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poca nieve, y otros con mucha: pérdidas y ganancias extremas.

Los cambios

Para el análisis se generó, para cada complejo glaciar, vistas satelitales que corresponden a pares de año, en donde se muestran en color blanco las zonas sin cambio respecto al año anterior, en naranja las zonas de pérdidas y en azul las ganancias (ver imágenes satelitales de apoyo en página 2).

El análisis de la superficie sin cambio de nieve para los períodos 2018-2019, 2019-2020 y 2020-2021 en la región, arrojó que la tendencia es hacia el incremento o la estabilidad. Otra observación obtenida fue que el porcentaje de superficie sin cambio es mayor en la medida que los glaciares son más grandes.

La tendencia hacia el equilibrio de los glaciares de la Región los Lagos, también se puede observar al analizar el balance de nieve acumulada en la época seca obtenido de la resta de las ganancias de las pérdidas dentro de los límites del Inventario Público de Glaciares. De acuerdo con este análisis, se obtuvo un balance negativo de 4 mil 796 hectáreas en el período 2018-2019, que se compensó con 4 mil 33 hectáreas de balance positivo en el siguiente periodo 2019-2020, mientras que se estabilizó en -182 para el periodo 2020-2021.

Cómo leerlo

Efraín Duarte, doctor en Ciencias y analista de datos del estudio, explica que se decidieron a tomar este análisis porque era algo no evaluado a nivel nacional y que trata de glaciares de montaña que están en la parte propiamente continental y no glaciares que están en la parte de los océanos. ¿Por qué tomando como base la época seca? "Porque ahí es donde uno puede comparar realmente si hubo una pérdida de la nieve con respecto al año anterior", responde.

- ¿El cambio climático tiene efecto más tarde en los glaciares?

- Creemos que sí, todavía no podemos tener una conclusión total, pero es la tendencia. Hay otro tema muy interesante, que cuando nosotros hablamos que se perdieron 4 mil 700 hectáreas de nieve y al año siguiente se ganaron 4 mil, no significa que se ganaron exactamente donde se perdieron, entonces puede ser que una parte del glaciar que perdió nieve y al año siguiente sigue sin nieve, y lo que ganó nieve fue otra zona, entonces ahí puede haber también una confusión que uno dice era blanco, mañana no, pasado mañana sí, puede que siga sin nieve".

Sobre los resultados, reflexiona que "cuando uno ve el balance, ya de harto tiempo, vamos encontrando equilibrio donde el glaciar pierde mucha nieve, gana nieve, pierde y gana y nos llama mucho la atención que hay un equilibrio. Cuando uno analiza cinco años, ese fue un hallazgo muy interesante". Sin embargo, reconoce que "tenemos el desafío todavía de llevar este análisis a más tiempo, por ejemplo, en los últimos 30 años y eso es en lo que estamos trabajando en la empresa. Llevando los análisis a partir de 1985-1990 hasta la actualidad, estamos analizando 35 años que ya podemos identificar una tendencia mas clara".

Quieren más datos

El novedoso estudio no dejó indiferente a expertos locales, quienes hacen hincapié en la necesidad de contar con números de más larga data, especialmente pensando en el cambio climático que afecta a la zona, y el mundo entero, y que ha traído periodos muchos más calurosos y de sequía.

Manuel Alarcón, académico de la Escuela de Ingeniería Ambiental UACh, cuenta que "si bien estamos en un proceso de cambio climático que nos va a llevar a los deshielos, hay una tendencia clara tanto en hielos de montaña como en hielos polares, en una pérdida continua de ellos. Ocurre que en algunos años, dentro de la tendencia, puede haber un balance positivo en la acumulación de nieve y hielo, pero esos son eventos puntuales, que no es lo mismo que la tendencia que hay que observar en aproximadamente 10 años, que es lo que esta pasando".

Agrega que "si uno revisa los últimos 10 años, por un punto o dos, la tendencia sigue siendo a la pérdida global de los hielos y nieves. Ahora ¿cómo afecta a los ecosistemas que hayan años con tendencia a la acumulación de hielo y nieve? Lo afecta de manera totalmente positiva, retardando un poco el cambio climático, favoreciendo los cursos de los ríos, favorece la flora y fauna y su interacción, así que no es extraño que hayan años donde ganemos hielo o nieve con respecto al promedio, pero la tendencia sigue siendo clara y siempre hay que evaluarla desde los plazos más largos que tengamos en los registros hasta la fecha y ahí podemos hacer una vista real. Siempre es positivo seguir midiendo año a año para generar políticas públicas, hacer las medidas para poder generar conciencia de este cambio climático y de lo que nos espera".

Por su parte, el doctor Alejandro Buschmann, destacado científico de la ULagos, fue un poco más crítico de los resultados y expresa que "puede ser que algunos glaciares en el sur no hayan disminuido tanto en este momento, pero si uno se va a la Antártica, se ve que hay una disminución de las masas de hielo en el hemisferio norte también, en el ártico y en general hay un patrón. Ahora, hablar de un equilibrio en cinco años para aguas que son milenarias y hablar de equilibrio me parece que no está ajustado el término, las variaciones que podemos tener en cinco años son difícilmente medibles, así que eso me parece que es complejo de entender y no tiene mucho sentido".

Añade que no se puede hablar de equilibrio, primero, por el período de tiempo muy corto para analizar tendencias de glaciares; y segundo porque esto habla de superficie y no de volumen de hielos, por ello no se puede con datos de superficie nevada inferir que los glaciares están en equilibrio.

Raffaele Di Biase, director de la Fundación Legado Chile, asegura que, pese a que los glaciares no son el foco específico de sus actividades, sí los siguen con atención y detalla que "es importante no olvidar la emergencia climática que estamos viviendo. Si bien puede haber glaciares con datos que concluyen un equilibrio, otros que avanzan como el Pío XI, no hay que olvidar que los estudios confirman dramáticos retrocesos, especialmente en la Patagonia. Por otro lado, la pérdida de masa de hielo que afecta la Antártica y el Ártico tienen consecuencias directas en todo el planeta".

"Aunque no estemos trabajando directamente con glaciares, podemos reconocer los efectos que el aumento de la temperatura, el retroceso de los hielos y la sequía, entre otros efectos de la emergencia climática, están generando en nuestros objetos de conservación y en la vida de las comunidades", finalizó.

"Hablar de un equilibrio en 5 años para aguas que son milenarias y hablar de equilibrio me parece a mi que no esta ajustado el termino".

Alejandro Buschmann, Doctor y científico ULagos

"Tenemos el desafío todavía de llevar este análisis a más tiempo, por ejemplo en los últimos 30 años ".

Efraín Duarte, Doctor en Ciencias y analista del estudio.

6 comunas de la Región de Los Lagos fueron consideradas para el estudio. Tras ellas, se replicó el análisis en otras regiones del país.

2018 a 2021 es el período que se analizó la nieve de los glaciares, agrupándolos en pares para ver las diferencias.

30 años de recopilación de datos sería lo óptimo para hacer una síntesis más certera de la tendencia, aseguran otros expertos.