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y lo único que se observaba eran muchas personas gozando de este espectáculo deportivo en su país. Teníamos conocimiento de la información de los medios, sin embargo, nos sentíamos tan inmersos en ese mundo que se vive allí adentro, que ignorábamos lo que ocurría en el exterior. Sabíamos que se iba a desarrollar igual y la prensa, en este caso, fue alarmista.

-¿Y qué tipo de control por el virus había en la villa?

-Nos hacían test rápidos a todos y había una clínica en la que nos tomaban la temperatura en el ingreso y en la salida para los entrenamientos. Incluso contábamos con una aplicación, vía Bluetooth, para contactos estrechos y otra con los registros diarios de tu estado. Había protocolos súper estrictos y seguros, la organización estaba muy comprometida con la salud de todos.

Las regatas

-Con respecto a lo que fue la competencia, ¿cómo se fue planeando la estrategia de la participación?

-En la primera regata queríamos entrar en esa buena posición para que nos tocara un repesca accesible, ya que si no íbamos a correr con los primeros dos, que eran medallistas olímpicos y, no sé por esas cosas del destino no se dieron los cruces que deseábamos y nos tocó una repechaje que fue duro, pero no imposible. No se logró la meta final. Igual sucedió con el bote portugués y otro que fue cuarto olímpico, así que tampoco fueron competidores fáciles. Todos de alto nivel y lo dimos todo, pero quedamos con un sabor agridulce. No quedamos satisfechos con nuestro puesto, pero la motivación es alta para pelear otra olimpiada.

-¿Sentiste esta brecha que existe entre los países latinoamericanos y europeos y también con la historia comparativa que existe?

-Creo que sí, pero no es una excusa. Considero que no llegamos bien nosotros como bote, no al 100% y en la regata no nos desenvolvimos de la mejor manera y a como estábamos acostumbrados a hacerlo. Eso es lo que tienen las raíces europeas, que cuentan con la experiencia, que saben cómo correr y competir. Claro que era nuestra primera vez, por eso estamos tranquilos, y sabemos que vendrán más oportunidades de quedar mejor posicionados.

-¿Cómo sentiste esa crítica que hubo en los medios y también aquella de las redes sociales, contra lo que significa no haber logrado medallas?

-Las vi. Ante ello me mantengo tranquilo y me da risa, porque la mayoría viene de personas que no tienen idea de deporte y que no conocen los sacrificios que deben pasar los deportistas para llegar a los Juegos Olímpicos, por lo tanto, emana de la ignorancia.

-¿Qué piensas del apoyo que recibiste del Estado para esta competencia?

-Se habla mucho de este tema. En mi caso, hubo un apoyo total de la Federación y del Coch. Nuestra preparación fue muy buena, a pesar del estrés que significó la irrupción del covid y el temor a contagiarte. En todo este proceso he crecido mucho como deportista, tanto física como mentalmente, sin embargo, creo que nos pudo haber afectado tantos meses en Europa, estar fuera de la casa y el hecho de que la rutina nos pudo haber agobiado por el hecho de exigirse al máximo dos veces al día. Creo que se pudieron haber conjugado varias cosas para no haber quedado entre los 12 mejores.

-Pero también presenciaste el cariño y el aliento de mucha gente y de tanta personas de la ciudad...

-Eso me impresionó, en especial por redes sociales; jamás pensé que se iba a estar tan comprometido por el deporte. Y solo me queda agradecer y sentirme orgulloso de ser puertomontino, de mi club y de haber sido parte de esta fiesta porque quiero ir a la próxima.

-La agenda deportiva viene muy nutrida, con muchas competencias...

-A fin de año tenemos el sudamericano de Asunción; en 2022 buscaremos participar en los Odesur y en 2023 a los Panamericanos de Santiago. El proceso para los Juegos de París es más corto; así que desde el 1 de septiembre reanudaremos los entrenamientos con miras a los objetivos grande para Chile.

6 minutos 31 segundos y 97 centésimas fue el tiempo registrado por el bote Doble Par Ligero de Eber Sanhueza y César Abaroa, en la final C de los Juegos Olímpicos y en la que terminaron segundos (14° mundial).

1998 es el año de nacimiento del seleccionado nacional de remo, que se formó bajo el alero del club Estrella Blanca y que partió a Curauma hace seis años para cumplir su sueño de competir en unos Juegos Olímpicos.

4 son las competencias que están en la mira del seleccionado nacional: el sudamericano de Asunción 2021, Odesur 2022, Panamericanos de Santiago 2023 para finalizar con los Juegos Olímpicos de París 2024.

El futuro del remo puertomontino

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Eber Sanhueza también se refirió al semillero local y a los deportistas que están brillando en la zona. "En Puerto Montt y en Llanquihue hay mucho potencial y talento. Me refiero a Brahim (Alvayay) y Pedro (Canales) de Viento y Marea, así como las hermanas Hostetter (Christina y Victoria), estoy seguro de que van a estar en los Panamericanos de 2023. Son tremendos deportistas y me siento contento de tenerlos como compañeros. Considero que en el caso de los dos, llegar a Curauma representa un gran salto deportivo". "Lo mismo puedo decir de los chicos de Viento Sur de Llanquihue, que se están destacando muy fuerte en las categorías menores y se nota un gran trabajo para producir nuevas figuras para este deporte en el sur", afirmó el bogador porteño.