Mujer terminó con una aguja en su mandíbula tras sacarse una muela
FUE OPERADA. El Segundo Juzgado Civil de Puerto Montt acogió demanda contra cirujano dental y centro médico de la Universidad San Sebastián. Instancia judicial ordenó pago de $50 millones.
Tres meses y 12 días pasó Carola Díaz con una aguja incrustada en la mandíbula derecha, entre los nervios faciales, tras llegar al centro médico y dental de la Universidad San Sebastián para la extracción de una muela.
Aunque el hecho data del 11 de agosto de 2015, este jueves 30 de junio el Segundo Juzgado Civil de Puerto Montt acogió la demanda civil que la afectada interpuso contra el médico tratante y el centro médico de la casa de estudios.
"Se acoge la demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual formulada en lo principal del escrito fecha 07 de marzo de 2017, subsanada en escrito de fecha 01 de febrero de 2018, por don Oscar Montecinos Campos (abogado) en representación de doña Carola Diaz Haeble" (la afectada), indica parte de la resolución.
El fallo también agrega que "se condena a los demandados al pago de la suma de $50 millones por concepto de daño moral".
Diario El Llanquihue intentó conocer la versión de la Universidad San Sebastián de Puerto Montt, pero no hubo respuestas a las consultas.
Negligencia
El abogado Oscar Montecinos dijo que el daño sufrido por su representada fue irreparable, debido a que ha estado con tratamientos que buscan componer la mandíbula a lo que era antes, y lo que calificó como negligencia.
Montecinos explicó que en la intervención (extracción de una muela) participó una alumna en práctica de la universidad.
"Es una negligencia inexcusable: le introdujeron una aguja de 2 centímetros en la mandíbula. Producto de esto llevamos un juicio adelante, en el cual se promulgó sentencia con fecha 30 de junio".
Explica el abogado que en esta sentencia, en primera instancia, el tribunal consideró que hay una negligencia y que se debe indemnizar el daño moral por una mala práctica".
Agrega que el fallo en primera instancia sienta un precedente importante "respeto de lo que le están enseñando a sus alumnos y sobre el tipo de práctica que se imparten en estos centros".
Explica que la aguja estuvo incrustada en la mandíbula derecha, con una longitud de 2 centímetros, "lo que obviamente produjo daños de carácter irreparable a nuestra representada".
Radiografia
Carola Díaz, la mujer afectada por esta negligencia, relató que fue un error de la misma universidad que no quiso seguir pagando el tratamiento médico, lo que le permitió llevar adelante la demanda civil.
Anota que la demanda fue presentada en 2017.
"Esto empezó porque ellos (universidad) no me pagaron los tratamientos que correspondían. Ellos se quedaron con todo el material, radiografías, y diversos documentos, y la única prueba que obtuve fue porque ellos no pagaron".
Profundiza que la funcionaria del centro de tratamiento maxilofacial, donde se realizaría el tratamiento le "entregó la radiografía que fue mi prueba, y ello fue la herramienta que nos permitió llegar a esto. Fue lo único que tuve, porque no me entregaron ningún documento", resalta.
Salir sola
Carola Díaz dijo que producto que la aguja quedó inscrustada en una zona compleja de su mandíbula corría riesgo su vida. No podía abrir la boca y se tuvo que alimentar con papillas.
Señala que, tras ser atendida y con la aguja en la mandíbula, se "acerca una alumna y me dice que la aguja iba a salir sola".
Cuenta que tras el procedimiento salió con dolor "y una semana después llamé y le conté (al médico) que estaba con este problema".
El médico maxilofacial, con quien consultó, "me dijo que la aguja quedó entre los nervios faciales, y era necesaria una intervención profunda".
La afectada logró reunirse con las autoridades de la universidad, lo que dio paso a una primera operación que no dio resultados "porque la aguja había avanzando y se iba hacia el cerebro. La cara me quedó horrible".
Detalla que no podía hablar: "Tenía que comer papillas porque no podía abrir la boca, hasta que nos derivaron al hospital militar de Santiago".
Allí le explicaron que la primera operación empeoró todo. El médico tratante la derivó para efectuar la operación "y antes vimos muchos riegos, y corríamos el peligro de pasar a tomar un nervio facial y ello iba a ser irreparable".
"El médico comprobó -insiste- que la aguja estaba avanzando hacia el cerebro. Estuve en la sala de operaciones cuatro horas, y producto de todo esto sentí que en la universidad me manipularon mucho y me decían que ellos estaban pagando. Al final ocupé mi isapre y ellos cancelaban la diferencia".
Carola posteriormente inició un tratamiento para recuperar el movimiento de la cara "y la universidad se desligó de mí, y tuvimos que gastar los recursos que no teníamos para seguir con el tratamiento. Ellos (universidad) se desligaron completamente una vez que la aguja fue extraída", reveló la afectada.
11 de agosto de 2015 fue intervenida la afectada y el 23 de noviembre se le pudo extraer la aguja que estaba en un lugar de riesgo.
5 años llevaba en trámite la demanda en el Juzgado Civil, desde que fue presentada en 2017. La resolución fue este 30 de junio.