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Quizás aquí radica otro obstáculo que deben enfrentar quienes se dedican a la recolección. La mayoría de ellos deben enviar estos materiales fuera de la región, principalmente a Santiago, para que puedan ser revalorizados.

Tal es el caso de Moisés Adriano, quien hace cuatro años colabora con la empresa de cristales Cristoro. Junto a su esposa Bernardita Urrea, recogen el vidrio de gran parte de la Región de Los Lagos, ya que en la zona hay pocas personas que se dedican al reciclaje de este material en particular. Acerca a su labor, confiesa que aproximadamente al mes recolectan cerca de 60 toneladas de vidrio.

"Hay varios temas en los que estamos un poco débiles aún. Falta educación, faltan más puntos limpios, más compromiso de parte de la comunidad y también de parte de las empresas locales, que se atrevan a valorizar los residuos que se producen acá", señala Adriano.

Opinión compartida por el encargado de Medio Ambiente de Cosemar, Sebastián Torres, quien explica que existen muy pocas empresas dedicadas al reciclaje en la región. "El reciclaje acá no se ve mucho por el tema de costos, porque acá las empresas que se dedican al reciclaje mueven mucho volumen y les sale a cuenta, pero si una empresa se quiere dedicar a este tema no le va a dar abasto para mover los volúmenes necesarios para que sea sustentable en el tiempo", afirma.

En este sentido, señala que no se trata de que los materiales no estén como para alcanzar un volumen adecuado para crear una empresa de reciclaje sustentable, sino que el tema pasa porque esos residuos en su gran mayoría siguen teniendo como destino el vertedero y no los puntos limpios o puntos verdes existentes en la ciudad.

Sobre esto, Maritza Soto, de Recipulli, añade que si existiera infraestructura en la región, "podría desarrollarse de mejor forma la industria del reciclaje, con el fin de generar la economía circular".

Al no existir infraestructura, todo el material que se recicla en la región es derivado a Santiago o a otros puntos del país. "Sólo una parte del material es revalorizado y se queda en la región, evitando la huella de carbono que se genera al viajar a otras regiones del país, y además se genera innovación al incursionar en fórmulas de madera plástica", explica Soto.

Cartoneras

La editorial Cartonera Helecho De, que opera tanto en Puerto Varas como en Puerto Montt, es una iniciativa que surgió a partir de "Cartoneras", un movimiento literario latinoamericano que nació en Argentina, donde artistas comenzaron a comprar el cartón a la gente que recoge este material en la calle, para transformarlos en libros.

Poli Roa, escritora local y parte del proyecto Cartoneras Helecho De, comenta que "lo que hacemos nosotros es reutilizar cartón y el papel que sale, por ejemplo, de las bibliotecas públicas con los libros que dan de baja; hay muchos libros que están sin hojas, apolillados, etc. Y esos libros nosotros los convertimos en otros libros".

Relata que se encargan de recolectar cartón y también trabajan con bolsas de plástico. "Las bolsas plásticas las convertimos en un material que es como un eco-cuero que también forramos nuestros libros con ese plástico, y también se hace todo a mano, se cosen todos los libros; entonces, tiene como todo una técnica un poco más artesanal".

Las cajas de cartón constituyen la materia prima de los cartoneros. "Esas cajas de cartón nosotros las reutilizamos -dice-, no en grandes cantidades, porque un libro cartonero tiene 100 a 200 ejemplares, porque los hacemos uno a uno a mano, entonces no hacemos tantos libros, la reutilización tampoco es tanta, pero sí se convierte la basura en arte. Nosotros estamos también contactados con mucha gente que hace esto. Reutilización más que el reciclaje".

¿Por dónde partir?

Reciclar parte desde el momento en que se consume. Ahí es importante fijarse en varias cosas. Torres aconseja preferir productos que tengan la menor cantidad de empaque posible, incluso llegar a optar por alternativas a granel, así como también tomar en cuenta el tamaño de lo que se desee. "Si alguien es consciente de que le gusta mucho tomar bebida, mejor elegir un envase grande de una vez y no comprar varios pequeños", ejemplifica.

Una de las metas de la Hoja de Ruta de Economía Circular es que al año 2040 sólo llegue un 10% de los residuos domiciliarios a los rellenos sanitarios. Aunque Torres considera que al menos en Puerto Montt, "todavía estamos en pañales en el tema del reciclaje".

Aunque sí valora que ha habido un aumento en el interés de las personas respecto del tema. "Nos pasa mucho que nos entregan las bolsas mezcladas y nuestra misión no es separar la basura, sino solamente educar y ver que la persona esté reciclando bien. Pero de repente llevan sus vidrios con restos de alcohol o de jugo y eso igual nos genera vectores sanitarios si lo empezamos a recibir en grandes cantidades, entonces hay mucha gente que no tiene mucho conocimiento sobre el tema del reciclaje, pero hace el intento".

Belén Villanueva de Fundación Ecosueños, organización que desde el año 2014 funciona como un espacio colaborativo de gestión comunitaria de residuos, es optimista. Si bien se avanza lento, advierte, ha habido progresos.

"Todavía hay muchas deficiencias, pero creo que todos quienes participamos en este deseo de una economía circular, estamos aportando para que esto funcione bien y vemos como cada día, aumenta la participación desde todos los sectores", señala.