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"¿Qué te pasó Puerto Montt?"
Hay un famoso meme, extraído de un diálogo de la serie animada "Los Simpson", donde Bart, ya adulto, le recrimina a Homero, su padre, su falta de juventud y diversión, convirtiéndose en una persona amarga y desagradable. Un poco de eso le ha pasado a Puerto Montt, a la que con orgullo en el pasado hablábamos de la "capital regional de Los Lagos" con sus calles limpias y seguras.
Hoy por hoy, dista mucho de eso. Hay calles rotas, basureros rebalsados con paquetes de comida rápida, botellas de cerveza; paredes rayadas y vandalizadas, una plaza central cerrada, un comercio ambulante desatado y sin ninguna regulación, y una pileta de $1.200 millones que de pasar a ser la promesa del turismo local, hoy sirve para instalar una pequeña escultura reconociendo nuestros humedales con una garza de papel maché bastante poco amable (por no decir, en mi opinión artística, fea), tiras de plástico verde para imitar la flora de los humedales y una pequeña inscripción en madera que apenas se ve.
No le quito mérito a quienes hicieron este montaje, que claramente tenían una buena intención, pero lo que no puedo entender y soportar es que el municipio, con su tremendo presupuesto y una Corporación Cultural, no pueda apoyar con una activación de mejor calidad y que le dé valor a nuestros humedales. ¿Cómo se pretende que nuestra ciudad pueda ser la capital del turismo si apenas nos preocupamos de nuestra propia ciudadanía con autoridades locales con un claro desinterés y falta de visión sobre nuestro futuro local?
¿Alguien recomendaría nuestra ciudad como destino turístico o como un lugar para pasear? Para qué hablar de tratar de ir caminando a Angelmó o al Pueblito Melipulli, con calles colapsadas por comercio ambulante sin control, personas orinando, consumiendo drogas y alcohol en la vía pública, una sensación de inseguridad constante, calles mugrientas y paredes rayadas que afectan directamente al comercio establecido, los empleos y finalmente a las personas de pie que tienen que soportar este despelote institucionalizado.
Hay excepciones a la regla y obviamente existen lugares que salen de esta crítica, pero son los menos y se están acabando. ¿Qué te pasó Puerto Montt? Antes eras chévere.
Juan José González, Cafetería Casa Creasur en el Pueblito Melipulli
Puerto Montt abandonado
Es increíble ver la manera en que en Puerto Montt se maltrata al comercio y turismo local. Por un lado, a vista y paciencia de todos, se cierran calles públicas por meses para que particulares construyan una pasarela que beneficiará al retail santiaguino instalado en la ciudad. Esto, por supuesto, aparte de seguir tapando las pocas vistas que quedan.
De forma simultánea, las autoridades rodean al comercio local de toldos, estrechando los espacios para que los peatones puedan circular en veredas, las que supuestamente son espacios de uso público, pero en Puerto Montt son para uso de privados (comercio informal, autos, etc.). Este castigo es a un comercio que religiosamente y por decenas de años ha pagado patentes e impuestos que cada vez son mas altos. Esto es dar la espalda a la historia de la ciudad y es entregarse al centralismo. Todo esto en bandeja.
Una realidad que debería servir de ejemplo es Europa, en donde se le dan todas las garantías al comercio y turismo formal en los cascos históricos. Aquí se hace justo lo contrario, en donde estos espacios están cada vez más decadentes, destruidos y expuestos a la delincuencia con la ulterior merma en la calidad de vida de trabajadores y ciudadanos en general.
Dennis Smith Brauning
Directiva de la Convención I
Veo esperanzas en la actual directiva de la Convención Constitucional.
Julio Meza
Directiva de la Convención II
El lector Tomás Junker me informa en carta a El Llanquihue que la doctora María Elisa Quinteros y el doctor Gaspar Domínguez tienen estudios de posgrado en salud pública, lo que los hace ideales para ser miembros o asesores del Congreso o para trabajar en el Ministerio de Salud, pero para dirigir, articular, redactar una Constitución, la respuesta sigue siendo no.
El gran problema es la forma en que se llegó a estas instancias, culpa de uno de los peores presidentes en la historia de Chile. Es que la mayoría de nuestros compatriotas cree que la Constitución es una lista de pedidos para satisfacer deseos, aspiraciones, frustraciones, resentimientos de grupos específicos cada vez mayores en cantidad, pero muy atomizados, reaccionarios y con agendas propias. Y para que se entienda bien, no es nada en contra de ellos como personas o como profesionales de la salud, estoy en contra de todo este proceso nacido de la violencia revolucionaria que hemos vivido desde nuestro octubre rojo.
Espero que no se olviden que nuestra actual Constitución dice en su artículo 1: "Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos".
Pablo Brahm Rosas