la economía, siendo una alternativa real a los combustibles fósiles. Vemos, con el desarrollo de estas actividades, que sigue teniendo "mala fama", que comparte el nombre con la bomba de hidrógeno -aunque tiene procesos distintos- o se le asocia a zepelines ardiendo, o el accidente de Hinderburg en 1937, el cual no tiene nada que ver con este gas.
Entendemos el miedo a lo desconocido, como sucedió en el pasado ante energías como el gas natural o la electricidad, hoy es el hidrógeno. Por esto es fundamental la divulgación: nos unimos así al ¡más ciencia, más ciudadanía!
Dr. Lorenzo Reyes-Bozo, académico de la Universidad Autónoma de Chile