Este 21 de noviembre se realizó la elección de primera vuelta presidencial, junto a la parlamentaria y de consejeros regionales (cores). Y nuestra región no estuvo exenta de resultados competitivos, sorpresivos, así como determinantes en la obtención de escaños populares. Fidel Espinoza, del PS; Iván Moreira, de la UDI; y Carlos Kuschel, de RN, representarán a partir del 11 de marzo de 2022 a la región en el Senado. En el distrito 25 y 26 se obtuvieron nueve escaños en diputados y los cores completaron la suma de 20 cargos de elección popular.
Ahora bien, en más de una ocasión ha sido posible escuchar de algún analista opiniones que califican una derrota electoral proveniente del "juicio ciudadano", intentando reflejar como un castigo de la comunidad a quien no sale electo. Y ante ello, es dable aclarar la no veracidad en esa premisa. Ejemplos hay varios, partiendo por el senador Rabindranath Quinteros, que fue por la reelección y obtuvo la segunda votación más alta en la región (superando a los senadores electos Moreira y Kuschel), sin embargo, la lista de la que era parte no logró superar en votos a la lista oficialista. ¿Podríamos definir esto como un juicio ciudadano? Una situación similar ocurrió con el candidato independiente Diego Vallejos, que se presentó a core por la provincia de Llanquihue y logró ser el segundo más votado, pero al no incluir a más integrantes en su lista, su alta votación no fue suficiente para contrarrestar la sumatoria de otras listas que llevaban cupos completos. ¿Existe un juicio del elector?, claramente no.
Con todo, es menester señalar que las reglas en el sistema de elección apuntan a una mejora en la representación de todos los sectores. Cuando la Ley 20.840 sustituyó el sistema binominal en las elecciones parlamentarias, se estableció un sistema proporcional inclusivo, buscando incentivar la participación de la mujer (que sigue pendiente de mejorar) y aumentando el número de parlamentarios. Es así que el sistema proporcional D'Hondt se utiliza en la elección de concejales, de cores y en diputados/senadores.
Sin duda, el gran juicio que debemos hacer es sobre participación ciudadana en las elecciones. Resulta una prioridad reforzar la tan necesaria educación cívica, sobre todo para que en la segunda vuelta del 19 de diciembre superemos al menos el 50% de participación ciudadana, cosa que no ocurrió en la primera vuelta.
Gonzalo Valenzuela, cientista político