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A 50 años de una polémica visita: Fidel Castro en Puerto Montt

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Juan C. Velásquez

Alas cinco de la tarde del miércoles 10 de noviembre de 1971, un avión soviético aterrizó en el Aeropuerto de Pudahuel. Minutos después, en medio de un masivo recibimiento, el Presidente Salvador Allende se fundió en un abrazo con Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana. Comenzaba así una de las más polémicas visitas a Chile, de un gobernante extranjero.

El jueves 18 de noviembre de 1971, desde muy temprano se pudo observar en las calles de Puerto Montt un extraordinario movimiento. En diversos medios de transportes, cientos de personas llegaban a la ciudad para recibir al líder cubano que arribaría procedente de Concepción.

En el frontis sur del Hotel Vicente Pérez Rosales, se levantó un escenario desde donde los ilustres visitantes se dirigirían a los miles de concurrentes que, desde media tarde, se dispersaron a lo largo de la Avenida Costanera.

Luego de arribar al Aeropuerto Tepual, en distintos aviones, Fidel Castro y Salvador Allende fueron trasladados al centro de Puerto Montt, dirigiéndose al Hotel Vicente Pérez Rosales, en cuyas habitaciones descansaron durante algunos minutos. A las 20:30 horas se asomaron a uno de los balcones para saludar a la multitudinaria concurrencia. Cuando aún resonaban los vítores bajaron al escenario, donde les esperaban ministros, parlamentarios y autoridades locales.

El acto se inició con el Himno Nacional de Chile, mientras se izaba el Pabellón Patrio, en un mástil instalado en el lugar. El intendente de la Provincia de Llanquihue Alfredo Fuchslocher, fue el encargado de darles la bienvenida a nombre de la ciudad. En una breve improvisación, saludó al líder cubano - que lucía un poncho de lana - y al Presidente Allende, expresando su satisfacción de "recibir a tan ilustres huéspedes".

Al momento de dirigirse a la multitud, Fidel Castro afectado de una fuerte difonía señaló: "Hemos llegado al fin a este maravilloso lugar, a este lugar que nosotros conocíamos en los libros. Hemos llegado a este lugar de islas maravillosas, de volcanes, de nieves perpetuas y de un pueblo que se caracteriza a pesar de vivir en una zona fría, por ser entusiasta y revolucionario. Hemos tenido una enorme satisfacción al llegar aquí en el día de hoy. Sentimos una expresión muy profunda de agradecimiento por el reconocimiento que ustedes nos han hecho. Estamos sinceramente agradecidos. Hemos tenido oportunidad de presenciar este espectáculo en la tarde de hoy; este bosque de banderas y en el fondo el mar, las islas, las montañas, pocas veces en nuestra vida y tal vez nunca hayamos visto un paisaje humano y natural como el que estamos viendo en el día de hoy".

Al terminar el discurso, los gritos y aplausos resonaron en la Avenida Costanera, mientras cientos de banderas chilenas, cubanas y de los partidos políticos de izquierda ondeaban al viento. También se observaban numerosos carteles y lienzos alusivos a la Revolución Cubana, "Che" Guevara, Allende y Fidel Castro.

"El acto de masas con el que se recibió al Presidente Salvador Allende y al primer ministro de Cuba, Fidel Castro, superó ampliamente todo lo previsto. Nunca antes, en esta ciudad, se había congregado una multitud similar", informó el Diario El Llanquihue, en la página 7 de su edición del 19 de noviembre.

Tras el multitudinario acto, Salvador Allende y Fidel Castro se fueron a descansar a sus respectivas habitaciones del Hotel Vicente Pérez Rosales, tras compartir una cena, junto a sus acompañantes e invitados especiales.

A las 8:30 horas del viernes 19 de noviembre el Presidente de Chile y el líder cubano, se trasladaron al Aeropuerto El Tepual, para abordar el avión en el cual sobrevolaron nuestra zona. El vuelo fue de aproximadamente 40 minutos y el buen tiempo reinante hizo que el recorrido fuera placentero y que ambas autoridades políticas disfrutaran del hermoso paisaje sureño. Al regresar al aeropuerto Salvador Allende fue invitado por el alcalde de Puerto Montt don Sergio Elgueta, para recorrer la ciudad y analizar las necesidades de la zona. Sin embargo, el mandatario chileno ignoró la invitación y junto a Fidel Castro se trasladaron raudamente al puerto para embarcarse en el destructor "Almirante Riveros", y dirigirse a Punta Arenas.

Cerca de las 10 horas, llegaron al recinto portuario. Efectivos de la Armada y la Banda del Regimiento "Sangra", rindieron los honores de rigor, al paso del Presidente Salvador Allende y de Fidel Castro. Le acompañaban Pascual Barraza, ministro de Obras Públicas; Belarmino Castilla, ministro de Educación de Cuba; Raúl Montero, comandante en jefe de la Armada; Alejandro Ríos, ministro de Defensa; Jaime Suárez, secretario general de Gobierno y Mario García Inchaustegui, embajador de Cuba en Chile. Minutos después el destructor "Almirante Riveros" zarpaba rumbo a Punta Arenas, siendo despedidos por el intendente de la Provincia de Llanquihue Alfredo Fuschslocher, mientras en el barco se transmitía una grabación del Himno de la Escuela Naval.

Finalmente, Fidel Castro abandonó nuestro país el 4 de diciembre de 1971. Su visita contribuyó a polarizar el ya enrarecido ambiente político chileno. Esparció por todo el territorio el lenguaje de la revolución. También hizo aflorar los conflictos internos de la Unidad Popular pues mientras sus personeros más radicales se entusiasmaron con los discursos del líder cubano, los más cautos terminaron molestos con sus críticas a la vía chilena al socialismo. "En Chile está ocurriendo un proceso insólito, donde los revolucionarios tratan de llevar adelante los cambios pacíficamente, mediante las leyes establecidas", señaló Fidel Castro en su discurso pronunciado en el Estadio Nacional, el 2 de diciembre.

En el documento "Desilusión Cubana con el Experimento Chileno", despachado desde Santiago el 31 de mayo de 1972 se afirmaba: "Cuba considera que el caso chileno no es lo suficientemente revolucionario y por lo tanto está destinado a fracasar. Allende será derrocado".