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Taller literario en Calbuco
Todo lo que se pueda hacer por nuestros adultos mayores, bienvenido sea y enhorabuena. Por ello, destacar el Taller de Literatura que inicia este sábado la Biblioteca Pública Municipal de Calbuco.
Mirta Vera Hurimilla, encargada del establecimiento, me cuenta que el taller se realizará por tres sábados desde las 18:30 horas y será dirigido por la profesora jubilada Ana Soto Guerrero. Tiene la finalidad que los interesados puedan lograr al final del taller escribir sus propios cuentos o poesías.
Qué duda cabe que las expresiones literarias serán siempre una oportuna vía de escape donde plasmar los más lindos sentimientos, quizá guardados por mucho tiempo. En esta instancia podrán reencontrarse con esa veta que puede hoy emerger y ver la luz, iluminando el alma y el espíritu de tan maravilloso segmento etario de nuestra sociedad como nuestros adultos mayores, que cada vez que encuentran un espacio y escenario dan rienda suelta a su experiencia y vivencias, que no me cabe duda volcarán en este taller.
Felicitaciones a la biblioteca, a la guía y, por cierto, a los protagonistas.
Eduardo Nievas Muñoz
Delincuencia desbordada
A diario nos sorprendemos, nos angustiamos y nos intimidamos al conocer, por diversos medios, el enorme avance que ha tenido la delincuencia en nuestro pais, siendo ahora la primera prioridad de los chilenos, y todos conocemos también las enormes facilidades otorgadas para su desarrollo y crecimiento. A tal extremo han llegado que no es exageración alguna decir que ya es una verdadera industria del delito, con diversas lineas de producción.
Así tenemos por ejemplo: la línea blanca, encargada de la importación, envasado y distribución de sustancias que son nefastas para la salud humana, como son la cocaína y la marihuana; la línea automotriz, destinada a como dé lugar a la sustracción de automóviles de alta gama mediante asaltos diarios y en cualquier lugar, conocidos como portonazos y encerronas. Otra línea de producción de esta industria del delito es la de las comunicaciones, en que los teléfonos celulares son los más apetecidos y de fácil reducción.
Cuando se produjo el estallido social y que algunos prefieren llamar estallido delictual, recuerdo que la consigna más sobresaliente era: "¡Chile despertó!". ¿Despertó realmente?, ¡creo que no! Si hubiese sido así, habríamos visto venir esta enorme y peligrosa tragedia de la delincuencia, que nos tiene con el sueño cortado.
Lo único que nos falta es que esta industria del delito, aprovechándose de la enorme permisividad de la legislación chilena, que no posee ni la fuerza de la policía, ni la decisión de los gobernartes, forme asociaciones gremiales con derecho a protestas y huelgas, por no dejarlos trabajar tranquilos.
Alfredo Raddatz
18 de octubre
Las jornadas de octubre de 2019 propiciaron una gran discusión sobre las fragilidades de la economía y política chilena. Hasta entonces, diversos estudios provenientes de las ciencias sociales advertían una serie de tensiones precisas de atender institucionalmente. Estas aludían a la necesidad de implementar medidas de democratización que favorecieran la participación ciudadana en la toma de decisiones vinculantes, y redistribución económica, con especial atención hacia los sectores vulnerables, sin perjudicar la inversión y crecimiento macroeconómico.
El estallido que vivió el país se enmarca en un ciclo global de movilizaciones, similar a aquellas desarrolladas en 1968, 1989 y 2011. Una de las principales conclusiones es que tal tipo de escenarios hoy se reiteran con mayor frecuencia e intensidad, no obstante, existen diferentes lecturas para la explicación de los hechos.
Entre ellas destacan las que sostienen que dichos acontecimientos se explican por el incremento de la complejidad de las sociedades contemporáneas. Mundialmente integradas, estas son más proclives a la autocaotización, debido a las propiedades emergentes de las interacciones entre la creciente multiplicidad de partes que las componen. Ejemplo es la pandemia de Sars-COV2, que vino a replantear el dilema entre autonomía e integración local en las cadenas mundiales de valor.
Hoy la sociedad chilena enfrenta el desafío de escribir una nueva Carta Magna. La expectativa es suturar tejidos rotos y generar una adaptación institucional al Chile del pos-estallido y de la pos-pandemia. Sobre esto, se sugiere reflexionar en base a tres tensiones.
Primero, aquella dada entre la fragmentación y polarización política en el país. Segundo, a las fricciones entre élite/pueblo que dificultan la legitimidad institucional. Por último, a las propuestas de salidas materiales y pos-materiales a los momentos de crisis, a propósito del "rechazo popular" del pasado 4 de septiembre.
Tal resolución permitiría diseñar salidas a estas crisis.
Jorge Valdebenito, académico de la Universidad de Las Américas
Violencia y palabras
Poco se podrá recuperar el orden público únicamente con palabras de buena crianza.
Sergio Ramírez
Reforma tributaria
El proyecto de reforma tributaria de Marcel no tiene nada que envidiarle al de Arenas.
Adolfo Paúl Latorre
Argentina y sus mapas
Hace unos días se levantó una nueva polémica por los mapas argentinos en un programa de educación del Ministerio de Defensa del vecino país (sí, el Ministerio de Defensa, estimado lector), en donde el logo de la iniciativa es un mapa en el que se muestra parte del territorio chileno como argentino, incluyendo una extensa zona de la plataforma continental, Campos de hielo Sur y el Territorio Chileno Antártico.
El senador Francisco Chahuán (Renovación Nacional) pidió explicaciones al Gobierno.
La embajadora, sin embargo, se la pasó en un meeting peronista en la ciudad de Buenos Aires, sin hacer acuso de recibo.
El precedente jurídico que está estableciendo Argentina con este tipo de actos, frecuentes y recurrentes, es gravísimo, en donde la inactividad chilena sólo demuestra que nuestra política exterior no es de Estado, sino un juego de turno para una serie de cancilleres de las últimas décadas, de uno y otro lado, que sólo han estado en el importante puesto esperando alguna embajada o designación en el sistema internacional, sin pensar en Chile y sus altos destinos.
Guillermo Ramos