Correo
Aniversario de Carabineros
En este mes donde se cumple un nuevo aniversario de Carabineros, después de 13 meses afectados por una pandemia, me permito entregarles un especial saludo por estos 94 años al servicio de la patria. Un año de trabajo, velando por la seguridad de todos, multiplicando esfuerzos para cuidar la salud de todos.
Sabemos que no ha sido fácil para ustedes; han sido jornadas extensas y agotadoras, con cerca de 5.000 de los suyos afectados por la enfermedad, sufriendo también por la partida de sus propios familiares y seres queridos, sin bajar los brazos por las adversidades. Las cifras hablan por sí solas, más de 700.000 detenidos por distintas situaciones, toneladas de droga decomisada, miles de armas de fuego incautadas y 24.000 vehículos recuperados en este año de pandemia. En cada una de sus acciones está la muestra concreta de lo que son los carabineros: vocación, profesionalismo, compromiso y corazón. La pandemia seguirá y no existen dudas que seguirán cuidando de la comunidad.
En este abril especial, renovarán su cohesión, fuerza y compromiso con el país y con cada uno de sus habitantes. Siéntanse orgullosos de su historia, orgullosos de su gente y orgullosos de su patria. Porque en el Chile de hoy, ser carabinero necesariamente impone enmarcarse en una forma de vida un tanto distinta.
El hombre y la mujer carabineros deben someterse a una exigencia reglamentaria rígida y formal, que arranca de las múltiples tradiciones históricas institucionales. Precisa pensar, reaccionar, sentir y, en consecuencia, actuar de una manera especial frente a variados estímulos. Se adaptan a las exigencias de la comunidad. Conocen y acatan el imperio que sobre ustedes ejercita la ley como expresión de voluntad ciudadana. Deben compartir su vida profesional con los demás miembros de la institución, sirviéndose de conceptos y valores tales como compañerismo, espíritu de cuerpo, solidaridad y lealtad.
Pero se requiere más. Para ser carabinero se debe estar provisto de una dosis de paciencia, comprensión y conocimiento acerca de los intereses de los demás y, asimismo, de espíritu de sacrificio y amor por su trabajo.
Gustavo Harcha Andrade, coronel en retiro de Carabineros
Aforos en misas
Después de obtener los permisos correspondientes logramos con mi señora asistir a la misa del domingo recién pasado en la parroquia de Pichipelluco, "María, Madre y Reina".
Me impresionó la cantidad de espacio disponible no utilizado por mucha gente que feliz habría estado ahí. En efecto, un área de más de 1.000 metros cuadrados, ocupado por sólo cinco personas según el aforo, lo que parecía insólito.
Me parece una burla que por una disposición gubernamental poco acuciosa e irresponsable mucha gente no pueda asistir a misa y cultivar su espíritu, tan necesario en estos tiempos. Un aforo, definido sin considerar los espacios (metros cuadrados) es por decir lo menos una falta de respeto a la ciudadanía. No es lo mismo cinco personas en la Catedral de Puerto Montt, que cincio personas en una capilla pequeña de alguna población. Según los metros cuadrados de la parroquia de Pichipelluco, podrían asistir a misa al menos 50 personas sin ningún riesgo y manteniendo en todo momento el distanciamiento social correspondiente.
Hago un llamado a las autoridades para que evalúen esta norma y la adecuen a la realidad de los espacios físicos, considerando que atender oficios religiosos va en directa relación con la salud espiritual y mental de mucha gente, que añora poder asistir a una eucaristía presencial y así tener una encuentro real y de vida con Jesús.
Eduardo Mas Huber
Tercer retiro del 10%
Una pena este show de descrédito institucional. Sebastián Piñera ingresa al Tribunal Constitucional para demandar como incondicional el tercer retiro del 10%, divide a Chile y ningunea a las mayorías parlamentarias.
Luego lee encuestas y clamor ciudadano y regresa por la otra puerta con un proyecto similar, pero ya no inconstitucional. En tanto, la gente sufre los rigores de la criminal pandemia. Por enésima vez la frase certera del tango aquel: "Que falta de respeto, que atropello a la razón".
Eduardo Nievas Muñoz
Pamela Jiles
Es de esperar que los últimos acontecimientos terminen por demostrar que el ascenso de Pamela Jiles no es ninguna anomalía política: es un claro signo de los tiempos que vivimos.
Pamela Jiles ofende y maltrata a periodistas en un matinal y ellos le ríen la gracia; presenta mociones inconstitucionales y el Tribunal Constitucional la refrenda. Ya es hora de tomarnos en serio su figura: no es ninguna apestada, es una política lista y los vientos soplan a su favor.
Este es un "aviso a navegantes" que tenemos que contemplar, sobre todo, quienes estamos en las antípodas de sus ideas y métodos.
Juan L. Lagos