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"Dos puntos críticos fueron clave y eso pasó la cuenta"

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La derrota electora del alcalde de Maullín, Jorge Westermeier, pondrá fin a un largo período de gobiernos comunales de la Democracia Cristiana en esa comuna, dominada desde 1996 por ese partido, que puso a Juan Cárcamo (hoy presidente del Consejo Regional) como jefe edilicio por cuatro períodos, hasta 2012, año en el que Westermeier tomó el relevo con 2.565 votos (35,21 %), lo que repitió en 2016, cuando su gestión fue refrendada por 2.365 electores (43,62 %).

En la elección del fin de semana pasado, el actual jefe comunal aumentó a 3.008 votos (46,09%), pero no fue suficiente, ya que el nuevo competidor, Nabih Soza (ex concejal 1992-96), lo superó por 510 sufragios.

Para Westermeier la explicación no es una sola, sino que "hay varias cosas que se mezclan", como las restricciones sanitarias por el covid-19 que impidieron replicar su tradicional modelo de hacer campaña, así como el agotamiento del modelo de gestión y las expectativas de los ciudadanos "que esperan que haya otras autoridades, además que votó menos gente que la vez pasada. Pero, no pude tener ese delta que faltaba para poder ganar".

- ¿Cree que le faltó cumplir con algunos compromisos, algo pendiente que jugó en contra?

- Uno se propone resolver cosas y la verdad es que las municipalidades no tienen las facultades para solucionarlo todo. De cierta manera, la gente lo responsabiliza a uno. Hubo un par de problemas, pero que aún así logramos avanzar. Uno fue el tema de la falta de viviendas en Maullín, para lo que logramos comprar un terreno, pero después apareció el problema del plan regulador, que está a la espera que la Contraloría le dé el visto bueno. Lo otro es el problema del agua en Carelmapu que no se pudo resolver, pero que no es de responsabilidad exclusiva de la Municipalidad, hay un ministerio que tiene que hacerse cargo. Esos dos puntos críticos fueron clave y eso creo que pasó la cuenta. El candidato que me ganó habló que lo iba a resolver y espero que así sea.

- ¿Tiene alguna autocrítica?

- Hay una cuota personal, en el sentido que uno tiene que tomar decisiones adecuadas en el momento adecuado e interpretar los tiempos. Es tanta la gente, que uno no puede tener ojos en cada lugar y uno no se va dando cuenta y no toma las decisiones correctas. Pero esto fue una mezcla de todo lo anterior, en un momento distinto y se están produciendo cambios.

-¿Qué siente tras no haber conseguido ser reelecto?

- Estoy súper agradecido de la confianza de la gente, de mis colegas, de la gente que me apoyó y trabajó conmigo. Tuve la oportunidad de algo que no es tan fácil, que es ser profeta en su tierra. Me siento tranquilo, porque hice todo lo que estuvo a mi alcance; trabajamos con todos los que pudimos trabajar; logramos desarrollar una cartera importante de inversiones en agua potable, electrificación, en caminos, hay equipamiento comunitario, cambiamos la avenida principal de Carelmapu. Vamos a construir un estadio en Lepihué, un centro comunitario en Quenuir, y hay mucha infraestructura en materia de salud y educación. Vamos a construir un condominio de viviendas tuteladas en el centro de Maullín. Todo eso va a pasar ahora, gracias al esfuerzo que pusimos. Si no gané, es la decisión de la gente. Hay desazón, por supuesto, pero quiero que a mi comuna le vaya bien.

- ¿Cree que pudo haber minimizado el potencial electoral de Soza?

- Nunca, porque siempre tuve claro que las elecciones son 50 y 50. Por eso mismo estoy tranquilo ahora, porque sé que uno gana o pierde. Siempre supe que Nabih Soza era un adversario competitivo.

- ¿Qué espera del alcalde electo?

- Primero, quiero desearle éxito, así como a los concejales. Vamos a estar monitoreando cuáles van a ser los resultados de ese ejercicio, porque quiero mucho esta tierra.

"El gobierno estuvo ausente para Frutillar y eso se reflejó en las urnas"

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Un poco más de cuatro de cada diez electores votó en favor de Claus Lindemann (RN), el alcalde de Frutillar que iba por su reelección, pero que fue desplazado por César Huenuqueo (PS), quien consiguió una distancia de 1.257 sufragios, tras sumar las 50 mesas receptoras.

Al hacer un análisis de su derrota en las urnas, el jefe edilicio de la comuna lacustre asegura que no le sorprendió haber perdido la alcaldía.

Lindemann dividió en dos sus argumentos. "La administración centralizada no ha favorecido a los municipios y menos a los pequeños con bajos recursos, en estar a la altura de algunas soluciones necesarias para manejar soluciones para al menos bajar el impacto del covid", especialmente en los pequeños emprendimientos y la agricultura familiar campesina.

A ello sumó aspectos político: "Mi contendor hizo un muy buen trabajo, tiene argumentos importantes para su puerta a puerta. El sector de Chile Vamos no está respaldado en estos momentos por las decisiones que no se están tomando en Santiago. Eso nos ha dejado muy mal parados ante las comunidades en las distintas comunas; sin herramientas, sin recursos, con una baja de nuestros ingresos, con el descrédito que nuestros congresistas hacen en general a la política, que en hoy están discutiendo la supremacía con el Ejecutivo".

- ¿Cómo influye eso en el resultado de las elecciones?

- Se atrasan las decisiones, no consideran el dolor y las necesidades que hay en nuestras comunas. Eso fue un factor predominante. Si voy a los números, en mi administración la inversión pública en cuatro años fue de 44 mil 832 millones de pesos, igual a los 44 mil 722 millones de ocho años anteriores. Mejoramos la vivienda social, aumentamos los metros cuadrados de los sitios, tuve el mejor indicador regional de desarrollo de agua potable rural, electrificación rural. Pero esos indicadores ya no son importantes, porque la prioridad es otra. Digamos las cosas por su nombre: lo que pasa en regiones, no necesariamente es escuchado en Santiago.

- O sea, el gobierno no contribuyó a que sean electos los candidatos de Chile Vamos...

- Estoy muy decepcionado de lo que ha pasado, de un gobierno en el que formé parte. Estoy decepcionado de lo que no ha pasado. Una falta de escucharnos. Tuve al Presidente Piñera en mi comuna hace tres meses y no tuvimos ningún contacto en la problemática que afecta a mi comuna. Ninguno. Entonces, el gobierno estuvo ausente para Frutillar y eso se reflejó en las urnas.

- ¿Le llamó la atención la baja votación que obtuvo?

- Mi percepción es que muchas personas de mi sector político no fueron a votar, pensando en que o ya no tiene sentido o no era necesario, porque estábamos ganados. No sé qué pasó por su mente. Pero considero que el resultado no reflejó el éxito de mi administración municipal, el trabajo de mi equipo, la colaboración de los concejales. Si es que no fue así, tengo que buscar la respuesta a nivel nacional.

- ¿Tiene alguna autocrítica a su gestión o algo en que falló?

- No, pero quizás puedo mencionar que fui un alcalde de bajo perfil, pero de muchos resultados. No comuniqué todo lo que hice, porque no es mi estilo de trabajo. Sí hay una fortaleza comunicacional, no necesariamente fundada, de la ex Nueva Mayoría en Frutillar que maneja muchos tipos de medios, con la intención de comunicar lo que a ellos les interesa.

- ¿Qué opinión tiene del alcalde electo?

- Tengo fe que como es nacido y residente en la comuna, va a tener la visión, herramientas y recursos financieros que la comuna necesita. Tal como a mí, que me fue muy bien, espero que a él (Huenuqueo) le vaya mejor, porque es lo que Frutillar necesita.