Cambio cultural y envejecimiento
Síntoma saludable de toda sociedad es reconocer el aporte de los adultos mayores. El tratamiento hacia las personas mayores debe alejarse de cualquier prejuicio acerca de una supuesta menor autovalencia.
Esta semana se realizó la premiación de los seleccionados de la primera generación del premio "Cien Líderes Mayores", que busca visibilizar a personas mayores de 75 años que destacan por su experiencia, pasión y liderazgo en áreas claves para el desarrollo del país. Los seleccionados del premio, organizado por El Mercurio, Fundación Conecta Mayor UC y la Pontificia Universidad Católica de Chile, fueron distinguidos por su impacto en una de las cinco categorías: academia, investigación, humanidades, ciencia y tecnología; artes, cultura y comunicaciones; salud y deportes; oficios tradicionales, emprendimiento, innovación y empresas; y política, social y comunitaria.
Hitos como este representan una manera de avanzar hacia un cambio de mirada sobre este creciente segmento poblacional. Lo más común es que los mayores se hayan transformado en sujetos de compasión, donde la sociedad insiste en ponerlos en posiciones de vulnerabilidad e incapacidad, con etiquetas que los excluyen y discriminan sólo por su edad, pero sin relación a sus capacidades, contribuciones y participación.
Así, la iniciativa busca combatir los prejuicios e impactar en las próximas generaciones. De esta forma, no sólo se aspira a destacar a líderes mayores por su experiencia y aporte social, sino también contribuir a un cambio cultural en torno al envejecimiento y combatir el edadismo, es decir, la discriminación asociada a la edad. El siguiente dato refleja esos prejuicios: según la Quinta Encuesta Nacional de Inclusión y Exclusión Social de las Personas Mayores en Chile, de la Universidad de Chile y el Senama, y de la Casen 2017, en Chile el 68% cree que las personas mayores de 60 años no pueden valerse por sí mismas, cuando en realidad el 86% de ellos sí son autovalentes.
Los desafíos que enfrenta para el país afrontar el envejecimiento de la población involucra al menos cuatro ámbitos: cambiar la forma de pensar, sentir y actuar hacia la edad y el envejecimiento; asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores; ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios de salud primaria que respondan a las personas mayores y, finalmente, brindar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesiten.