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Otorgaron dos meses más para que Pasmar termine pasarela aérea sobre calle Copiapó

MALL COSTANERA. Gobierno Regional accedió a esa petición, ante informes favorables de Tránsito y de Carabineros. Dirección de Obras advirtió que no han pagado derechos y que arriesga multa.
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Erwin Schnaidt

Otros dos meses de plazo para terminar las obras de construcción de la pasarela aérea sobre la calle Copiapó consiguió la empresa Inmobiliaria Power Center, que forma parte del Grupo Pasmar.

La ejecución de esas labores, para unir los dos bloques que conforman el mall Paseo Costanera, debían haber finalizado el pasado 28 de febrero, pero se autorizó postergar esa fecha hasta el próximo sábado 30 de abril de 2022.

Así lo determina la Resolución Exenta N° 450 del Gobierno Regional (Gore) de Los Lagos, firmada por el gobernador regional Patricio Vallespín (DC) y a la que tuvo acceso El Llanquihue, en la que se resuelve ampliar la autorización para realizar trabajos en esa vía, de acuerdo a las resoluciones exentas 1.504 y 2.874 del Gobierno Regional de Los Lagos, del 13 de octubre de 2021 y 30 de noviembre de 2021, respectivamente, para el cierre de ambas pistas de circulación de la calle Copiapó, entre avenida Juan Soler Manfredini y Avenida España.

Especifica el nuevo oficio que se mantienen los términos y exigencias establecidas en esas autorizaciones, las cuales "rigen hasta el 30 de abril, según lo señalado y exigiendo la instalación de señalética correspondiente al viraje".

Este permiso para extender el desarrollo de esas obras por otros dos meses especifica en sus considerandos que el 27 de diciembre de 2021 la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Puerto Montt había entregado su opinión favorable ante una solicitud anterior para ampliar el plazo hasta el 28 de febrero de 2022.

Asimismo, da cuenta del informe de factibilidad N° 3-F-2022 de Carabineros, que otorga una opinión favorable a la prórroga, "siempre y cuando cumpla la empresa con la instalación de señalética en calle Juan Soler Manfredini, no permitiendo el viraje hacia la izquierda desde calle Quepe, situación que deberá ser verificada por la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Puerto Montt, para que sea cumplida a cabalidad".

Según lo programado

Rodrigo Valenzuela, gerente de Proyectos de Pasmar, que controla el empresario Jack Mosa, respondió por escrito, asegurando que "los trabajos avanzan de acuerdo a lo programado. Estamos haciendo nuestros mejores esfuerzos para finalizarlos a fines de abril, momento en que se iniciará la etapa de terminaciones interiores", especificó.

El ejecutivo añadió que lamentan "las molestias que estos trabajos han generado".

Contradicción

Tal decisión se contrapone con un oficio firmado por el asesor jurídico de la Municipalidad de Puerto Montt, Egidio Cáceres, quien ante una solicitud hecha por un particular a través del Portal Transparencia, respondió vía oficio fechado el 1 de marzo de 2022 que "en cuanto a los permisos y plazos por el cierre de la calle Copiapó, en relación con las obras de construcción de la pasarela de Pasmar, informó que no existe un plazo definido para la construcción total de la mencionada pasarela".

Al ser requerida un pronunciamiento, desde la Municipalidad refutaron a Cáceres al confirmar que el permiso original se extendía hasta el 28 de febrero, pero que -según la Dirección de Obras Municipales (DOM)- el 3 de marzo se solicitó prorrogarlo hasta el 30 de abril de este año.

Fernando Binder (RN), presidente de la Comisión Infraestructura del Concejo Municipal, expuso que efectivamente hay plazos asociados al cierre de la calle Copiapó, ante lo que planteó su inquietud en cuanto a que los organismos competentes "realmente fiscalicen que se cumpla con estas prórrogas".

Explicó que en la actualidad se requiere que la calle Copiapó "esté habilitada lo más pronto posible, especialmente por la alta congestión de vehículos que se ve hoy en la ciudad".

Riesgo de multa

En la respuesta enviada por escrito desde el municipio porteño, agregaron que existe la posibilidad que esa prórroga derive en la aplicación de multas.

"La empresa a cargo de la obra mencionada, no ha pagado los derechos municipales. No obstante, está aprobado por todos los servicios involucrados (extender el plazo), porque cuenta con todos los permisos requeridos. Pero, no tiene permiso para ocupar el BNUP (bien nacional de uso público), ya que el trámite termina con el pago".

Ese incumplimiento, agregaron, "conlleva multa, que se notificará este viernes", cuyo monto a pagar es definido por el respectivo Juzgado de Policía Local.

28 de febrero fue la fecha de una anterior solicitud para extender el plazo de esta construcción.

852 m2 es la superficie total de la pasarela de 10 metros de ancho, por 23 de largo. Ocupará cuatro pisos de alto.

Tatarabuela llanquihuana festeja hoy sus 100 años en el Eleam Vista Hermosa

ADULTA MAYOR. Desde 2009 reside en el establecimiento de larga estadía.
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"Siempre educada, distinguida e impecable". Así describen las residentes compañeras de Gerda Kretschmar Siebert, o Gerda de Wetzel como se presenta ella, quien es madre, suegra, "oma", "omi" y "tataraomi", quien cumple hoy 100 años de vida. Gerda nació un 11 de marzo de 1922 en Llanquihue. Es hija única del matrimonio entre Enrique Kretschmar y Albina Siebert.

Estudió en el Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas. En 1929 falleció su padre Enrique y luego de un año de viudez, su madre se volvió a casar con Reinaldo Wetzel, padre de su futuro marido, con quien vivió en Llanquihue. Es en esta época y lugar, donde se enamora de Egon Wetzel, hijo de su padrastro, se casan el 07 de junio de 1941, a los 19 años. Juntos se van a vivir al campo, en Punta Larga. De ese matrimonio nacen sus hijas Ellen y Harriet. Unos años después, los padres de cada uno se van a vivir a Punta Larga con ellos.

Gerda recuerda esos años: "En el campo hay hartas cosas que hacer. Las flores en el parque, cuidar las gallinas, criar animales y patos". Ella se preocupaba de las labores del hogar en un principio, mientras su marido, quien era agricultor, lechaba las vacas.

La familia cuenta que, durante esos años, apareció la faceta de comerciante de la "omi", ya que vendía de todo: cerezas, manzanas, plantas, todo lo que se le ocurría. "Papas, trigo y verduras", agrega Gerda. Pero Gerda tenía un panorama especial. Recuerda que "jugaba al naipe con las vecinas una vez a la semana, con once incluida, y a cada una le tocaba preparar la once".

Vivieron en el campo hasta 1979, año en que se fueron a vivir a un departamento en Frutillar. Aquí la familia tiene muchos recuerdos: navidades, almuerzos, onces, playa, un sinfín de historias, especialmente los nietos. Estuvo casada más de 50 años con Egon, su "choli", con quien viajó en variadas ocasiones: los dos o con amigos, en su camioneta Chevrolet adaptada como una casa rodante. En 1993 enviudó y vivió de forma independiente hasta 2009. Durante esos años siguió disfrutando de la vida, viajando con su nieto Patricio, con su comadre Käthe. También viajaba sola, sin falta cada año, a las termas de San José de la Mariquina para su cumpleaños.

Iba a Santiago a hacer compras y otras veces tomaba el bus a Bariloche, olvidando avisarles a sus hijas, las que se asustaban porque no la encontraban en el departamento y no se sabía dónde estaba. Esto se calmaba cuando volvía del viaje y llamaba diciendo "llegué". Y su familia creció. Sus hijas se casaron y tuvo a sus nietos. Se sumaron los maridos y señoras de ellos. Y yoy tiene 13 bisnietos. En llegó 2021 llegó su primera tataranieta, Sofía; y en camino el segundo, llamado Max.

El año 2009 llegó al Eleam Vista Hermosa de Llanquihue, lo que tenía presupuestado hacer cuando enviudara. Lo pasó tan bien por tantos años, que siempre aplazaba 5 años más su llegada a esta residencia.

Al comienzo le fue difícil adaptarse, y por lo mismo llegó a acompañarla la querida Ángela, quien la ha amado y cuidado con mucho cariño por siete años.