Correo
Nueva costanera
No es que uno ande viendo por la ciudad puros problemas, pero sucede que un buen día logré ingresar, con el permiso correspondiente, a las obras de la nueva costanera frente al muelle de paseo.
Me impresionó ver una enorme explanada en altura de cemento, pregunté a uno de los trabajadores si se trataba de una innovadora ciclovía elevada, o de una de las esculturas prometidas, "¡No!", contestó, y agregó: "estas son piezas de hormigón de 1,5 metros de longitud, 50 centímetros de ancho y 15 centímetros de alto, son alrededor de 6.000 unidades, y forman parte de los asientos que están a lo largo de toda la costanera, son asientos reversibles, la idea es que las personas que deseen sentarse frente al mar se den la espalda con los que deseen sentarse mirando la ciudad.
Bueno, dije, pero aquí se puede ver que no se dejó ningún acceso para pasar de un lado a otro, por lo que necesariamente las personas deberán subirse a los asientos. "¡Así es!", respondió para terminar el diálogo.
No hay que tener ningún conocimiento de urbanismo ni de paisajismo para no darse cuenta que esa exagerada estructura es de muy mal gusto y peligrosa, carece de toda estética y atenta en contra del turismo que se desea fomentar en Miami y que, además, su diseño es de alto riesgo de accidentes personales.
¿Podrá alguien evitar que los niños, especialmente, corran sobre ella y caigan al enrocado, o que alguien pueda caminar, trotar o andar en bicicleta?
Mi visita también sirvió para constatar que áreas verdes prácticamente no habrán, y que los refugios de los paraderos de locomoción ahora serán de cuatro metros de altura. Si no sirvieron los de dos metros y hubo que modificar, ¿podrán servir de algo los de cuatro metros?
Que mala suerte tiene nuestra ciudad y que malos tratos está recibiendo, cada obra que se hace la deja más fea y, lo peor de todo, es que habiendo gente, como los concejales por ejemplo, que deben fiscalizar y ser garantes de que las cosas se hagan bien y bonitas, no hagan la pega y estén esperando el fin de mes para cobrar.
Alfredo Raddatz
Violencia escolar y encierro
A propósito del incremento de la violencia en el sistema escolar, la mayoría de los expertos ha manifestado que las causas tienen que ver con los efectos de la pandemia. El tiempo de encierro de los estudiantes en sus casas, la violencia intrafamiliar, la atrofia de las habilidades sociales por falta de interacción, el exceso de tecnología violenta, etc. Todas razones válidas, puesto que el problema es multicausal.
Pero poco se habla de la violencia en sí misma del sistema escolar. ¿No es violento estar sentado durante ocho horas cada día escuchando a un adulto? ¿No es violento que esté mal visto conversar en la sala de clases y se imponga el silencio? ¿No es violento crecer más preocupados de la evaluación que del aprendizaje? ¿No es violento que la norma sea la uniformidad y no valorar la riqueza de la diversidad?
¿No es violento que al entrar al colegio sus apoderados les digan "pórtate bien" en vez de "pásalo bien"? ¿No es violento volver a lo mismo de hace dos años sin reconocer, procesar y aprovechar lo vivido estos dos años?
Creemos que esta escalada de violencia puede ser una buena oportunidad para hacernos estas y otras preguntas, que nos ayuden a repensar y transformar el sistema educativo.
Sebastián Correa Duval, director de la Fundación Edupoiesis
Mall chino
Tremenda satisfacción después de tantos años, pensaba, que ya no me faltaba nada más para llenar mi perra y total consumista vida, hasta que entré al "mall chino".
Alfonso Muena R.
"Ser feliz"
Hablar de felicidad en estos días parece ser una tarea compleja, sobre todo cuando se confunde el concepto de felicidad con un bienestar momentáneo, que deriva de circunstancias o elementos placenteros que no necesariamente tributan a algo duradero.
Si bien no hay una receta mágica que indique la ruta exacta para ser felices, existen estudios desde la psicología positiva que ayudan a comprender el camino a seguir para lograr esta sensación de bienestar subjetivo de forma permanente.
Para esto es relevante promover la creencia de que la vida tiene un propósito y un significado, lo cual permite mantener una actitud positiva, con los pies en la tierra, delimitando y reconociendo los obstáculos como tales, y buscando estrategias y soluciones que permitan detenerse para luego avanzar hacia una meta mayor.
Siguiendo en esta ruta, será relevante el rol que cumplen las emociones positivas, rescatando el goce y el momento presente, estar en el aquí y ahora con conciencia plena permitirá saborear los buenos momentos en su totalidad.
Por otro lado, la felicidad se abraza con la autoaceptación. Conociendo y aceptando la luz y sombra en la cual se habita, destinando un tiempo de calidad para sí mismo y entendiendo que muchas cosas que se buscan en el exterior para ser feliz están dentro de uno.
Finalmente, comprender que la felicidad es una construcción personal con significados únicos, permite experimentar libertad y autonomía para resignificar momentos, circunstancias y experiencias que pueden nutrir el mundo interno sin necesidad de compararse con otros, trazando su propio mapa y atesorando cada instante que la vida regala desde lo simple y lo imperfecto, atributos que se deben aprender a destacar.
Ivonne Maldonado, académica de la Universidad de Las Américas
"Guerra justa"
Me han parecido insólitas las declaraciones del Papa Francisco en el sentido de que "las guerras son siempre injustas", en circunstancias que el Catecismo de la Iglesia Católica establece la "doctrina de la guerra justa" y sus elementos en sus artículos 2307 al 2317. Al respecto, bastaría citar el artículo 2308, que establece: "Todo ciudadano y todo gobernante están obligados a empeñarse en evitar las guerras. Sin embargo, mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa".
Adolfo Paúl Latorre
Convención y el país
La Convención ha resultado ser algo muy distinto a lo que en realidad es el país. Temo por la propuesta constitucional que salga de ahí.
Rodrigo Fernández