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Aún persiste la falta de mano de obra en plena cosecha de especies frutales

OSORNO. Fenómeno se viene replicando desde la temporada anterior, pero este año se estaría acentuando. Entrega de bonos, cambio de perspectivas laborales explicarían la situación.
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Paola Rojas paola.rojas@australosorno.cl

En los últimos años la importancia de los frutales dentro de la economía regional ha cobrado una importancia vital, con el aumento de las exportaciones de cerezas y arándanos, pero que en las últimas cosechas ha visto un factor negativo en este mercado; se trata de la escasa mano de obra para estas labores, que precisamente en esta época del año se encuentra en su punto máximo.

En esta temporada el fenómeno afecta principalmente a los huertos de arándanos, donde las razones que se barajan para explicar este fenómeno van desde la entrega de bonos a una renovación generacional que implica un cambio de intereses de quienes habían sido por varios años cosecheros.

Además, en los próximos días se viene el peak de esta cosecha, con las variedades más demandadas para la exportación, por lo que la carencia de trabajadores preocupa de sobremanera a los productores de la zona.

Escasez de trabajadores

El jefe de programas de arándanos y cerezas de la empresa Agricom, Carlos Calderón, comentó que en el caso de esta firma, que posee 28 huertos en la provincia de Osorno, en esta temporada ha visto una falta de mano de obra bastante grave.

"Hay campos que ya están dejando cuarteles de sus huertos directamente para una cosecha para fruta industrial, mientras otros predios han dejado parte de su huerto para una cosecha mecanizada", señaló.

El profesional detalló que la mano de obra faltante en el caso de esta firma es mayor entre un 20% a 30% en comparación al año anterior, lo cual se puede atribuir a diversos factores como por ejemplo los bonos que entregó el Estado y, por otra parte, muchos trabajadores de edad avanzada no han salido debido a la pandemia, por temor a contagiarse mientras participan de las faenas.

Además de ello, Calderón comentó que se está viendo un recambio generacional dentro de estos trabajadores, ya que muchos que por años salían a trabajar en la cosecha del arándano, ahora se dedican a otras labores más estables; mientras que muchos que antes eran estudiantes en la época que iban a los huertos, ahora son profesionales y se dedican a sus especialidades.

En los últimos días también se produjo un hecho aislado, como lo fue la intensa lluvia caída en la zona, la que provocó algunos daños en cerezas y arándanos.

"No fue catastrófico, pero sí provocó daño... y más la falta de mano de obra, eso en sí genera muchas pérdidas", manifestó Carlos Calderón.

Mauricio Momberg es un conocido productor de arándanos de Río Negro y coincide en que esta es una temporada mucho más compleja para encontrar la mano de obra necesaria para la extracción de este berrie.

El agricultor detalló que en la actualidad se encuentra trabajando con un 60% de la mano de obra que requiere para la cosecha, ya que muchas personas no están optando por estos trabajos temporales, porque aún viven de los bonos que se entregaron a fin de año.

Tradicionalmente, dijo, este es un rubro en que llegaban familias completas a trabajar, incluyendo a adolescentes, pero muchos de estos últimos, aunque manifiesten el entusiasmo, se encuentran con muchas trabas en cuanto a la documentación que deben presentar por su condición de menores de edad.

En paralelo está el caso de los adultos mayores, quienes se caracterizan por ser excelentes trabajadores por su responsabilidad, experiencia y destreza para estas labores, pero tampoco están llegando por el temor a los contagios.

Otro caso es el de los extranjeros, donde al menos en el caso de este productor, se ve que algunos de ellos se han ido del país, como por ejemplo haitianos que emigraron a Norteamérica (México o Estados Unidos) o los bolivianos, que si bien se encuentran en Chile, tienen dificultades para obtener la visa que se requiere para estos fines.

"Tenemos las puertas abiertas para quienes quieran venir a trabajar. Este es un buen ambiente laboral para quienes se quieran integrar y esta es la época, porque en marzo ya no habrá fruta para cosechar, por lo que no podremos dar trabajo", afirmó.

Se viene el peak

El asesor de frutales de Cooprinsen, Miguel Cordero, explicó que aún no se marca el peak de producción y será hasta esa fecha en que se refleje realmente si hay un problema grave en cuanto a la falta de mano de obra para esta cosecha.

Si bien este profesional manifestó que no hay reportes de productores que marquen una temporada con una crisis por trabajadores, sí se puede afirmar que ha costado que ellos permanezcan en los huertos.

"Generalmente los cereceros traen gente de Curicó y, en el caso de los arandaneros, porque ya han tenido una buena experiencia, traen a bolivianos y peruanos desde la zona central. Esta próxima semana, cuando ya entremos al peak de producción en la región, tendremos una noción clara de cómo estará la presente temporada", expresó.

En cuanto a la dinámica de este periodo, Miguel Cordero indicó que algunas de las variedades debieron partir antes con su cosecha, por lo que se iniciaron con un buen grupo de gente, pero se detuvieron porque ya no hay tanta fruta disponible.

"Actualmente a las variedades más tempranas no les queda más de una semana, pero ya se vienen las variedades fuertes como Brigitta, Legacy o Blue Ribbon, que son el fuerte de la zona. Ahí diría yo que está el 75% de la exportación", concluyó.

Buen balance en cerezas

Un caso diferente es el que se presenta en las cerezas este año, donde no se estarían presentando mayores problemas en conseguir la mano de obra para ello.

El propietario de la Frutícola Rupanco y del vivero Rancagua, además de miembro de la Cooperativa Cerecoop, Andrés Valdivia, señaló que en este rubro se ve una buena disponibilidad de mano de obra, ya que se trabaja con contratistas que vienen de la zona central. "En el caso de la disponibilidad de contratistas de la zona central, hay mano de obra y mucha. Esto es distinto a lo que sucede con el arándano, porque la gente termina de cosechar en la zona central y se viene cosechando a medida que va avanzando el cultivo hacia el sur. Hoy día si yo necesito levantar 150 ó 200 personas, lo puedo hacer fácilmente", aseguró.

20% menos de mano de obra es lo mínimo con que están trabajando actualmente los huertos de arándanos. Incluso, en varios casos este porcentajes llega a 30% - 40%.

Avances y deudas en la legislación sobre infancia y personas mayores

Francisco Almonacid Faúndez Relator Titular Corte de Apelaciones de Puerto Montt
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En una columna anterior abordé las transformaciones legislativas en materia de infancia y adolescencia y las deudas pendientes sobre ello, para efectivizar en mayor medida la tutela de derechos de esa parte de nuestra población. En la presente, quisiera tocar el tema de la protección de las personas mayores, relevando el rol que el Poder Judicial pretende jugar a ese respecto y la necesidad de reformas procedimentales que permitan cristalizar esos esfuerzos en acciones efectivas del Estado para el resguardo de la dignidad y derechos de aquellos.

Así, en primer lugar, quisiera detenerme en el reconocimiento de la necesidad de poner el acento en asegurar la plena operatividad de los derechos de todas las personas, en especial cuando aquellas -por circunstancia propias- se encuentran en situaciones de desigualdad, vulnerabilidad o riesgo, como ocurre con los niños, niñas y adolescentes y con las personas mayores.

Para ello, el Poder Judicial ha elaborado en abril de 2021 el "Protocolo de acceso a la justicia para personas mayores", que contiene, además de un marco conceptual y de normas nacionales e internacionales sobre la materia, recomendaciones para el trato, uso del lenguaje y entrega de información, así como necesidades de facilidades en infraestructura que se requieren y la forma de abordar su intervención en causas en materia de familia, penal, civil, laboral y de segunda instancia; que son aplicables a todos los tribunales del país y pretenden garantizar el acceso pleno al ejercicio de los derechos de aquellos y con la mayor dignidad.

Falta de procedimiento

Sin embargo, existe a mi juicio una deuda que se ha hecho particularmente visible en el contexto que se produce luego de la pandemia de covid-19, contingencia que, entre otras cosas, develó el abandono y falta de cuidado en que se encuentran muchas personas mayores. Ello se refiere a la ausencia de un procedimiento especial, en sede de tribunales de familia, que permita abordar la protección de sus derechos ante vulneraciones provenientes de su círculo familiar, como ocurre ya sea por omisión en sus cuidados como por acciones potencialmente lesivas.

En este contexto, los tribunales de familia han recurrido al uso de la tipología de causas de violencia intrafamiliar (artículos 81 y siguientes) para abordar las situaciones de vulneración de derechos de personas mayores, pero éste es insuficiente, entre otras cosas, porque no siempre las situaciones vivenciadas por éstos son encuadrables en la definición de maltrato o violencia del artículo 5° de la Ley N° 20.066 (Ley sobre Violencia Intrafamiliar y que define conceptualmente ésta), y porque ese procedimiento especial sólo persigue sancionar a quien incurre en ella, excluyendo, por ejemplo, la posibilidad de llegar a una solución colaborativa en que los distintos familiares puedan arribar a acuerdos para su mejor cuidado, sin perjuicio de la posibilidad de decretar medidas cautelares como el abandono del hogar de un posible agresor o conceder alimentos provisorios en su beneficio, las que se extinguen al final del juicio, toda vez que, de no mediar agresiones catalogables como violencia, se deberá necesariamente rechazar la denuncia o demanda.

Cambios legales

Por ello, parece necesario que con prontitud se lleven a cabo cambios a nivel legal -en base a un acuerdo transversal de los órganos colegisladores- que creen un procedimiento judicial que permita materializar el deber del Estado de proteger a las personas mayores, mediante herramientas especialmente diseñadas para ese efecto, poniendo un especial énfasis en el interés de éstas y sobre todo, en el abordaje colaborativo de las soluciones a alcanzar, de modo de dotarlas de estabilidad y también permitir disminuir la conflictividad en el núcleo familiar de esas personas, incrementando así la estabilidad y tranquilidad emocional que requieren.

"Parece necesario que con prontitud se lleven a cabo cambios a nivel legal (...) que creen un procedimiento judicial que permita materializar el deber del Estado de proteger a las personas mayores"