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aspecto que tampoco ayuda: el territorio. "Nuestras regiones son las con más ruralidad y dificultad de acceso. Por ejemplo, si alguien tiene algún tema de salud mental, tiene más dificultad de acceder a un apoyo pertinente y adecuado en el tiempo, por la logística".
Consultado por lo que podría haber pasado en estos últimos dos años, con estallido social y luego pandemia, contrario a lo que podría pensarse, Baader aseguró que, "en datos preliminares, las cifras se han mantenido. Se sabe a nivel internacional que en períodos de crisis, los casos de muertes por suicidio tienden a bajar, porque las personas están ligadas a otras temáticas y no se centran en sí mismos y su situación emocional. La incertidumbre que hemos tenido este tiempo, ha hecho que la gente se cohesione más y eso ha funcionado a nivel familiar".
La sicóloga Evelin Pichinao, coordinadora del Centro de Atención Psicológica de la UST, Sede Puerto Montt, comparte este último punto, pero llama a tener cuidado.
"Investigaciones en curso indican que las tasas de suicidio durante la pandemia han disminuido, lo que se puede explicar por el apoyo mutuo que surge entre las personas ante la experiencia compartida de la crisis, fortaleciendo sus vínculos sociales y el sentido de pertenencia", comentó.
Eso sí, deja en claro que "pese a la baja en las tasas de suicidio, hay que estar atentos a las señales de alerta. No tomar medidas de prevención y apoyo a tiempo, podría generar un aumento sostenido en los posteriores meses".
Sobre el por qué de las cifras regionales, argumenta que "el comportamiento suicida es multicausal, nunca ocurre por una sola causa. Hay una serie de factores de riesgo y precipitantes que van empapando la vivencia de la persona".
"Las altas tasas de suicido referidas en la región pudieran estar asociadas al consumo de alcohol y otras drogas, estilos de vida no saludables, las redes sociales y el clima. Esto último tiene asidero en relación con las alzas de suicidio en meses específicos, desde agosto a enero. Este fenómeno estacionario es conocido como La "Primavera Gris", es una temporada del año en donde los factores climáticos influyen en el estado emocional de las personas, ponderando estados emocionales distintos al común de la sociedad. Mientras la mayoría se alegra con la llegada de la primavera, hay quienes la ven de forma negativa", agregó.
Prevención
Con tan drásticas y preocupantes cifras, y considerando que con el clima no hay mucho que hacer, ¿hay algo que pueda depender del trabajo de acompañamiento o prevención?
Según Baader, hay que entender que una cosa son las políticas públicas como el plan nacional de prevención de conducta suicida, que es general y para aplicar en distintos niveles y regiones del país, pero cada región tiene su temática y dificultades, entonces debe haber una política para todos, pero también una política local.
La crítica, eso sí, no está ausente en lo que se puede hacer: "Las seremis de Salud y el plan nacional de salud mental en conductas suicidas tiene un financiamiento paupérrimo de parte del Estado, es decir, no hay apoyo, es marginal comparado con otros programas de salud. Hay muchas cosas por mejorar", aseveró el experto.
En tanto, Pichinao estima que "la prevención y acompañamiento se hacen fundamental. Las muertes por suicidios se pueden evitar, y eso es alentador, pero hay mucho por hacer. Debemos tener claro que mientras más personas puedan abordar el tema, se espera que disminuya su incidencia, por tanto, hay que trabajar en educación y sensibilización, y en su detección precoz".