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cumbre, Ruiz dice que hoy día efectivamente se encuentra en una etapa de disminución y eso hay que reconocerlo. "Sin embargo, lo que tú ves hoy día, que es negro, no es que sea arena, ni tierra, es una de las capas intermedias que tiene el glaciar, y creo también que es mezcla de toda la ceniza volcánica que llegó después de la erupción del volcán Calbuco. Pero sigue siendo hielo, no es roca", aclara.
Así, argumentó que es muy normal verlo en febrero en esta condición, "no existe una diferencia muy grande o notoria con otros años, pero sí creo que ha disminuido por la cantidad de grietas o fisuras que he visto año a año, sobre todo en la zona de la cumbre, la parte más alta, pero lo de más abajo, es totalmente normal".
Cierre
Para Virginia Toloza, encargada de la unidad de Geología y Peligros de Sistemas Volcánicos, considera que es algo normal, tomando en consideración la temporada en la que estamos. "La medida de Conaf de cerrar el ascenso se debe a los desprendimientos de roca y nosotros tenemos un equipo de monitoreo y detectamos esto. Mejor dicho, lo escuchamos como movimiento, pero es una actividad superficial que no tiene nada que ver con la actividad interna del volcán", aclara.
Con relación a la evidente falta de color blanco en el volcán, Toloza cree que vale la pena hacer una distinción de dos elementos en torno a la imagen de postal que existe del volcán. "Una es la nieve estacionaria que es muy fácil de derretir, que se va de diciembre a marzo, y lo otro es el glaciar que tiene el volcán, que, como muchos volcanes en el país, ha tenido una disminución importante en su volumen, y eso tiene que ver con la temporada meteorológica que estamos viviendo". "Todo tiene que ver con el equilibrio, hoy el balance no está siendo tal, para que el cuerpo del glaciar aumente, sino todo lo contrario, disminuye cada año. En verano se derrite toda la nieve y además se derrite el glaciar, todo ese equilibrio y balance entre temporadas no se está logrando para mantener del cuerpo glaciar intacto", explica.
Así, además, Toloza dijo que desde las distintas autoridades responsables de analizar esto, existe una preocupación de los impactos que la disminución del volumen del glaciar puede tener: "Estamos todos al tanto de que los glaciares se están derritiendo y hay preocupación de analizar e identificar qué consecuencias trae, en todos los ámbitos". "Gran parte de nuestros ríos tiene su nacimiento en las montañas que alojan estos cuerpos de nieve y hielo, entonces se puede traducir en tener ríos menos caudalosos, con capas subterráneas que no se ven alimentadas, y que son muy importantes para la agricultura también. La preocupación mayor es que las futuras generaciones abran la llave y no salga agua, eso es grave", advierte.
"(Menos nieve) se puede traducir en tener ríos menos caudalosos, con capas subterráneas que no se ven alimentadas. Preocupa que futuras generaciones abran la llave y no salga agua".
Virginia Toloza, encargada de la unidad de Geología y Peligros de Sistemas Volcánicos