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Deportes Puerto Montt cae en Calama y en un polémico partido ante Cobreloa

PRIMERA B. El Velero cayó por 2 a 1 y tuvo tres penales, pero solo uno fue cobrado por Rafael Troncoso el árbitro central del encuentro.
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Los hijos del temporal se trasladaron hasta Calama para dar inicio a la Séptima Fecha del Campeonato Ascenso Bettson (Primera B). El duelo, que se disputó en el estadio Zorros del Desierto, al medio día de ayer, concluyó con la victoria de los dueños de casa, por 2 a 1.

El partido comenzó fatal para Deportes Puerto Montt, ya que Cobreloa se colocó en ventaja a los 6 minutos. Tras un quite del volante Nicolás Maturana a Brayan Valdivia, el loíno condujo el ataque que terminóaría con el gol de los locales.

El tanto fue convertido por Maximiliano Ceratto, quien al recibir el pase de Maturana se enfrentó a Viana. El arquero trató de defender su portería con un achique, pero el 17 de Cobreloa, con un tiro a ras de piso, definió.

A los 17' Puerto Montt tuvo una chance, cuando Christopher Ojeda le ganó la disputa a Brandon Cáceres y obtuvo un córner, el cual terminó con un cabezazo de Juan Méndez, que por muy poco entró en la portería protegida por Matías Cano. En tanto que Bastián San Juan fue el primer amonestado del conjunto local, por un foul contra Valdivia.

Los minutos pasaron y los Delfines intentaron llegar al empate, como con un tiro libre de Fabián Núñez, quien buscó sorprender al portero loíno, pero el tiro se fue desviado. A los 33', Ceratto remató de fuera del área y Viana desvió hacía el lateral. Pero dos minutos más tarde llegaría la primera gran polémica del partido.

Aguilar, tras una corrida, habilitó a Núñez, quien tuvo que disparar rápidamente por el achique de Cano. No obstante, el portero de Cobreloa pasó a golpear con su pie la pierna del jugador de Puerto Montt, poco después de que lanzara su disparo.

En los minutos finales del primer lapso, el conjunto del sur, estuvo cerca de empatar. Nuevamente, vía juego aéreo, cuando Ojeda cabeceó potentemente; pero Cano controló el balón, sin dar rebote.

Los "Hijos del Temporal", salieron la segunda mitad con la mentalidad de encontrar rápidamente el empate y a los 51' se viviría otra jugada polémica. Tras un ataque de Puerto Montt, Rodolfo González, tocó el balón con la mano dentro del área, siendo el segundo penal que el árbitro Troncoso desestimó.

A los 60', el Velero se salvó, pues Ceratto sacó un centro que sería desaprovechado por el conjunto loíno.

Un minuto más tarde, se realizarían los primeros cambios, Aguilar y Valdivia, salieron en Puerto Montt, entrando Arias y Lemmo, mientras que en los locales, Farías reemplazó a Maturana.

A los dirigidos por Durán le sonreiría finalmente la fortuna a los 65', ya que luego de una buena jugada de Méndez, Cáceres lo baja (siendo amonestado). El juez Troncoso pitea penal, tras un agarrón que hubo en el área.

Juan Méndez tomaría la responsabilidad para el tiro desde los 12 pasos y con un remate cruzado logró el momentáneo empate. La alegría duraría poco, pues a la siguiente jugada -algo polémica por cierto- Cobreloa volvería a colocarse en ventaja.

David Escalante disputó el balón y después de ganarlo, corrió unos metros para rematar en una jugada que se transformó en el horror para el portero Mauricio Viana. Porque tras un ligero desvió, el propio Viana terminó metiendo el balón en su propia portería.

Tras el empate

Tras esto, el conjunto del Velero intentó igualar las acciones, sin embargo, no logró profundizar.

A los 87 Viana se recompondría de su error, cuando los locales tuvieron el tercero a través de un cabezazo a quemarropa de Escalante.

El portero tapó y el rebote no sería aprovechado por el conjunto loíno, que chocaría en el travesaño. En los minutos finales Cobreloa, por medio de Escalante, fue con todo para lograr asegurar el resultado, pero los ataques no terminaron de manera exitosa.

6 puntos suma la escuadra de Erwin Durán en el campeonato. Tres empates, un triunfo y dos derrotas.

1 victoria registra Deportes Puerto Montt en el torneo, ante Temuco, por 3-0. Tiene un partido pendiente.

El fútbol llora a Leonel Sánchez, ídolo de la U y goleador del Mundial

LEYENDA. El zurdo del "Justicia divina" y figura del Ballet Azul, murió a los 85 años.
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Dos zurdazos en blanco y negro de Leonel Sánchez son probablemente las imágenes más recordadas de las participaciones de Chile en los Mundiales de fútbol. Con apenas ocho días entre uno y otro durante la Copa de 1962, el ídolo del fútbol nacional fallecido ayer a los 85 años, dejó dos postales que no han sido superadas pese a que ya están a punto de cumplirse 60 años de aquel torneo.

La primera curiosamente no fue con el pie: fue el puñetazo con el que noqueó al defensor italiano Mario David el 2 de junio en el triunfo 2-0 sobre Italia en la fase de grupos, en la llamada "Batalla de Santiago". Él lo recordaba contando que en la disputa por el balón "caí sentado y quedé con la pelota entre las piernas. Entonces, él empezó a pegarme patadas y yo me paré y le di un combo".

La segunda fue el golazo de tiro libre que le marcó el 10 de junio al entonces mejor arquero del mundo, Lev Yashin, conocido como "La araña negra", en el partido de cuartos de final contra la Unión Soviética jugado en Arica.

Fue la apertura del marcador del 2-1 que dejó a la Roja en semifinales y el tanto dio pie al mítico relato de Julio Martínez, que lo calificó como "justicia divina", porque la falta había sido dentro del área, pero el árbitro la marcó fuera, al costado izquierdo del ataque nacional. Leonel le pidió a Jorge Toro patearlo, porque tenía una corazonada y dio un zurdazo imposible que llevó a Chile a semifinales. "Si hubiera sido un arquero chileno quizás lo hubiera atajado, porque conocían a Leonel. Pero Yashin jamás pensó que iba a patear así: era una locura imposible", recordó años más tarde Julio Martínez.

Azul de corazón

La muerte de "El gran Leonel" como quedó bautizado tras ese Mundial, golpeó duro a los hinchas de Universidad de Chile, club con el que estuvo identificado durante toda su vida tras ser parte del Ballet Azul que entre 1959 y 1969 obtuvo seis títulos nacionales, que en 1962 le ganó 4-3 al Santos de Pelé para quitarle un invicto de más de un año, que ese mismo año consiguió la goleada más amplia de la historia: 9-1 a Magallanes.

No debe haber hijo o nieto de hinchas de la U de esos años que no les haya escuchado a sus mayores la frase "centro de Leonel y cabezazo de Campos". Era la fórmula del gol de los azules y siempre funcionaba, y apenas dos años después de la partida del "Tanque", se fue su amigo a seguir tirándole centros para la eternidad.

Él se reconocía sentimental y no temía que le cayeran lágrimas en público: "Si gana la U y voy al camarín, voy a llorar. Siempre me emociono mucho con la U". Era el amor de su vida, tanto, que la leyenda cuenta que pese a tener ofertas del Real Madrid, el Inter de Milán y el Benfica que era dirigido por su mentor Fernando Riera, prefirió mantenerse con el chuncho, equipo al que había llegado para debutar en 1953 de la mano de su padre Juan, boxeador que alcanzó un título sudamericano.

Ídolo transversal

El deceso de Leonel se produjo el día en que se jugaba un clásico universitario, que cuando él era parte del plantel de la U era el gran clásico del fútbol chileno, con previa de carros alegóricos y números artísticos. En los años 60 la dupla campeón-subcampeón se la repartieron cinco veces las dos universidades. Aunque la identificación azul es indesmentible y él jamás dejó espacio a la duda, sus actuaciones con la Selección chilena lo hicieron querido por hinchas de todos los equipos: es el único jugador nacional que fue goleador de un Mundial con sus cuatro tantos en 1962. A esa transversalidad ayudó también que una vez que fue despedido de la U a fines de 1969 por el presidente Héctor Pilassi, se fuera a Colo Colo, club con el que salió campeón en 1970. En 1971 jugó en Palestino y sus últimas dos temporadas las disputó con la camiseta de Ferroviarios, para retirarse en 1973.