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Éxito de banda BTS en Estados Unidos pone en duda la precisión de los ránkings

MÚSICA. Los fans de la banda más exitosa desde los Jackson 5 se movilizan.
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Efe

BTS, la banda surcoreana de K-Pop, volvió a conquistar la semana pasada las listas estadounidenses con su cuarto número uno en apenas nueve meses, un logro tras el que se esconde una estrategia para manipular el sistema de medición más importante de la industria musical.

Puede que su canción "Butter" no sea la más escuchada en EE.UU. según sus reproducciones en streaming o el apoyo de las radios, pero los fans de la banda se movilizaron para comprar el sencillo en masa gracias a los descuentos patrocinados por su discográfica.

Desde los Jackson 5 en 1970, ninguna otra formación había conseguido debutar en el número uno tantas veces en tan poco tiempo.

La "fórmula"

El caso de BTS es el último ejemplo de las tácticas utilizadas por artistas de la talla de Taylor Swift, Drake o Harry Styles para inflar sus estadísticas, como incluir copias digitales de sus discos en artículos de merchandising o publicar varios videos de una misma canción.

A finales de mayo, BTS puso su nueva canción a la venta por 69 centavos de dólar (menos de 500 pesos chilenos) -muy por debajo de lo habitual- y la acompañó de una versión instrumental que también contaba en el Billboard Hot 100, la lista principal de Estados Unidos.

Era una maniobra premeditada para que su masa de fans, conocida como ARMY, adquiriera la canción en repetidas ocasiones e inflara las estadísticas, que otorgan más puntos a las ventas que a las escuchas en streaming o reproducciones en radio.

"Si uno mira las listas, tendrá una idea completamente distorsionada de cuán popular es realmente BTS", escribió el periodista Trom Breihan en una columna de la revista musical Stereogum.

El artículo acusó a los seguidores de BTS de convertir las listas musicales en un mecanismo inútil que distorsiona el objetivo para el que fueron creadas: saber qué es lo que la gente está escuchando.

Breihan considera que estas clasificaciones son un "campo de batalla para los ejércitos de fanáticos", pero su opinión fue muy criticada por utilizar a BTS, la primera banda asiática que logra un éxito de masas en Estados Unidos, como muestra de una circunstancia de la que se han beneficiado artistas anglosajones.

Trucos extendidos

Harry Styles protagonizó quizás el caso menos disimulado. Su canción "Watermelon Sugar" llegó al número uno en agosto de 2020 gracias a tres reediciones en casette, vinilo y disco, una rebaja de precio en copias digitales y dos videoclips alternativos.

El tema se había publicado en noviembre de 2019, debutó en la posición 70 y desapareció al poco tiempo, pero una agresiva campaña de promoción consiguió resucitarlo.

Travis Scott y Kid Cudi's llevaron su tema "The Scotts" al primer puesto al incluir una descarga digital gratuita con todos los artículos de una línea de ropa. Daba igual que el comprador escuchara o no la canción. Y Taylor Swift hizo algo parecido al incluir una copia de su disco "Folklore" con los objetos que vendía en su página web.

Estas estrategias llevaron a que Billboard, que desde 1956 elabora las listas de discos y canciones más vendidas en Estados Unidos, haya dejado de contabilizar estos "paquetes" en sus registros.

Pero las discográficas han ideado nuevos mecanismos para viciar las estadísticas: Drake pagó a "influencers" para que subieran videos bailando "Toosie Slide" en TikTok, con lo que se aseguró un puñado importante de reproducciones.

Más surrealista fue el caso de los fans británicos de Dua Lipa, que utilizaron aplicaciones VPN para simular que se conectaban desde Estados Unidos y subir los números de su compatriota.

"BTS no está empañando la credibilidad de las listas; su caso muestra lo rotas que han estado sus métricas durante años", consideró el analista de Forbes, Bryan Rolli.

Mecano: la leyenda del pop español cumple 40 años

MÚSICA. El trío de los hermanos Cano y Ana Torroja lanzó su primer tema el 14 de junio de 1981.
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Cuarenta años alcanza ya la historia del grupo español Mecano, que un 14 de junio de 1981 lanzó al mercado su "Hoy no me puedo levantar", un primer tema que sonaba diferente y rompía esquemas para el público y la radio, y que se convirtió en un éxito y la piedra sobre la que empezó a cimentarse su leyenda.

Todo comenzó cuando José María Cano le pidió a su hermano Nacho y a su novia de entonces, Ana Torroja, que lo acompañaran en sus conciertos como cantautor. Fue así como conocieron al productor Miguel Ángel Arenas, alias "Capi", y juntos pusieron las bases del fenómeno.

Fue él quien consiguió su primer contrato y quien recomendó que Torroja avanzara posiciones y pasara de limitarse a hacer los coros a convertirse en la vocalista principal. También parece que la química que estableció con el pequeño de los Cano fue especial y que este, decidido a aportar más a la banda (la mayor parte de los temas entonces los escribía José María), empezó a componer.

En una mañana de resaca, vino a su mente la letra de "Hoy no me puedo levantar", un contenido aparentemente poco poético, pero de una cotidianeidad aplastante con la que era difícil que no se identificara aquella efervescente generación de la Movida madrileña que quería sacudirse los restos de la dictadura de Franco quemando la noche.

Nació el éxito

"Fue de las primeras canciones que compusieron Nacho y José, y de las primeras que grabamos. Al principio de nuestra carrera era la compañía quien elegía los singles y, aunque nadie estaba muy seguro de si la canción iba a funcionar o no, se decidió que esta era la más clara como carta de presentación. No nos equivocamos", celebra Ana Torroja.

Su lanzamiento no produjo resultados abrumadores en un primer momento. El impulso real, curiosamente, llegó desde Valencia, donde la emisora local 40 Principales empezó a pincharlos con vehemencia y confianza en su toque tecnopop y esto contagió al público. Al final, la cadena madre tuvo que volver a meterlos en lista (de la que los habían sacado tras solo dos semanas).

"Recuerdo esa sensación de no saber muy bien dónde me había metido y la libertad de la primera vez que te pones frente al micrófono, sin prejuicios, ni presión. Y también la extraña sensación de escuchar mi voz, por primera vez, en una emisora de radio. No me reconocía. Era como si otra persona estuviera cantando. Aún hoy me resulta extraño escucharme", destaca Torroja.