Lógica del empate
Durante los últimos años pareciera que la política chilena se hubiera acostumbrado a vivir bajo la lógica del empate. Esa en la que la izquierda cada vez que se ve envuelta en un embrollo, escándalo o sorprendidos en alguna mentira (como el caso del constituyente Rodrigo Rojas, entre otros) intenta equiparar las acciones en base a los ripios de la derecha.
Lo preocupante de esta situación, más allá del descrédito político al que ya estamos (tristemente) acostumbrados, es que ambos sectores sean incapaces de asumir sus responsabilidades y todo lo vean como parte del oportunismo político para obtener una que otra migaja, dejando que el laissez faire haga lo suyo, en vez de asumir las consecuencias de sus acciones, velar por el bien común y con liderazgos que pongan -de una buena vez- el "cascabel al gato" para terminar con las improvisaciones y esa tan arraigada cultura del despelote.
Si quienes están llamados a liderar el presente y futuro de Chile no toman cartas en el asunto, es altamente probable que el camino al despeñadero sea más expedito y pavimentado de lo que pensamos.
Rodrigo Durán Guzmán
Empleo versus cotización
El destino de la cotización adicional fue la gran piedra de tope para sacar adelante la reforma previsional, y lo seguirá siendo en el futuro Gobierno. Si bien el parámetro previsional de la tasa de cotización necesita ser aumentado, lo cierto es que un incremento en las condiciones actuales y futuras dificultará la contratación formal, pues se encarece el costo bruto de contratación.
Cabe preguntarse qué se debe priorizar, el empleo o el aumento de cotización, y la respuesta es el empleo formal. Muchos beneficios están anclados a la tasa de cotización del 10%, como el seguro de invalidez y sobrevivencia, licencias médicas, accidentes y enfermedades laborales, etc., que son otros beneficios importantes de la seguridad social que se mantienen independiente de la tasa de cotización, por lo que se debe priorizar que un mayor número de personas accedan a estos beneficios y para eso no debemos encarecer la contratación.
Eduardo Jerez Sanhueza
Recuperación de la confianza
Los casos de financiamiento irregular de campañas políticas socavaron de tal manera la confianza de los electores en los partidos y coaliciones políticas, que no es casualidad que en la elección de convencionales constituyentes hayan sido electas personas pertenecientes a listas independientes, a pesar de que nuestro sistema electoral favorece precisamente la inscripción y elección de personas pertenecientes a pactos políticos.
Mensajes asociados a la necesidad de renovar la política y de hacer un cambio radical inundaron la franja electoral, presentándonos a los candidatos como integrantes de un nuevo movimiento refundacional. Entre otros factores, esto motivó la alta participación de la ciudadanía en una elección tan importante para nuestro país que prometía una nueva forma de hacer política y una nueva democracia, que nos permitieran renovar la confianza en instituciones desgastadas y carentes de legitimidad.
Pero a poco andar hemos visto las mismas viejas prácticas que defraudan a los electores y quebrantan aquella promesa. De ahí la importancia que el sistema político posea reglas claras que nos permitan a los electores de alguna manera exigir el cumplimiento de las promesas de los candidatos o sancionar a aquellos que, con faltas a la verdad, o falseando u ocultando datos relevantes, lleguen a ocupar un cargo de elección popular.
Esto nos hace pensar que una nueva forma de hacer política requiere de normas que sean exigentes y que nos permitan renovar la confianza en las instituciones y en la democracia.
María Lorena Rossel, académica de la Universidad de las Américas
La patria
La patria es la tierra en que nacimos y nos formamos, son sus hombres, sus valores, todo aquello que supone su defensa. Por ello la patria es un valor supremo.
La patria es un valor tan grande que lleva a los hombres a dar su vida por él, y si algo se valora más que a la propia vida es porque se considera superior a ella. La patria es el sentimiento de un lazo común en el presente y en el pasado, es la comunidad moral e histórica de la que nos reconocemos parte. La patria es lo que se ama. Ella es como el ser amado que, para serlo, necesita que alguien lo ame.
La patria no está formada sólo por los ciudadanos que en un momento dado habitan en su territorio, sino que por la tradición y el recuerdo de los chilenos que, a lo largo de la historia, escribieron en ella páginas brillantes y nos han legado su nombre y sus hazañas. Y está formada, también, por la esperanza en quienes han de sucedernos y continuarán el relato interminable de nuevos esfuerzos, de nuevos sacrificios. Por eso, al defender la patria, defendemos nuestro mañana, no nuestro ayer.
Adolfo Paúl Latorre