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Parque Luis Ebel
Luis Ebel Beiler nació en Puerto Montt el 24 de noviembre de 1900. Fue un comerciante que junto a sus hermanos José e Ignacio formaron la sociedad Ebel Hermanos, dedicada al rubro de la madera. Hombre de espíritu público, participó en el Centro para el Progreso así como en la Cámara de Comercio e Industrias, llegando a presidirla. Fue miembro fundador de la agrupación católica "Stabat Mater" en Puerto Montt y colaboró desde la Barraca Ebel en obras de reconstrucción de la Iglesia Catedral.
En 1950, la sociedad Ebel Hermanos adquirió el Fundo San Luis, terreno de 250 hectáreas ubicado en esos años en un sector rural de la ciudad, hoy conocido como Cuarta Terraza, que incluía una hermosa laguna llamada "Mansa". Este terreno permaneció intacto por años y fue un lugar de esparcimiento familiar y público. El crecimiento de la ciudad desde la década de los '80 fue expandiendo sus áreas urbanas y acercándolas a los terrenos de dicho fundo. Es así como alrededor de 1996 se inició el desarrollo de proyectos inmobiliarios aledaños, dando nacimiento al sector Valle Volcanes.
El 18 de noviembre de 2000, en un terreno frente a la laguna y con una preciosa vista de la ciudad, se inauguró el Santuario de Schönstatt en Puerto Montt. Dicho terreno fue donado por la familia de Luis Ebel Beiler y quedó al servicio de la iglesia y diócesis de la ciudad a perpetuidad.
En 2011, la inmobiliaria El Olmo, propiedad de Enaco, adquirió un lote de 20 hectáreas del Fundo San Luis para desarrollar el proyecto "Santuario de la Laguna", vecino al santuario. En 2014, a petición de la familia Ebel y como una forma de aportar al desarrollo urbano, resguardando la laguna Mansa y las áreas verdes a su alrededor, se traspasaron dichos terrenos a la municipalidad para su administración, inaugurándose el 28 de marzo de 2019 el Parque Urbano Luis Ebel.
El parque es un terreno de alrededor de 8.000 metros cuadrados y ha sido administrado e implementado con acierto por el municipio con mobiliario, muelles flotantes, senderos, árboles nativos, iluminación, cámaras de vigilancia, entre otros, haciéndolo apto para la educación ambiental, la vida familiar, el deporte y la contemplación de la naturaleza. Por su parte, la comunidad organizada y activa ha desarrollado en él iniciativas de apoyo a la reforestación, recolección de basura y reciclaje, transformándose en un orgullo para la ciudad capital regional, sus autoridades y sus habitantes.
Como puertomontino, al igual que todos sus descendientes directos, mi abuelo estaría orgulloso de la construcción de este parque y de su desarrollo. Fue un firme impulsor de nuevos proyectos para su ciudad, desde la actividad privada y desde la pública, en su papel de concejal del municipio, ambas visiones mezcladas con éxito en esta iniciativa. De igual forma, como su familia y amantes de nuestra ciudad natal, nos sentimos felices y honrados de que este hermoso parque lleve su nombre.
Luis Ebel Sepúlveda
Puerto Montt desolado
Al entrar a Puerto Montt y en especial al llegar al centro, la sensación es bastante desoladora, encontrando un ambiente duro, gris y poco amigable. Muy probablemente, algo que contribuye en gran medida a esta situación son los masivos rayados que inundan toda pared disponible. Cuesta entender que a las autoridades pertinentes no les duela el corazón y no tomen acciones para controlar y ojalá eliminar esta triste realidad.
Una ciudad que es así le quita espacio a las familias, niños y adultos mayores, quienes deben quedar encerrados en sus casa. Un ambiente en esta situación sólo incentiva el desorden o mas bien el caos y, en consecuencia, delincuencia y mal vivir.
¿No será este un motivo que ha empujado a cientos o miles de puertomontinos a emigrar a otras ciudades de la provincia?, ¿o que los turistas que llegan, inmediatamente se vayan a visitar otros lugares?, ¿o que en las noches, en vez de encontrar locales llenos de vida, la gente prefiera ir a otras ciudades a pasar un buen momento?
Se habla de una nueva costanera. Cabe preguntarse, ¿cuánto durará? Ojalá las autoridades regionales repliquen lo que el Gobierno está haciendo en el Barrio Meiggs y prontamente en el eje Alameda y barrios patrimoniales (en Santiago), en donde planifican recuperar amplios sectores que se encuentran en similar situación que el centro de Puerto Montt.
Si se puede allá, ¿por qué no acá? Si ya se sabe del reconocimiento de la comunidad ante esas acciones en donde se pretende devolver calles y veredas a la gente. El Gobierno Regional y otras autoridades tienen la solución en sus manos, el bienestar y futuro de la comunidad depende de ellos.
Dennis Smith Brauning
Cierre de empresas
Las empresas cierran debido a varias razones, principalmente económicas. Pero no a causa de la delincuencia y el desorden; esto último no es problema de la empresa, es culpa de las autoridades y del Estado, que no son capaces de proveer seguridad a los ciudadanos.
Claudia Herrera, gerente, hija y sucesora de Carlos Herrera Arredondo, fundador en 1950 de la conocida empresa distribuidora de productos de acero que lleva su nombre, tomó la dolorosa decisión de cerrar la sucursal de Quinta Normal debido a los reiterados actos de delincuencia y violencia que han tenido que enfrentar en esa comuna, protegiendo así a sus trabajadores y clientes, y evitando una posible tragedia. Es lo mismo que ante una tormenta desatada que no se puede controlar, el capitán ordene abandonar el buque con el propósito de salvar la vida de sus tripulantes. Debemos reflexionar acerca de lo que está sucediendo en todo el país, una tempestad de delincuencia, desorden y terrorismo.
Es imperioso que nos dediquemos a encontrar la ruta correcta para poder crecer, para lo cual se necesitan inversiones, y así lograr financiar los gastos que debe realizar el Estado al proporcionar los beneficios sociales que la población requiere, y las inversiones en infraestructura, conectividad y otras que nuestra economía necesita para crecer.
Las condiciones actuales simplemente no entregan confianza para la inversión privada, pues ésta se logra sólo con el respeto por el Estado de Derecho, el resguardo de la propiedad, la libertad para emprender, la certeza jurídica y tributaria, la estabilidad económica y, más importante que todo, la seguridad ciudadana. La empresa, de todos los tamaños, es una institución social de primera importancia en el desarrollo sostenible del medio ambiente, de la economía, y el bienestar de las personas. Es esencial protegerla.
Juan Carlos Martínez, del Círculo de Empresas Panamericana Norte
Intervencionismo del Gobierno
Lo del intervencionismo del Gobierno ya llegó a niveles descarados.
Pedro Donoso