"Con Jorge Abbott la Fiscalía se politizó, no tiene norte"
El abogado postula que llegó el momento en que se realice una reforma al Ministerio Público y cuestiona la gestión del fiscal nacional, con quien reconoce que tuvo algunas dificultades que lo llevaron a renunciar a la institución.
Dos años han transcurrido desde que Marcos Emilfork renunció a su cargo de fiscal regional de Los Lagos. Sus diferencias con la administración del fiscal nacional Jorge Abbott lo llevaron a dar un paso al costado.
Y es que para el abogado, "Abbott nunca se ha dado cuenta que es el fiscal nacional, pareciera que cree que es el ministro de Justicia o el jefe de la Corporación de Asistencia Judicial".
Hoy, el ex candidato independiente (ocupó un cupo de la UDI) a la Convención Constituyente (5.275 votos), ratifica sus críticas y cuestiona el manejo con que se dirige la institución, por lo que propone la realización de una reforma a la entidad.
Para Emilfork, la renuncia de destacados persecutores en la región y en el país, ocurridas en el último tiempo es el mejor indicio de los problemas que suceden al interior del Ministerio Público.
En la actualidad, Marcos Emilfork está dedicado al sector privado y a la docencia en la Universidad San Sebastián de Puerto Montt.
Emilfork deja abierta la puerta para una posible candidatura a diputado por el distrito 26 en los comicios que tendrán lugar en noviembre.
-¿Cuál es la visión que hoy tiene de la Fiscalía?
-Cuando renuncié al Ministerio Público expuse diferencias importantes con la gestión del fiscal nacional, Jorge Abbott, porque no había una política criminal clara y en las investigaciones penales el énfasis estaba en la administración del problema y no en buscar un rol importante desde el punto de vista de la persecución penal, de la mano de las víctimas y compenetrados socialmente con la comunidad. Junto con ello, aparecían influencias externas, como presiones, que permeaban a la institución. Todo eso hizo que renunciara, y todo ello se ha ido ratificando en el tiempo. Por eso vemos cómo hace menos de una semana renuncia un ex presidente de la Asociación Nacional de Fiscales, precisamente argumentando lo mismo que yo dije hace dos años.
-¿Cómo vivió su último tiempo en la Fiscalía?
-Lo viví fuertemente por varias cosas. Primero, porque como fiscal regional tenía el grado de autonomía para hacerle frente a las políticas que quería desarrollar el fiscal nacional y que eran completamente contraproducente con el objetivo institucional. Por ejemplo, procesos de trabajo que buscaba implementar en relación con el parte policial. Se indicaba que si llegaba incompleto había que devolvérselo al policía para que lo completara. Y yo no lo permití, porque lo que siempre busqué fue la inmediata protección de la víctima y que comenzara la investigación lo antes posible. Después pude influir en Santiago para que cambiara esta política institucional. Como fiscal regional puse, de alguna forma, una cubierta a aquellas cosas que yo visualizaba que, desde el nivel central, eran disfuncionales para la función pública y cuyo costo lo pagaba después la comunidad, las familias y las personas. Todo esto llevó a que yo tuviera siempre una postura un poco más independentista, regionalista por decirlo de alguna forma respecto de la persecución penal pública, y así se informó en las cuentas públicas. Además, desde el momento en que coloco un pie fuera de la Fiscalía, la gestión que comenzó a desarrollarse en esta región es la de Jorge Abbott, porque la que apuntaba a una persecución penal severa de la criminalidad, de vocación por la víctima y de compromiso social, se perdió. Tanto es así que todas las instrucciones que impartí a los fiscales y que