La importancia de los símbolos
Se está pretendiendo imponer equivocadamente que la oficinas de la naciente Gobernación Regional son algo irrelevante para el nuevo poder local. No hay que olvidar que desde el 14 de julio, la principal autoridad de la región será el gobernador. Esa fue la intención del legislador.
A poco menos de un mes de que se instalen formalmente los gobernadores regionales, paso fundamental y ojalá puntapié definitivo para el viejo anhelo de una mayor regionalización en un país con fuerte raigambre centralista como Chile, ha surgido ya la primera tensión entre la emergente máxima autoridad de Los Lagos y las corrientes centralistas, presentes incluso en este territorio. Como es de suponer en este nuevo formato de gobierno local, el candidato ganador, Patricio Vallespín, y las colectividades políticas del bloque que lo acompañó en la elección, están exigiendo que ocupe el tercer piso del edificio de la Intendencia, a la sazón, símbolo hasta ahora del poder que ejerce el nivel central en Los Lagos, y no el sitio asignado previamente, en el primer piso del mismo inmueble y que pertenecía a la Seremi de Agricultura.
Una mirada cortoplacista o interesada desde las gambetas políticas pudiera presentar este conflicto como algo menor o antojadizo, incluso inconducente para los verdaderos desafíos del gobernador regional, detrás de quien descansarán tantas expectativas para que Los Lagos comience a escribir su destino desde acá y no desde las oficinas de la burocracia santiaguina. De hecho, se ha argumentado, incluso con algunas voces del propio sector político de la nueva autoridad, que el espacio da lo mismo, que no se contempló en la ley que creó la figura del gobernador y que para los efectos de ejercer la autoridad, cualquier oficina puede servir, hasta una hipotética que ni siquiera está construida.
Esta visión, no obstante, intenta desconocer, sea por ignorancia, sea por interés, que en política, los símbolos constituyen un motor tan importante como las decisiones. Lo que están haciendo los representantes del nivel central, tanto los formales como los informales, es pretender rayar la cancha para los futuros conflictos de interés que con toda certeza surgirán entre el gobernador regional y el delegado presidencial. De ahí la importancia de zanjar como corresponde esta materia, asumiendo que el diseño institucional cambió de forma definitiva y que a partir del próximo 14 de julio, el gobernador regional será el depositario de la soberanía popular de Los Lagos y ya no el delegado presidencial. Y en esto, los símbolos son esenciales.