Cerro Philippi de Puerto Varas
Como ciudadana de Puerto Varas he visto con asombro que está cerrado el acceso al cerro Philippi. Hasta antes de que se iniciara la pandemia el cerro constituía un paseo hermoso con árboles que tienen más de un siglo. Llevábamos a mi padre de paseo con su "burrito" o de la mano porque en la cima, con sus muros, asientos y jardines, era apropiado para paseos de la tercera edad.
Hoy han sacado el cartel y dice que se está construyendo un edificio cultural. ¿Puede la municipalidad haber perdido la principal área verde?, ¿puede haberla cedido y con qué fines?
Cuando llegué a vivir a Puerto Varas hace 23 años leí que el cerro Philippi había sido una donación de una ilustre ciudadana para la ciudad hace 100 años. Que cuando la donación se hizo no tenía árboles, que el municipio plantó árboles y lo forestó, por eso es que los árboles tienen más de cien años. ¿Cómo un patrimonio de la ciudad puede desaparecer de repente?
Ana Farías Molina
Cercanía de la isla Tenglo
Desde mi ventana, en uno de los locales del Pueblito Melipulli, se puede apreciar una de las más hermosas vistas de la bahía, especialmente de la isla de Tenglo, que al parecer se ha convertido en la "última frontera" de la ciudad de Puerto Montt, haciendo alegoría al término del viejo oeste norteamericano. Con una cercanía casi palpable se ve de manera clara que su columna de agua limita el desarrollo económico y social de sus habitantes, donde en el caso de una emergencia, como un incendio, claramente sería muy difícil poder ayudar a esas personas.
Tendremos que ver más cerca a nuestros vecinos de la comuna de Calbuco, que hace más de 60 años y con un trabajo mancomunado conectaron a su isla con el continente, que aunque generó externalidades negativas, sus beneficios superan con creces sus perjuicios. Más aún cuando se plantea un nuevo puerto de cruceros, podría ser este el lugar ideal para dicho proyecto, unido a la construcción de un puente de conexión, una tremenda oportunidad pensando en el desarrollo de la isla y de todos sus habitantes.
Juan José González, dueño de la cafetería Casa Creasur en el Pueblito Melipulli
Queja contra servicio de ETM
Me permito manifestar mi repudio ante lo vivenciado el domingo pasado en el servicio Valdivia a Puerto Montt de las 18:30 horas por la Empresa ETM. Aquel día, pasajeros no fueron permitidos subir al bus por llegar tarde para el control sanitario, por lo que el chofer decidió emprender el viaje sin ellos. Sin embargo, un pasajero se lanzó al bus y se tomó del espejo derecho de la máquina mientras una pasajera que quedó abajo lloraba y gritaba.
El chofer detuvo el bus y junto al asistente de viaje golpearon al hombre, lo empujaron y a éste se le rompieron los lentes. Posterior a eso, reiniciaron el viaje, el chofer estaba totalmente descontrolado, gritaba como loco. Se detuvo nuevamente, pues la pasajera imploraba viajar, ya que debía trabajar en Puerto Montt temprano en la mañana al día siguiente.
Después de 15 minutos se le permitió subir sin ningún control sanitario. El chofer, respetando poco los semáforos, viajó hacia el destino final. Llegando a Puerto Montt, nos encontramos con el terminal cerrado desde las 21 horas, dejando a pasajeros afuera, donde no hay postes de luz funcionando y sin carabineros que resguarden la integridad de las personas, además de una riña callejera.
Planteo esto porque claramante personas que pierden el control y no respetan las normas de tránsito no deberían estar trabajando en la empresa, pues exponen sus vidas y nuestras vidas. Más aún que al parecer después del toque de queda se aplica la ley de la selva.
Omar Pineda Soto
"Jiles vs. giles"
La reciente encuesta CEP ratificó que la diputada Pamela Jiles es la figura mejor evaluada con un 54% positiva, versus un 28% negativo. Lo que llama la atención de este fenómeno, propio de contextos sociales polarizados y de una profunda crisis, es que Jiles se ha posicionado a costa de los ahorros previsionales de las chilenas y chilenos, dejando a millones de personas sin fondos para sus futuras jubilaciones, sin soluciones que les permitan recuperar lo gastado.
Pero además, lo hace denostando a quien se le cruce por delante e instrumentalizando (a su favor) el malestar social. No hay ideas, no hay propuestas de país, ni mucho menos soluciones al contexto país: sólo el uso de la rabia ajena para consolidar un liderazgo artificial, representando un riesgo para nuestra democracia y estabilidad institucional.
Sin embargo, la última palabra aún no está dicha: serán las personas quienes, a través de su voto, podrán ratificar este favoritismo surrealista o poner la necesaria sensatez y certezas a unas elecciones con algo grado de incerteza.
Rodrigo Durán Guzmán