Rol de la tercera y cuarta dosis
A estas alturas de la lucha contra la pandemia, es fundamental que la población no se relaje en torno al plan de inoculación contra el covid. Aunque los contagios parecieran estar contenidos en la región, no hay ninguna garantía de que el peligro haya desaparecido.
Una de las estrategias más exitosas en el combate contra la pandemia del covid-19 ha sido la vacunación. De hecho, los fuertes descensos en las cifras de contagio una vez que comenzó la inoculación masiva de la población, o bien la baja sintomatología que presentaron aquellas personas que estando vacunadas se contagiaron con Sars-CoV-2, así lo demuestran.
Este escenario hace que las autoridades sanitarias del país y las regiones como Los Lagos estén preocupadas por el alto número de rezagados que hoy existen con la tercera dosis de refuerzo y ni hablar de la cuarta, donde ya se informó que serán varios miles de personas los que sufrirán a partir del próximo miércoles 1 de junio el bloqueo de sus pases de movilidad, debido a que no cuentan con dicho requisito sanitario actualizado.
En la zona sur, la región ha mantenido en buen pie sus índices epidemiológicos, sin embargo, es la vacunación, especialmente entre los escolares (en quienes además se suma la urgencia de la inoculación contra la influenza), uno de los parámetros en los que se debe mejorar.
En cuanto a antecedentes de los beneficios de la vacuna, son todos ellos conocidos, por lo que se hace necesario insistir en el llamado a la población local a mantenerse al día en su esquema de inmunización, sumando a ello la utilidad de los pases, que sigue siendo un documento exigible en actividades al interior de recintos cerrados o bien en restaurantes. Junto con ello, por cierto, están también otras medidas que han sido ampliamente difundidas durante la pandemia, como el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas en recintos de alta afluencia de público o bien donde no esté garantizado el distanciamiento con otras personas, junto con la ventilación de los espacios al interior de los hogares.
Lo importante es que todos asuman que a pesar de que los niveles de contagio se han mantenido bajos, ello no significa que la pandemia haya acabado o que no pudiera haber una nueva ola de la infección, como ya ha ocurrido en otras partes del planeta.