Correo
Prioridad a listas de espera
Las más recientes cifras sobre el sector salud en Chile preocupan: el primer semestre de este año, 1,7 millones de personas aguardaban por una hora con un especialista y otras 294.632 lo hacían por una cirugía, según un informe del Ministerio de Salud entregado al Congreso. Las demoras en atención se pueden extender hasta por 600 días, es decir, una persona puede estar casi dos años sin tratamiento a su enfermedad.
Dado este escenario, desde la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud instamos a que las autoridades sanitarias den solución a los problemas urgentes de los chilenos por sobre iniciativas como la reforma a la salud, proyecto que no sintoniza con las necesidades inmediatas de la población. Entregar atención a una mujer aquejada por un cáncer, dar visión a una persona con cataratas o distribuir dispositivos de órtesis a adultos mayores deben ser una prioridad.
En nuestro gremio estamos disponibles para asumir este desafío; los pacientes anhelan mejorar. Sin embargo, la pregunta es: ¿este gobierno podrá acortar las brechas si no se reúne con las pequeñas y medianas empresas proveedoras del sector salud?
Eduardo del Solar, director ejecutivo de la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud
Declaraciones de ministros
En adición a -o en lugar de- las justificaciones que casi a diario ofrece el Gobierno, a través de ministros y voceros políticos sobre su proceder, sugeriría a su grupo de asesores cercanos la preparación de un análisis de amplia difusión pública, acerca de las Fortalezas/Oportunidades/Debilidades/Amenazas (FODA) que está enfrentando en su hoja de ruta.
Parafraseando al Presidente Eisenhower, "el programa de un gobierno es sólo bueno hasta cuando se comienza a gobernar".
Gustavo Astorquiza
"Constitución histórica"
Desde los albores de la república, Chile logró construir una tradición constitucional que ha garantizado su estabilidad política.
La Constitución de 1833 que puso fin a un proceso de ensayos constitucionales nos acompaña, en su esencia, hasta el día de hoy. Sus redactores evitaron seguir guiándose por modelos europeos, ajenos a nuestra idiosincrasia.
Ellos advirtieron que existía una realidad social asentada en una "Constitución histórica chilena"; es decir, en un conjunto de costumbres e instituciones políticas, jurídicas y sociales determinadas por tres siglos de existencia de Chile como parte del Imperio Español. El texto de la Carta Fundamental de 1980 debidamente revisado, corregido y modificado por el Congreso -que como poder constituyente derivado tiene la facultad de introducirle las reformas que estime pertinentes- podría ser considerado como proyecto de nueva Constitución y sometido a un plebiscito nacional ratificatorio; una opción que, a todas luces, sería la más simple y razonable, pues no prolongaría la incertidumbre y las perniciosas consecuencias que acarrearía un eventual nuevo, innecesario e incierto proceso constituyente.
Sea como fuere, se opte por una u otra opción, en ambos casos deben evitarse delirios refundacionales y hacer prevalecer la "Constitución histórica", determinada por la realidad política de la nación chilena y los cinco siglos de existencia de Chile.
Adolfo Paúl Latorre
Aumento de la delincuencia
Para salvaguardar la tranquilidad, seguridad y la paz de un país, se necesitan mejores leyes, procesos y condena eficaz contra todo tipo los robos. La Biblia dice "Si un ladrón es sorprendido abriendo un boquete en un muro y lo hieren de muerte, no hay homicidio (Éxodo 22, 1). El ladrón está obligado a restituir la totalidad de lo robado (Éxodo 22, 2).
Las malversaciones de fondos públicos han afectado a Chile por años.
Ahora, diariamente nos informamos de inseguridad en las calles, poblaciones y salida de bancos, producto de los asaltos, portonazos y encerronas; robos de vehículos, maderas, cobre y otros; extorsiones y amenazas.
Una encuesta reveló que en el primer semestre de 2022, el 58,60 % de los locales comerciales fueron víctimas de algún delito. Además, sufrieron un 27% en daños materiales (destrozos, incendios, rayados, etc.); el hurto fue un 24,4% y el robo hormiga llegó al 21,3%.
El 62% de los encuestados dijo haber sufrido en más de una ocasión "robo con violencia". Al aumentar el temor al delito, la ciudadanía espera mayor seguridad y protección en el diario vivir.
Derico Cofré Catril
Tussi y ketamina
En los últimos días hemos visto la evolución del caso de la abogada encontrada fallecida en motel de Quintero, pero a la fecha no se ha entregado informe pericial concluyente.
Según una acompañante de la abogada, esa noche se les entregó "tussi en bolsas".
El tussi o cocaína rosada es una combinación de cocaína, anfetamina y ketamina, que podría provocar graves problemas de salud al estar combinadas, pues se potencian sus efectos y tampoco se conocen las concentraciones de cada componente.
Estas drogas actúan a nivel del sistema nervioso central y también cardiovascular, produciendo aumento de la presión arterial, alteración de estado mental, insomnio, desinhibición conductual, cambios de ánimo, ansiedad, alucinaciones, e incluso convulsiones.
Otras fuentes señalan que se le administró ketamina, fármaco utilizado en medicina veterinaria como anestésico general, que con el pasar de los minutos puede provocar efectos disociativos y psicodélicos, pues tiene efectos en neurotransmisores como la noradrenalina, dopamina y serotonina.
La interrupción de la percepción sensorial es la característica que le ha atribuido el ser reconocida como "droga de sumisión", puede dejar inconsciente al afectado, permitiendo a un agresor cometer actos como robo, ataques violentos e incluso del tipo sexual.
Por otro lado, la mezcla de esta droga con alcohol podría producir graves fallas en el sistema cardiovascular y renal. En dosis altas pueden aparecer síntomas como alucinaciones, euforia, vértigos, confusión, desorientación, amnesia retrógrada, paranoia, e incluso la muerte si se consumen sobre los 100 mg.
Las autoridades deberán seguir de cerca la circulación y consumo de este tipo de drogas, que cada vez se hacen más frecuente en la población joven.
Fernando Torres, académico de la Universidad Andrés Bello