Ambulantes inician huelga de hambre y líquida en catedral
PUERTO MONTT. Dicen ser discriminados por las autoridades, producto del plan llamado recuperación de espacios públicos. Ayer se encadenaron en el templo.
Una huelga de hambre y líquida comenzaron ayer al mediodía en la catedral de Puerto Montt, integrantes del Sindicato de Fruteros Cuarta Colina, quienes dicen sentirse discriminados por medidas adoptadas por autoridades locales, en un plan que busca erradicar el comercio ilegal de las calles céntricas.
Se trata de aproximadamente 25 personas, entre hombres y mujeres, quienes antes del mediodía dieron inicio a la manifestación pacífica al interior del templo católico. Cinco de ellas se encadenaron a las bancas.
"Abogamos por un pronto encuentro de las autoridades con quienes están manifestándose al interior de la catedral, para que por la vía del diálogo, instancia en la que estamos disponibles a ayudar, puedan encontrar la mejor solución posible", dijo ayer el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Fernando Ramos.
Votos
Katherine Fuentes, presidenta del Sindicato de Fruteros Cuarta Colina del sector centro de Puerto Montt, dijo que han acudido a diferentes instancias, pero sin resultados. Alegó sentirse discriminados tanto por la delegada presidencial Giovanna Moreira, como por el alcalde Gervoy Paredes.
"Hemos tocado las puertas y las han cerrado al Sindicato de Fruteros. No nos quieren entregar el permiso verde y por ello tenemos interpuesta una demanda. Los carabineros nos hurtan nuestras cosas y no nos entregan una explicación del por qué las llevan. Somos el único sindicato de todo el centro de Puerto Montt que no lo tiene, por eso somos discriminados", resumió.
La dirigenta acusó que los otros sindicatos si tienen ese permiso, como los de la Carpa Blanca, calles Illapel y Pedro Montt y los del Camahueto. "Allí si hay permisos o cartas autorizadas entregadas por el municipio. Nosotros no nos prestamos para las campañas políticas, no sumamos, no somos votos para ellos", acusó.
Fuentes anunció que se mantendrán en la catedral puertomontina hasta conseguir una respuesta de las autoridades.
Argumentó que durante tres años han tramitando esos permisos y que con una abogada "logramos interponer una demanda para que no nos puedan desalojar de acá. Esa demanda aún está vigente".
El escrito al que hizo alusión la dirigenta fue rechazado por el Segundo Juzgado Civil de Puerto Montt, en fallo del 12 de agosto de este año.