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señala que en "mi país hay hasta marcianos y nosotros los tratamos bien... Decimos, mira un chileno, un colombiano… pero nos tocó salir y cómo nos han tratado...".

"Nadie quiere irse"

Wilker Contreras es técnico en Minería y lleva 3 años en Puerto Montt. Su experiencia ha sido buena. "El que viene a trabajar súper bien porque hay oportunidades. Más aún si uno llega con un conocimiento y lo aporta acá. Si es así, a uno le irá bien".

En su relato cuenta que salió de Venezuela en busca de mejores condiciones de vida. "Nadie quiere irse de su país".

En esta zona no ha tenido problemas, aunque recuerda que llegó a Chile en tiempos en que habían más oportunidades para ingresar. "No había tanto inconveniente con la documentación", aunque en su caso obtuvo su visa definitiva hace 6 meses, en circunstancias que llegó en 2018.

A Puerto Montt llegó con su esposa y al año "me traje a mis padres. Hoy todos están con sus papeles".

En la capital regional emprendió y hoy es dueño del local WG, dedicado a la tecnología.

Contreras se siente triste a la hora de comentar lo que se vive en el norte. "Hay muchos venezolanos pidiendo dinero. Es triste porque vienen desde del mismo lugar que uno. Pero hay muchos que se hacen los locos, se aprovechan y se quedan en eso, lo que no debe ser, porque sí hay oportunidades laborales. Antes estuve en Ecuador y por eso digo que me gustó el que en Chile se respeten las leyes laborales. Si te contratan te tienen que pagar como debe ser".

"Experiencia extraordinaria"

Pedro León es emprendedor y junto a su grupo familiar llegó hace 4 años a esta zona. "Ha sido una experiencia extraordinaria. Venimos de un proceso migratorio bastante complejo" por cuanto antes de llegar a Chile había pasado por Estados Unidos y España, países en los que no encontró los medios, ni los mecanismos óptimos para regularizar su situación y así comenzar una nueva vida.

Pero en Chile sí encontró lo que andaba buscando. "Llegué y al poco tiempo pude trabajar, lo mismo que mi esposa, Grecia Rojas, que es médico y quien llegó un jueves y ya el lunes estaba trabajando".

De profesión ingeniero mecánico, se desempeña como emprendedor, lo que "difícilmente un inmigrante puede lograrlo en otros países".

Eso sí reconoce que esa "suerte", que su familia tuvo no corre para los nuevos migrantes.

León es propietario de Súper Poh, ex Arepa Poh.

Para León, la crisis que se vive en el norte es algo "deplorable" y piensa que se trata de una situación que se "está escapando de las manos. Hay un enfoque mezquino de parte de algunos actores de la sociedad, aunque también existe uno, que representa a la mayoría, que es bondadoso y solidario".

Sin embargo, expone que la realidad refleja que el pueblo venezolano está experimentando una profunda crisis de todo índole y que ello se traduce en que "la pobre la gente que llega en masa a Chile, está desesperada al punto de dejar todas sus pertenencias en Venezuela y escapar con nada para venir a buscar oportunidades. Es una crisis humanitaria".

Es por ello que estima que el gobierno chileno debiera manejar este escenario desde un enfoque más humanitario, porque no es lo mismo comparar el escenario venezolano con lo que ocurre en otros países y no porque tengan un privilegio, sino que por la situación de su país es conocida a nivel mundial.

Por lo mismo llama a los gobiernos de la zona a tener una consideración especial para brindarle una mano a un "pueblo que es fustigado por una dictadura. Un pueblo que es noble y que en el pasado acogió a miles de extranjeros, incluyendo a los chilenos tras el derrocamiento de Salvador Allende".

León estima que esta lamentable crisis de migración venezolana es una extraordinaria oportunidad para que el corazón de los chilenos y venezolanos aparezca la oportunidad de que ocurra el milagro del perdón y de la solidaridad.

Además, convoca a sus compatriotas que ingresaron a Chile cuando el trámite era más sencillo para que solidaricen con las personas que lo han realizado de forma ilegal y sin medios para sobrevivir, lo que los lleva a que se vean obligados a pedir en la calle.

"Las personas no lo hacen por falta de virtud o flojera, sino porque enfrentan una realidad muy difícil. No es llegar y decir 'estos vagos que no trabajan', por lo que en lugar de juzgar al compatriota que está en la calle busquemos la manera de encontrar mecanismos para ayudar a las personas", destaca.

Ayudar a sus compatriotas

Para Yasmín Mariño, los primeros meses fueron difíciles. Llegó junto a su esposo e hijas hace ya casi cinco años. Le costó adaptarse, sobre todo al frío. "Fue terrible. Fue muy duro. Es complejo empezar de cero después de dejar tu país".

De ahí que decidió apoyar a sus compatriotas para que no viviesen una situación similar.

Razón por la cual forma parte de la Agrupación de Amigos Venezolanos en Puerto Montt, entidad en la que ocupa el cargo de tesorera y también integra la Corporación de Migrantes Los Lagos.

Para Yasmín Mariño, lo ocurrido en el norte del país, en cuanto al ingreso irregular a