Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
ENTREVISTA. Fabián Tapia, ciclista puertomontino y su reciente experiencia en circuitos europeos:

"Me invitaron para retornar en marzo de 2022. Fue increíble lo que viví en Bélgica"

E-mail Compartir

Vivencias únicas dentro de su aún joven trayectoria en el ciclismo tuvo el pedalero del Club Ciclista Puerto Varas, Fabián Tapia (18), en su reciente incursión en un equipo junior en Bélgica.

El puertomontino recaló en mayo en el club Star Junior Team, conformado por un grupo de pedaleros de distintos lugares de este continente.

El destacado corredor y actual seleccionado para los Juegos de la Araucanía, que se disputará en Puerto Montt en noviembre, destacó su paso por el Viejo Continente y de la posibilidad que tiene de retornar en marzo de 2022 al mismo plantel internacional.

Nivel impresionante

-Sabemos que no fue fácil tu salida del país por la pandemia y los trámites de documentos, para viajar fuera de Chile.

-La idea en un principio era reunirme con mis compañeros del grupo en la ciudad de Oudenaarde (Bélgica), donde íbamos a vivir. No pudimos viajar con el otro ciclista de Aysén, Carlos Rodríguez, porque me faltaban papeles y solo lo hice hasta el 12 de mayo, fecha en la que me embarqué, aunque él no lo pude hacer sino hasta junio.

-Cuéntanos de esta experiencia deportiva y cómo fue ese momento en que empiezas a rodar en uno de los países que es cuna del ciclismo internacional...

-En el Star Junior todo fue increíble, donde estuvimos a cargo del manager Mauricio Frazer. Oudenaarde es la capital del ciclismo mundial, Bélgica es un país exclusivo para hacer esta disciplina, con un nivel impresionante, a pesar de que no es una nación muy grande. Todos lo practican: grandes y chicos. Existen muchas diferencias con Chile, ya que salía a entrenar y me pillaba a ciclistas profesionales. Así aprovechaba de salir a entrenar con ellos y a la semana siguiente los estaba viendo en los Juegos Olímpicos de Tokio.

-Entonces la sensación fue única para lo que buscabas...

-Todos son muy rápidos, tipos increíbles, además que los circuitos son muy técnicos y veloces. Necesité de un periodo de adaptación bastante largo, hasta que después comencé a agarrar ritmo, con un calendario intenso ya que participábamos entre dos a tres carreras a la semana.

-¿Qué tipo de pruebas eran las que corriste?

-Eran competencias clásicas de un día, en las que recorríamos 100 kilómetros como promedio en cada una. El ritmo de velocidad era de 45 kilómetros por hora, con un cambio limitado porque en categoría menores, debido a que hay un cambio máximo que se utiliza en la bicicleta.

-Con respecto a tu club, ¿habían más chilenos o de otros países? ¿Cómo estaba integrado tu team?

-En total, éramos ciclistas de siete países, todos de distinto nivel cultural. Sin embargo, en el deporte tenemos una realidad muy parecida. Estuvimos siete chilenos, habían otros compañeros de México, Uruguay, Argentina, Ecuador, Cuba y Venezuela. Entre los nacionales estaba José Beltrán, Guillermo Beltrán, Nicolás Vergara, Miguel Iturrieta, Diego Gutiérrez y Carlos Rodríguez, todos de la categoría Junior.

-Contabas que tenías hasta 3 carreras por semana. ¿Cómo fue peregrinar por Bélgica y otros países cercanos?

-Corriendo estuvimos cuatro meses y alrededor de 30 competencias. La verdad es que el calendario era bastante reducido por el contexto del coronavirus y las medidas sanitarias. Nosotros llegamos y no estaba muy buena la situación en Bélgica, así que sólo hasta junio se iniciaron las carreras.

Habían hasta cinco pruebas junior en el mismo y una cifra cercana a los 100 corredores en cada una, en distintas zonas de Bélgica simultáneamente; algunas se desarrollaban en caminos de adoquín.

-¿Cuáles tienes más en tu memoria?

-Dentro de la Región de Flandes también había mucha actividad ciclística.

Recuerdo una carrera, la primera que tuvimos que nos largaron por años. Primero los de 17 años, los largaron y luego los de 18. Más de un centenar de pedaleros en cada una. Tenía muchos deseos de ir a Ostende, donde se había hecho el mundial de ciclismo de ciclocross, pero no se pudo por las condiciones climáticas.

-Y desde el punto de vista más visual, de la geografía del país. ¿Qué te pareció?

-Por ejemplo, llegué a Brujas, ciudad que nos recibió con una lluvia tremenda. Es una zona maravillosa, al igual que todo Bélgica. Muchos ríos, bosques, ciclovías por doquier y estábamos como a dos meses del mundial y todo embanderado.

CRECIMIENTO DEPORTIVO

-En general ¿cómo fue tu rendimiento y qué le pareció aquello a tu entrenador?

-A mí me entrena mi papá que es ciclista y profesor de educación física. Con él manejo todos mis procesos y las planificaciones. La verdad es que allá hubo una evaluación bastante buena, junto con un trabajo de mucho estrés, dado la cantidad de carreras y el nivel de los entrenamientos de los equipos. Allá la primera parte fue más o menos complicada para todos, ya que nos topamos con un ciclismo muy rápido, circuitos de muchas curvas, pero nos acostumbramos a las condiciones y a maniobrar la bicicleta En mi primera carrera terminé 55° entre 100 corredores, después me acerqué al top 30, después top 20 y así hasta el top 10. Entre las competencias más importantes que estuve fueron el Mundial de Ciclismo de Flandes, el Aubel Thimister Stravelot y el Paris Roubaix, en Francia y Bélgica.

-¿Tu equipo fue bien evaluado entre tus compañeros? Es que siempre hay alguno que impone los ritmos o, ¿se iban rotando para ayudar al equipo a lograr buenos resultados?

-Claro, el tipo de carrera que se daba era el sprint de velocistas, como las llamaríamos en Chile. Me fui destacando más como escalador de subidas empinadas (de muros como las llaman allá). Teníamos un compañero muy especialista en estos circuitos, César Macías, de México, conocido en su país y en Europa. En las carreras cuando se podía hacer esta labor, lo ayudábamos en lo que se pudiera y jugábamos nuestras cartas, juntando ambos objetivos, como de llegar lo más adelante posible y aportar también al equipo.

-¿Hay posibilidades de que regreses en marzo a una nueva temporada?

-Estoy invitado al equipo el otro año, a la categoría sub 23. El principal objetivo de un equipo nuevo junior es a largo plazo acortar esta brecha que hay entre el ciclismo que tenemos en Latinoamérica con el que existe en Europa.

"Oudenaarde es la capital del ciclismo mundial; Bélgica es un país muy exclusivo para hacer esta disciplina, con un nivel impresionante, a pesar de que no es un lugar muy grande."