Incluye a Latinoamérica: el G7 acuerda plan de infraestructura para enfrentar avance de China
CUMBRE. Biden convenció a los países ricos de contrarrestar proyecto "One Belt, One Road" del gigante asiático, pero no de imponer sanciones por casos de DD.HH.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convenció al resto de líderes del G7, reunidos en una cumbre en Carbis Bay (Reino Unido), para lanzar un gran plan de infraestructuras que contrarreste el avance de China.
En ese sentido, los dirigentes del G7 acordaron lanzar la iniciativa "Build back better for the world" (Reconstruir mejor para el mundo) para "responder a las necesidades tremendas de infraestructuras en los países de ingresos medios y bajos", informó la Casa Blanca. El plan irá dirigido a naciones de Latinoamérica, el Caribe, África y el Indopacífico.
El plan quiere ser una alternativa al proyecto chino "One Belt, One Road", que pretende revitalizar la conocida como Ruta de la Seda mediante la modernización de infraestructuras y telecomunicaciones para mejorar la conectividad entre Asia y Europa.
El Gobierno de EE.UU. indicó que su iniciativa de infraestructura es una colaboración entre las grandes democracias para llevar a cabo un proyecto guiado por "los valores, con altos estándares y transparentes".
Funcionarios de alto rango del Ejecutivo de EE.UU. precisaron que esta propuesta busca la manera de ofrecer algo al mundo en desarrollo, pero que no se quiere "forzar a los países a que hagan una elección". "Es una especie de reconocimiento de que todavía hay una brecha enorme de infraestructuras a nivel global", explicaron.
El plan "ayuda a estrechar las necesidades de más de 40 billones de dólares en infraestructuras que necesita el mundo en desarrollo, y que se vio exacerbado por la pandemia", dijo la Casa Blanca.
La propuesta pretende movilizar capital del sector privado para impulsar proyectos en cuatro ámbitos: el clima, la seguridad sanitaria, la tecnología digital y la igualdad de género, además de contar con inversiones de instituciones financieras.
Sin sanciones profundas
Biden está poniendo el foco sobre China, que compite por la hegemonía mundial frente a EE.UU., durante esta cumbre de los líderes de las democracias más industrializadas del mundo: EE.UU., el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón, más la Unión Europea.
Aunque ayer los líderes abordaron además abordaron la creación de un mecanismo global de defensa ante futuras pandemias, Biden está presionando al G7 para que adopte "una acción concreta" contra los "trabajos forzados" en la provincia china de Xinjiang, donde vive la minoría uigur.
El mandatario quiere que "se deje claro al mundo que creemos que estas prácticas son una afrenta contra la dignidad humana y un ejemplo indignante de la competencia económica injusta por parte de China", remarcó una fuente estadounidense a la agencia Efe.
Sin embargo, los funcionarios de la Casa Blanca reconocieron que hubo "algunas diferencias de opiniones" entre los líderes del G7 sobre "qué tan fuerte" debe ser la acción frente a Pekín.
En ese sentido, aseguraron que el primer ministro británico, Boris Johnson, apoyó a Biden, junto con el jefe del Gobierno canadiense, Justin Trudeau, y el presidente francés, Emmanuel Macron; pero destacaron que solo "hay un amplio espectro de acuerdo sobre ideas para hacer algo distinto desde el punto de vista de las infraestructuras y lanzar una oferta positiva para el mundo en desarrollo".
Asimismo, anteriormente un alto funcionario de Washington había criticado el plan chino "One Belt, One Road", por considerarlo poco transparente y con malos estándares laborales y medioambientales.