Correo
Covid y fiesta callejera
Las imágenes de la multitudinaria fiesta en las calles del Barrio Bellavista (en Santiago) es el reflejo de un Chile inconsciente y desconectado con la realidad sanitaria del país. Y no tan sólo eso, lamentablemente los protagonistas son los jóvenes que en la actualidad repletan los servicios de urgencia por covid.
El plan de vacunación ha sido aplaudido no sólo en Chile, sino que también en el extranjero por lograr unos altos niveles de participación. Pero tristemente, sólo en la Región Metropolitana hay cerca de 300 mil personas que aún no se han vacunado, siendo el grueso de los rezagados la población más joven.
El problema no son las medidas sanitarias que se tomen, porque las fiestas masivas no discriminan la fase en que se encuentre la comuna o qué plan se está implementando. A veces el problema son las personas, y ante eso, no sé si hay mucho que hacer.
Josefa Hernández, funcionaria de salud
Adiós al poeta Omar Lara
Queridos poetas de Puerto Montt y del sur: Transmito a ustedes mis pesares del alma ante la muerte de nuestro amigo y gran poeta Omar Lara, referente fundador de la poesía contemporánea y fundamentalmente de la poesía que se ha escrito y escribe en nuestro sur.
Asiduo participante y colaborador en los "Arcoiris de poesía" y primeras ferias del libro en Puerto Montt, noble difusor de la poesía chilena, de muchos países, y de la nuestra, fundador y director de Trilce y revista de igual nombre desde Valdivia (Universidad Austral de Chile), luego desde Concepción, tuvo la generosidad de integrarnos a su obra y proyectos literarios. Su creación, altamente reconocida nacional e internacionalmente, mereció notables distinciones. Mas, personalmente, siempre he de agradecer su actitud de hermandad creativa, regalos de bellos libros de otras lenguas, traducidos y editados por él, que han sido un admirable fomento a la cultura nuestra y del mundo.
Por el momento, escribo a mis queridos poetas de estos lares porque doy cuenta de su similar afecto hacia Omar, quien junto a Floridor Pérez, son una buena y gran parte de todos nosotros.
Nelson Navarro
Carmen Gloria Valladares
En medio de los gritos e improperios que se tomaron por un momento la Convención Constitucional, la figura de Carmen Gloria Valladares se elevó como un símbolo de paz en medio de la tormenta. Mientras la constituyente Elsa Labraña (Lista del Pueblo) le gritaba y golpeaba la mesa, la secretaria y relatora del Tricel (Tribunal Calificador de Elecciones), con un temple admirable, puso la mesura necesaria que requiere este proceso democrático y representativo, y sin ser su propósito, dio una lección clave a los constituyentes; aquí no se destaca a la persona que más grita, sino quien logra realizar su trabajo de excelente manera y con lo que parece que a varios les falta: "respeto".
Marcos Tagle
Debut de la Convención I
Siempre se nos dijo que la nueva Constitución se escribiría en una hoja en blanco. Pero apenas transcurridos dos días de la instalación de la Convención, estos constituyentes se arrepienten de lo dicho y exigen computadores de la más alta tecnología. Pronto encontrarán también que el pago es muy poco y exigirán lo mismo que ganan los diputados.
¿Porque se demorarán tanto en redactar la nueva Constitución, si ya no la harán manuscrita? Hay que considerar que la Constitución de 1833 fue escrita con lápiz y papel por seis personas en seis meses y duró 90 años; la de 1925 de la misma forma y casi similar la de 1980.
Ahora estas señoras y señores constituyentes tienen un plazo de un año prorrogable por seis meses para su sesuda tarea que nadie sabe cómo concluirá. Ojalá no más, no se infecten sus escritos y terminen enterrándolos.
El triste espectáculo que dieron algunos de ellos durante la instalación de la Convención deja muchas dudas sobre la seriedad de su trabajo.
Alfredo Raddatz S.
Debut de la Convención II
La bochornosa primera sesión de la Convención pudo dejar de lado un hecho bastante relevante para la búsqueda de acuerdos. Se debía dividir en cuatro grupos: tres salas con 25 constituyentes y un pleno con los 80 restantes. Sin embargo, constituyentes de la Lista del Pueblo se opusieron al querer agruparse por sector o lista, argumentando que se les buscaba separar para "debilitarlos".
El fin de tener 155 constituyentes es representar las diferentes posturas, culturas y pensamientos en Chile, pero se ve difícil llegar a eso cuando sólo se quiere plantear la propia. Ojalá que el síndrome de los oídos sordos dure poco por el bien de los chilenos.
Catalina Pérez Cruz