Chelyabinsk, la roca que alarmó a Rusia

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Corría febrero de 2013 cuando los habitantes de la ciudad rusa de Chelyabinsk vieron con estupor la caída de una lluvia de meteoritos. Un gran objeto cayó sobre la cordillera de los Urales y se desintegró en miles de fragmentos al ingresar a la atmósfera, generando fuertes estruendos e incluso temblores. Según las autoridades los trozos provocaron daños en al menos seis ciudades y se reportaron heridos en diversos hospitales, la mayoría por vidrios rotos. En la oportunidad, el presidente Vladimir Putin agradeció que ningún fragmento de gran tamaño cayera sobre zonas pobladas.