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Al rescate del busto de Manuel Rodríguez

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Juan C. Velásquez

Las celebraciones del centenario de la Independencia Nacional en nuestra ciudad - septiembre de 1910 - contaron con la entusiasta participación de los puertomontinos. Durante varios días reinó la alegría y el fervor patriótico. Edificios públicos engalanados, veladas literarias y musicales, fuegos artificiales, competencias de tiro al blanco, partidos de fútbol, regatas, paseo de carros alegóricos, revistas de gimnasia, desfile de las tropas de Regimiento Llanquihue, juegos populares, carreras de caballos y bailes populares, fueron las actividades con las cuales nuestros conciudadanos conmemoraron los 100 años de vida independiente de nuestro país.

Pero las actividades celebratorias no terminaron en septiembre. Ellas prosiguieron en los meses posteriores. La última de ellas fue la inauguración del monumento a Manuel Rodríguez, erigido en la Plaza de Armas, que a mediados de 1910 había sido remodelada con la construcción de nuevos jardines, pavimentación de algunos sectores, instalación de alumbrado eléctrico y el reemplazo de sus viejos escaños. A ello se agregó la reparación completa del antiguo kiosco de retretas.

La construcción del monumento correspondió a una iniciativa del Centro Patriótico "Cayenel", presidido por el ciudadano español Gabino Orube, que por esos años residía en Puerto Montt. El financiamiento se realizó mediante erogación popular y el busto de Manuel Rodríguez fue confeccionado por el escultor italiano, en aquellos años radicado en Chile, Roberto Negri. A mediados de diciembre, se iniciaron los trabajos de instalación del pedestal que iba a sostener el busto del guerrillero, que había llegado una semana antes a bordo del vapor Imperial.

A las 14.30 del domingo 1 de enero de 1911 se inició con toda solemnidad la inauguración del monumento a Manuel Rodríguez. Momentos antes de la hora fijada llegaron a tomar colocación a lo largo de la calle Antonio Varas, las tropas del Regimiento Llanquihue al mando del capitán don Lupercio Soriano. Arribaron posteriormente, las autoridades civiles y militares, los cónsules y distinguidas personalidades de la ciudad invitadas al acto. La Plaza de Armas y calles adyacentes estaban repletas de gente.

La ceremonia se inició cuando el presidente del Club Patriótico "Cayenel" don Gabino Orube pronunció un elocuente discurso mediante el cual hizo entrega a la ciudad del monumento. "El orador, tuvo frases conmovedoras para recordar el pasado en que el hijo luchaba por desprenderse del regazo de la madre. Varias veces fue aplaudido. Acto seguido el intendente de la Provincia don Eduardo Wolleter descorrió la bandera que cubría el monumento y una descarga de artillería, saludaba la figura del insigne guerrillero. Luego la banda del Regimiento Llanquihue, comenzó a tocar los primeros acordes de Himno Nacional que fue cantado con emoción por la numerosa muchedumbre que se congregó para presenciar la ceremonia", informó al día siguiente el diario "El Correo del Sur".

En el acto, también hizo uso de la palabra el regidor don Arturo Márquez, encargado por el municipio para recibir el monumento. Terminado su discurso, se firmó un acta que se entregó para conservarla en el archivo de la municipalidad. Finalmente, las tropas del Regimiento Llanquihue realizaron un impecable desfile frente a las autoridades y público presente en la ceremonia.

Años después - en el verano de 1942 - el busto de Manuel Rodríguez, fue sacado de la Plaza de Armas y permaneció guardado durante varias décadas en bodegas municipales, hasta que en 1961 fue reinstalado en la por entonces naciente Población Libertad.

Actualmente, en una pequeña explanada de esa populosa población puertomontina, ubicada junto a la calle Avelino Bravo, entre Capitán García y Tambor José Águila, se halla el busto del guerrillero.

Se encuentra en deplorables condiciones y la mayoría de los residentes en el sector, desconoce que se trata del busto de Manuel Rodríguez.

Sería interesante rescatarlo de la situación de abandono en que se encuentra e instalarlo en el Campo de Marte, tras una necesaria restauración.

El busto tiene más de 110 años y forma parte del patrimonio de la ciudad de Puerto Montt y se merece un trato más digno.