Correo
Cambio climático
Hoy el tema del calentamiento global es lamentablemente una realidad que observamos y sentimos todos. Ha sido recientemente expuesto por la ONU donde informa lo dramático que son las cifras para desgracia del medio ambiente. Incendios, inundaciones, temperaturas que bordean los 50° y sequías son las expresiones explícitas que observamos en nuestra tierra.
A nivel local observamos con estupor la falta de lluvia en invierno, donde el déficit mostrado por los registros especializados llega a cifras sobre 70% en algunas regiones. En lo cotidiano, la escasez de agua ha sido una constante desde hace un par de años en el sector rural, que ha sido suplida con la entrega limitada de agua en camiones aljibes; en la ciudad, aún no se siente en la piel la falta de agua, por cuanto es todavía proveída por una cañería.
Los entendidos dicen que queda una pequeña ventana todavía para mitigar los nocivos efectos del cambio climático, pero eso es hoy, urgente, ya no mañana. Sin embargo, no veo esa urgencia en acciones, mucha noticia, muchas redes sociales hablando del tema, que de por sí es un avance al respecto, pero creo que necesitamos más acción ahora, que todavía, favorablemente, tenemos esa ventana de tiempo para reaccionar antes que lleguemos a la inexistencia de agua, a temperaturas sobre 60°.
Quizá, a pesar de la evidencia del cambio climático, no logramos dimensionar en nuestra rutina los efectos de ella, pero detengámonos a pensar un minuto e imaginemos que debemos vivir con un litro de agua al día. Cuando nos dicen los expertos que la Tierra subió la temperatura 1,5% parece poco. Una forma concreta para darnos cuenta lo dramático que significa ese aumento de temperatura en la Tierra es pensar: 0° es hielo, 1° es agua.
Debemos cambiar radicalmente nuestros hábitos de vida, dado que lo bueno para todos es bueno para mí y lo bueno para mí es bueno para todos; quizá pensemos que lo que haga individualmente es marginal, pero sí es necesario, porque si todos pensamos así, nadie hace nada por evitar o reducir los efectos negativos del cambio climático. Me gustaría ver a todos los actores del sistema tierra actuando, entiéndase autoridades nacionales y locales, universidades, comunidades, individuos.
Acciones prácticas que cada individuo puede hacer es plantar árboles nativos, captura de aguas lluvias para riego, restaurar ecosistemas locales, reducir el consumo de agua en nuestra vida diaria, aportar ideas.
La tarea mayor, obviamente, la tienen las grandes empresas que, creo, deben tomar decisiones mirando el bien común a la luz de la cruda e insoslayable realidad con una visión de verdadero largo plazo y no el mezquino beneficio cortoplacista, y también el Estado.
Luis Toro
Tiempos de la Convención
Amén del plazo establecido en la reforma constitucional que dio origen al proceso constituyente, no tengo duda que el tiempo juega en contra del éxito de la Convención.
El tiempo cura ciertas heridas, mas no borra cicatrices, y tampoco impide el envejecimiento de los organismos, la caducidad de sus formas, la vetustez de sus ideas ni la corrupción de su sistema biológico. La Convención se desarrollará como todo ser, órgano, institución o creación humana, y en la medida que el tiempo pase, se verán disminuidas sus capacidades para producir el nuevo pacto social que Chile necesita.
Todos los convencionales y ciudadanos debemos poner nuestro empeño y disposición para llegar a buen puerto, pronto.
Lorenzo Miranda Morales
Arancibia y Navarro
Me cuesta entender cómo discriminan al constituyente Jorge Arancibia de la comisión de Derechos Humanos en la Convención Constitucional y, por otro lado, tenemos al senador Alejandro Navarro en la comisión de Derechos Humanos del Senado, siendo éste un claro adherente a Cuba y Venezuela, ambos con regímenes que son violadores de los DD.HH.
Es muy raro lo que está sucediendo, mucha inconsecuencia, confusión y pasividad. Difícil de entender.
Eduardo Mas Huber
IFE y el cuarto retiro
La extensión del IFE Universal y la creación del nuevo IFE Laboral, ambas medidas anunciadas por Sebastián Piñera, son necesarios apoyos para las familias y trabajadores del país que han perdido sus empleos formales y desean volver a emplearse.
Si bien la prioridad de los gobiernos debe estar siempre en propiciar las condiciones sanitarias para que los trabajadores puedan retomar su actividad laboral e ir mejorando la economía, no se puede hacer caso omiso a que ese proceso lleva tiempo y que, durante este, es el Estado, mediante transferencias directas, el que debe acompañar a las personas, y no que éstas tengan que sortear su precaria situación con sus ahorros destinados a pensiones, como proponen diputados con el proyecto del cuarto retiro.
Renata García