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Niño vivió conmovedor encuentro

FRUTILLARINO. José Miguel Lemus, de 12 años, y César Leal Hernández, de 36, pudieron conocerse a más de 2 años de haberse realizado el trasplante.
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Andreina Céspedes

A pocos días del 15 de febrero, cuando se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil, el osornino José Miguel Lemus pudo agradecer personalmente a César Leal Hernández, su donante de células madre sanguíneas y quien le dio una segunda oportunidad en medio de su lucha contra la leucemia linfoblástica aguda.

El niño de 12 años se encontró con el comerciante de 36 y residente de Frutillar, el pasado 5 de febrero, como parte del proceso que sigue la fundación DKMS en su campaña para ayudar a personas con cáncer de sangre. Se trató del segundo encuentro entre chilenos y el primero que ocurre presencial.

Aunque el trasplante se realizó en julio de 2019, tuvieron que esperar poco más de dos años para reunirse. "Hay un protocolo de esperar dos años para que el paciente esté de alta, por decirlo así, recuperado. Una vez que se cumplen, les damos la posibilidad de si quieren, porque es voluntario, conocerse. Como llevamos casi 4 años en Chile, recién ahora están apareciendo los primeros casos de chilenos con chilenos", detalló Manuel Pérez, coordinador de campañas de la fundación.

Larga lucha

A finales de 2018, la rutina de José Miguel comenzó a sufrir un cambio drástico. De ser muy activo, divertirse en el fútbol y con sus amigos, pasó a mostrar síntomas de decaimiento y desánimo que preocuparon a sus padres. A ello se sumaron vómitos, tos y una fiebre que se extendió por dos semanas.

El primer diagnóstico que le dieron en Urgencias fue que era un cuadro viral, por lo que le recetaron algunos medicamentos y le recomendaron mantenerse hidratado. A la semana volvió a ir, recibiendo la misma respuesta, así que su madre decidió buscar otra opinión acudiendo a Osorno Salud y la Clínica Alemana.

En este último centro, la pediatra Odette Amigo, especialista en Hematología Pediátrica, le confirmó que el niño tenía leucemia. "Yo me quería morir, no sé cómo explicar la sensación porque al comienzo quedé en shock y después no lo podía creer. Ella me dijo 'tienes que irte a Valdivia ya", comentó Andrea Rauque, madre de José Miguel.

Desde entonces, la familia Lemus-Rauque debió atravesar un largo periplo para salir adelante. En Valdivia recibió el diagnóstico de que se trataba de una leucemia linfoblástica aguda, el pequeño inició un tratamiento con corticoides, pero no estaba respondiendo. A los 4 meses le comunicaron que era necesario un trasplante de médula ósea.

"Mi esposo trabajaba acá (Osorno) y se iba los fines de semana. Yo pedí permiso en mi trabajo como manipuladora de alimentos y comencé a tomar la licencia de la ley Sanna, destinada a padres para acompañamiento de hijos con cáncer. Mis dos hijas (Florencia y Francisca, en la actualidad de 16 y 26 respectivamente), José Miguel, mi esposo y yo, viajamos a Santiago a tomar unas muestras a ver si éramos compatibles para efectuar el trasplante, sin embargo, ninguno resultó", agregó.

En julio de 2019 les notificaron que había aparecido una persona compatible y tenían que ir al Hospital Calvo Mackenna. Rauque, José Mauricio Lemus, José Miguel y su hija Florencia emprendieron ahora su rumbo hacia la Región Metropolitana, donde permanecieron 9 meses por el tratamiento, con la esperanza de retornar a Osorno teniendo un mejor pronóstico.

"Yo le preguntaba a las enfermeras, a los doctores, si alguna vez podíamos conocer al donante y me dijeron que después de dos años. Este año nos dieron la autorización. Yo firmé un documento, porque es menor de edad, y aceptamos. Imagínate la maravilla de encontrarte con quien le dio una segunda oportunidad de vida a tu hijo", contó Rauque.

La confidencialidad, como estipula el protocolo de DKMS, rige para ambos involucrados. El donante César Leal Hernández, además de recibir orientación en todo el proceso, ya había conocido de cerca el trabajo de la fundación en 2017, en medio del tratamiento oncológico de su hija.

Al año siguiente decidió inscribirse y en 2019 lo llamaron para darle la noticia. Tras realizar el trasplante, la fundación le preguntó si quería obtener información sobre el paciente, a lo que respondió afirmativamente. En aquel entonces, sólo supo que correspondía a un niño o niña, de 10 años, que vivía en América.

"A medida de que va pasando el tiempo y, cómo va evolucionando, ellos te cuentan un poquito más. Por intermedio de correos, yo me iba comunicando con el encargado de donantes de DKMS y le iba preguntando si ellos tenían información (...) cuando se cumplieron los dos años, entregan otros detalles y se pregunta al paciente, porque es de mutuo acuerdo".

Para José Miguel el escenario es otro en la actualidad; está más activo y sale con sus padres cuando las calles están más desocupadas, tomando los resguardos en medio de la pandemia. De igual modo, la disposición del pediatra hemato-oncólogo, Hans Hesse, para atender a José, lo que les permitió retornar a Osorno. Por ello, invitó a informarse del proceso para ser donante mediante el sitio web DKMS.cl, en el que el usuario se registra y le envían un kit para la toma de muestra.


con su donante de células madre