Erwin Schnaidt
Su mirada y reflexiones sobre el momento de la economía global y local, expuso Andrés Pérez, economista jefe de Banco Itaú para Chile y Colombia, durante una reciente visita a Puerto Varas, donde sostuvo un encuentro con clientes del área comercial de esa entidad.
En la oportunidad, definió que en el plano externo "vemos que la economía mundial se sigue desacelerando, se han ido acentuando los riesgos hacia una recesión global". Ante ello, expuso que los bancos centrales "han empezado a actuar con más firmeza ante una inflación que ha sorprendido a todos, tanto en su intensidad, como en su persistencia".
El día de su visita (jueves), el dólar estaba transándose en $880 en el país, situación que "refleja distintos factores. Por un lado, está el hecho que el cobre se ha ido estabilizando en torno a US$3,50 la libra, a pesar de los riesgos de recesión global. Por otro lado, derivado del dato de inflación, ha aumentado la probabilidad de que el Banco Central tenga que seguir subiendo su tasa de política monetaria, por encima del nivel actual".
En un escenario macroeconómico para 2023, dijo vislumbrar "una contracción de la actividad de un 1% y que la inflación va a seguir alta, desde una perspectiva histórica, pero cayendo, especialmente durante el segundo semestre, alcanzando niveles a fines del próximo año en torno al 5%".
-¿Observa que este escenario impactará en los negocios de la región, cuya economía se basa en la producción de alimentos?
-Hemos observado los datos agregados y comparándolos con la dinámica de la actividad nacional como regional, hay importantes diferencias. Uno ve que la dinámica de consumo privado ha seguido una dinámica muy similar al patrón de toda la economía, en el que se alcanzó un peak hacia fines del año pasado y principios de este. Después, ha seguido paulatinamente cayendo. Lo que llama la atención -y no tengo una respuesta del todo concreta- es que la tasa de desempleo de la región (4,7%) es bastante más baja que el promedio nacional (7,9%). Eso se explicaría, en parte, a una tasa de participación laboral que está bien por debajo de los niveles prepandemia.
También vengo a aprender de esa realidad, toda vez que la fortaleza del mercado laboral es la principal fuente de ingresos de los hogares y por ende, va a determinar los patrones de crecimiento de la zona durante el próximo año.
-A nivel de su relación comercial con clientes, ¿qué están observando en la zona?
-Hay muchas empresas que están en planes de elaboración de sus presupuestos para el próximo año. Uno acá viene a compartir visiones, responder inquietudes que puedan tener y ayudarles a planificar el próximo año. Todo esto, en un contexto particularmente revuelto.
-¿Cree usted que el resultado del plebiscito mejoró el nivel de confianza, disipó la incertidumbre y mejoró las expectativas para la inversión?
-La inversión privada hace tiempo que viene dando señales de una debilidad y contracción para el próximo año. Eso se debe a que hay abiertos muchos frentes. Dentro de ellos está la discusión sobre la Carta Magna y aspectos relacionados a la reforma tributaria, reforma laboral ... Hay varios aspectos en debate que hacen más difícil calcular el retorno esperado de la inversión. En la medida que se vayan disipando estas fuentes de incertidumbre, los inversionistas van a poder calcular mejor el retorno esperado y así poder avanzar o no avanzar. Uno ve que la cartera de la inversión privada se ha ajustado, principalmente, hacia el sector minero.
-¿Qué visión económica tiene de la región?
-Yo diría que la región está bien preparada para enfrentar un escenario macro más desafiante el próximo año. Si bien la demanda externa debiese ser menor que la de este año, igual va a seguir siendo un impulso relevante para la economía. Y, lo más probable, es que el turismo local sea más preponderante y pueda surgir con más fuerza.
- ¿Tiene algún impacto en los negocios del banco en la región, el hecho que el Banco Central haya elevado su tasa de política monetaria a un 10,75%?
-El Banco Central ha aumentado la tasa para asegurar que la inflación converja en el horizonte de proyección, que son dos años plazo. Creo que a la economía en su conjunto nos conviene, para poder crecer de manera sostenida, un escenario de estabilidad de precios. En ese sentido, el Banco Central está firmemente comprometido a su mandato.
Las decisiones del Banco Central, relacionadas al costo del crédito a través de ajustes en la tasa de la política monetaria, uno de los canales a través del cual opera es hacer más costoso el crédito y por ello afectar la demanda. Eso ya se está observando en la dinámica de las colocaciones agregadas en el sistema, tanto en los créditos hipotecarios, comerciales y de consumo.
-¿Esto puede llegar a significar que el banco pueda ver reducida la cantidad de sus clientes?
-Habitualmente, en el ciclo económico cuando se prevé una contracción de la actividad, por lo general el crédito también se contrae. Una gran diferencia durante la crisis del covid fue justamente derivada de los instrumentos relacionados al Fogape, ante lo que el crédito tuvo un comportamiento contracíclico.
-Sin beneficios otorgados durante la pandemia, como el IFE Universal y el retiro de los 10% de los fondos de pensiones, ¿dónde está recurriendo el consumidor para obtener mayor liquidez?
-Uno de los factores que contribuyó al dinamismo del consumo privado durante los últimos semestres fue el uso de los recursos que se acumularon por parte de los hogares en el contexto de la pandemia, ya sea por los retiros de los ahorros previsionales o puede ser también por las transferencias fiscales que se realizaron en una magnitud sin precedentes. Esos recursos se han ido agotando paulatinamente; de hecho, ya han alcanzado los niveles que uno habría estimado para la tendencia prepandemia. También hemos visto que los hogares están recurriendo con mayor fuerza al crédito, a pesar de las mayores tasas de interés que hay agregadas en el sistema.
El mercado laboral en Chile sigue relativamente fuerte; los niveles de ocupados se han recuperado respecto a los niveles prepandemia, el número de desocupados también. Entonces, creo que ahí hay una fuente de ingresos más permanente, que permite que los hogares puedan continuar con sus vidas.