Correo
Constitución de 1980
El plebiscito constitucional de 1980 se protagonizó el jueves 11 de septiembre de 1980, a siete años del golpe militar que le costó la vida al Presidente Salvador Allende Gossen, tiempo también en que se estaban dando los primeros roces al interior de la Junta de Gobierno, especialmente del comandante en jefe de la Fuerza Aérea. Sin existir partidos politicos (todos proscritos), sin Congreso, sin registro electoral, participaron 6.271.868 ciudadanos, de los cuales por el Sí votaron 4.204.879, significando un 67,04%; y por el NO, 1.893.420, con un 30,19%.
La Consitución que reemplazaría a la de 1925 entró en vigencia el 11 de marzo de 1981, la que permitió que Pinochet asumiera como Presidente, cargo que duró hasta el 11 de marzo de 1990, en que el regimen fue derrotado el histórico 5 de octubre de 1988, lo que permitió llamar a elecciones democráticas.
Hoy, con el llamado del pueblo el 18 de octubre de 2019, nos dimos el derecho a lograr y escribir una nueva Constitución. En el plebiscito de entrada el pueblo le negó a los partidos políticos participar rechazando abrumadoramente una Convención Mixta, eligiendo 155 constituyentes. Hoy los mismos sectores, con características de patéticos chistes, pretenden rechazar o aprobar para ellos hacer una nueva propuesta democrática.
¿Acaso no es democracia los resultados pos?¿Acaso no es democracia los 155 redactores ser elegidos por sufragio popular? Impresentable. No quiero adelantarme, pero están pidiendo por sus ambiciones todos los sectores un nuevo estallido que les refresque la memoria, y sepan de una vez que hace 40 años paulatinamente han ido perdiendo la credibilidad y confianza pública. Esto no da para más.
En 1980 no hubo información y en 2022, esta se niega con acusaciones y voladores de luces que informar y repartir el borrador es sólo abrirle los ojos al pueblo, lo que a un sector no le acomoda ni ayer ni hoy, pues seguirán negando un nuevo Chile.
Eduardo Nievas Muñoz
"Chile vota informado"
A estas alturas, la campaña "Chile vota informado" del Gobierno se encamina a ser un rotundo fracaso. Lo anterior no sólo porque se han esforzado desmedidamente en "desmentir" supuestos fake news del Rechazo -que han quedado en evidencia con el acuerdo firmado por el oficialismo la semana recién pasada, que no son tal-, sino que, además, no han informado lo más relevante: que las próximas elecciones son obligatorias, que la no asistencia conllevará multas de hasta 3 UTM y que hay nuevos locales y mesas de votación para los votantes, arriesgando considerablemente la participación en este proceso tan importante para el futuro de nuestro país.
Así, gracias al Gobierno, no sólo podríamos llegar el 4 de septiembre con un Chile votando poco informado, sino que quizás con un Chile "ni siquiera votando".
Marcelo González C.
Debates y plebiscito
En el derecho romano, "Plebiscitum est, quod plebs iubet atque constituit", plebiscito es lo que la plebe ordena y dispone, elaborado por los plebeyos y con fuerza vinculante limitada. Un alto grado de sofisticación jurídica de los romanos para permitir que el pueblo llano participara en la vida civil (287 A.C.).
¿Está Chile realmente maduro en 2022 para asumir los resultados del plebiscito constitucional? ¿Seremos los chilenos capaces de debatir sin caer en crueles y divisibles confrontaciones, donde el efecto más importante se percibirá en nuestros hogares?
Enfrentados a estos desafíos y responsabilidades es imperativo que nos informemos sobre los méritos y deméritos de lo que se propone en este referendum nacional. Cualquier acto humano que se realiza con temor difícilmente puede ser un acto inteligente . No obstante, debemos pensar que el libre debate está garantizado a medida que nos acercamos a la votación, donde el secreto del voto es inviolable.
Como cristiano, me parece importante destacar que Jesucristo continúa siendo el ejemplo más valedero de como participar en un debate donde hay desacuerdos significativos. Pero Él no sólo se quedó alli, fue más lejos: entregó su vida por los que también estuvieron en su contra.
Cualquiera sea el resultado del plebiscito, digamos que hemos tomado nuestra mejor decisión por el amor a nuestra patria y la búsqueda del bien común.
Gustavo M. Astorquiza
Derechos sociales
Mientras más nos acercamos al 4 de septiembre veo con preocupación como los argumentos para votar Apruebo se encierran en una lista de derechos sociales que el Estado deberá garantizar (lo que de ninguna manera significa que realizará eficaz ni eficientemente).
Sólo algunos que se me vienen primero a la cabeza: Artículo 50, derecho a cuidar, ser cuidado y cuidarse; Artículo 56, derecho a la alimentación adecuada; Artículo 59, derecho a un mínimo vital de energía asequible; Artículo 61, derecho al placer sexual; Artículo 86, derecho a participación de un espacio digital libre de violencia; Artículo 91: derecho al ocio; entre otros.
Quiero dejar claro que no estoy en contra per se de estos derechos, pero sí me causa duda la manera en que se planea que el Estado los entregue, garantice y defienda la manera en que se utilizan para pasar en la votación un retroceso importante en materias de justicia, gobernabilidad, balance de los poderes y seguridad.
Recordemos que una Constitución política es una carta de navegación que nos debe acompañar por décadas, y no la lista de supermercado del domingo que solucione los problemas que tenemos en el corto plazo.
Javier Ávila Parada
Constitución y sector público
Se ha hablado en distintos medios de comunicación cómo esta nueva Constitución trae mejoras para todos nuestros compatriotas, sin embargo, no he escuchado nada sobre cómo se mejora la calidad del trabajo de los funcionarios públicos y cómo esta se equiparará al Código del Trabajo. Personalmente fui testigo de la precariedad laboral que deben pasar muchos chilenos al estar trabajando en algún estamento público y nadie se hace cargo de aquello. Por mencionar algunos casos, podemos evidenciar los contratos a honorarios que se mantienen por muchos meses e incluso años, también los contrata que deben ser renovados año a año y la indemnización por años de servicio que no es contemplada, entre otros temas laborales
¿Será conveniente tener este modelo? ¿Por qué no igualar las condiciones del Código del Trabajo?
Dr. Danilo Leal, académico de la Uniiversidad Andrés Bello