Alerta sanitaria por la pandemia
Mientras haya quienes se resisten a aplicarse la vacuna, persistirá la inquietud por el aumento de los contagios. La prórroga de la alerta sanitaria supone una serie de facilidades para que las autoridades adopten medidas en contra de la pandemia.
El Ministerio de Salud ha prorrogado hasta el 30 de septiembre la vigencia de la alerta sanitaria, que vencía el 30 de este mes. Aunque esa cartera ha reconocido que la variación de casos de contagios ha caído en el país, coincidentemente con el avance de la campaña de vacunación contra el covid-19, también es cierto que importantes centros poblados no han podido controlar esas cifras.
El decreto de alerta otorga mecanismos para fortalecer la inspección sanitaria, dotando a las autoridades de facultades extraordinarias para que puedan adquirir servicios para transporte aéreo y terrestre, reconversión de camas en hospitales, coordinación con servicios públicos, aumentar controles sobre fuentes de agua potable o alcantarillado, adquisición de equipamiento, contratación extraordinaria de personal con el pago de horas extra, o con opción de llamar a ex funcionarios.
La alta movilidad de las personas ha significado que las cifras de contagiados y de fallecidos sigan subiendo en algunas comunas, de modo que en esos lugares donde la población comete las mayores infracciones pasan a cuarentena y se aleja la posibilidad de retomar cierta normalidad. Las personas que organizan fiestas en espacios cerrados, incluso en toque de queda, o salen en comunas en cuarentena, pueden ser perseguidas penalmente, al poner en peligro la salud pública, lo que se aplica dentro de la excepción en que se encuentra el país por el coronavirus, y cuya interpretación queda a cargo de los tribunales. Sobre el Estado de Excepción, éste vence el 30 del presente mes, pero cinco días antes el Gobierno debería ingresar un decreto para ampliar el período en otros tres meses, aunque necesita la aprobación del Congreso.
Es lamentable que tras 15 meses de esta pandemia, que en Chile ha atacado a casi un millón y medio de personas y que ha dejado a más de 30 mil fallecidos, todavía haya personas que se resisten a adoptar las medidas preventivas ampliamente difundidas. Más aún, hay quienes especialmente en el segmento joven se resisten a aplicarse la vacuna, con lo que ponen en riesgo sus vidas y las de quienes los rodean. Ante esas actitudes, se hace difícil volver a una cierta normalidad y dejar de lado las medidas de excepción.