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Historia de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario de Maullín, 2ª parte

La parroquia es una de las tres más antiguas de la Arquidiócesis de Puerto Montt. A pesar de lo que representa, hoy presenta un "riesgo estructural", por lo que está cerrada a la espera de una restauración integral. Desde diciembre de 2020 está siendo postulada a convertirse en Monumento Nacional.
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Pablo Fábrega Zelada

En la primera parte de esta columna reflexionábamos sobre la profunda influencia de las Misiones Circulares en la vasta antigua comuna de Maullín y cómo la Escuela chilota de arquitectura religiosa en madera -reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 2000- se extendió mucho más allá de la Isla Grande, marcando la identidad de toda la Patagonia.

Fueron los españoles y los indígenas reyunos (amigos de la corona) quienes fundaron la tríada de fuertes de Calbuco, Carelmapu y poco después, el de Maullín a comienzos del siglo XVII tras su abandono de Osorno. Con la expulsión de los Jesuitas de todo el imperio español en 1767, fueron los franciscanos los que continuaron con las misiones y justamente ellos fueron los primeros párrocos que escribieron y firmaron los libros de la llamada Viceparroquia de Carelmapu desde 1823, ya que en esa importante caleta estaba en ese entonces la mayoría de la población, la que alcanzó el grado de Parroquia en 1839.

Sólo hasta 1863 el párroco Manuel Lazo decide cambiar su domicilio a Maullín, ya que había aumentado mucho su población y se contaba con un templo. Sin embargo, el fuerte terremoto de 1871 le provocó graves daños, por lo que la comunidad y distintos párrocos comenzaron a realizar gestiones para construir un nuevo templo. Fue con el párroco Santiago Mayorga (1887 a 1892) cuando se cambia el nombre oficialmente a Nuestra Señora del Rosario, el 31 de diciembre de 1888.

El padre Juan Lorenzo Elgueta, párroco N°18 de la rebautizada Parroquia de Maullín, fue quien ha servido por más tiempo en esa función (1893 a 1920) y, sobre todo, fue el gran artífice, ya que bajo su gestión se construyeron los templos de Maullín y Carelmapu, los que son parte esencial de la mencionada Escuela chilota de arquitectura religiosa en madera.

El 31 de marzo de 1895 se bendice la primera piedra del actual templo, siendo el mismo párroco quien trabajó -con sus feligreses- como arquitecto, constructor y decorador, logrando inaugurar felizmente el templo de Nuestra Señora del Rosario, el 6 de enero de 1899 en una gran ceremonia presidida por el obispo de Ancud, monseñor Ramón Ángel Jara. Es probable que como fruto de su gran gestión realizada por 27 años, fue trasladado como párroco a la Iglesia Matriz de Puerto Montt.

Como lo explica el libro "Iglesias del Fin del mundo" (2006): "Nuestra iglesia es un hito dentro del poblado, destaca limpiamente sobre los techos y el horizonte. Es de planta basilical, su interior se articula en 3 naves, de las cuales la central con bóveda de crucería y más alta se extiende hasta la pared del fondo, las naves laterales de cielos rasos concluyen en un tabique adelantado con respecto al central que permite la ubicación a un costado de la sacristía y al otro un depósito de muebles y objetos de uso religioso. Los pilares sustentan una viga costanera que junto con regular con apoyos intermedios la luz de las naves, sirve de descanso a la armadura que a su vez sustenta la techumbre. Debajo de esa viga el efecto mejor logrado son los arcos curvos que constituyen una extraordinaria solución estableciendo una danza de arcos coronados por frisos y cornisas. Para evitar la humedad, los pisos están separados del suelo, dejando los pies derechos libres en su parte inferior, anclados a manera de estaca, que descansa sobre poyos de cancagua (algunos posteriormente fueron cambiados por apoyos superficiales de hormigón). Las paredes de los tabiques se encuentran provistas de numerosos vanos que le dan al interior luminosidad.

"Su terminación interior ha sido provista de una ornamentación y pintura muy elaborada y prolija que se extiende a los cielos de las bóvedas, lo que la hace destacarse en una especie de deslumbramiento por su policromía (aunque hoy ha perdido la viveza de los colores originales). El tratamiento exterior es en planchas acanaladas de fierro, que están pintadas. La torre centrada en medio de la fachada con dos niveles de cuerpos, que descansa en un dado de planta cuadrada inserta en el vértice de las aguas de la techumbre, la cual remata en una pirámide de faldones ligeramente cóncavos".

Después del padre Elgueta, fueron párrocos los sacerdotes Felipe Oyarzún (1920-1923), José David Mayorga (1923-1926), Pedro A. Navarro (1926-1936) quien también fue un gran gestor, Efraín Pérez (1937), Rogelio Gallardo (1937-1938), Guillermo Weisser (1938-1944), Daniel Muñoz (1944-1947), Pedro A. Navarro nuevamente (1947-1948), Luis Pickro (1948-1965), Alberto Kinzel (1965-1977), Jaime Ringeling (1977-1987), Ramón Vergara (1989-1990 como administrador parroquial), Álvaro Oyarzún (1990-1993), Nelson González (1993-1995), Rigoberto García (1995-1999), Jaime Villegas (1999), Celso Martínez (1999-2000), Mauricio González (1999-2001, como administrador parroquial), Marcelo Torres (2001-2007), Mirson Cayupel, 2007 como administrador y desde 2011 hasta hoy como párroco titular.

En los últimos años, el templo ha sufrido un constante deterioro. El informe de evaluación (Ord. Nº1571, del 1 de diciembre de 2017) elaborado por el arquitecto Ricardo Neira (Dirección de Arquitectura, MOP Los Lagos) indicaba que "se ha podido constatar una situación avanzada de deterioro, caracterizado por la inexistencia de protocolos de conservación y la ejecución de intervenciones parciales sin planificación integral". Por otro lado, "el inmueble presenta una acotada resistencia estática, particularmente apoyada por estructura de estabilización interior. Sin embargo, se establece como riesgo inmediato la respuesta estructural a solicitudes dinámicas (sismo, viento)". Por ello, se decidió el cierre del inmueble para uso habitual y se comenzó desde el verano 2020 a construir una nueva capilla provisoria, en el patio de la Casa Parroquial.

Desde 2019 la Municipalidad de Maullín ingresó al Gobierno Regional el Proyecto de Restauración Iglesia Nuestra Señora del Rosario, etapa de Diseño, para lo que también contrató a un equipo de tres profesionales. A fines de diciembre de 2020 la comunidad de Maullín dirigida por el padre Mirson Cayupel y el Arzobispado de Puerto Montt solicitaron al Consejo de Monumentos Nacionales su declaratoria, requisito necesario para obtener los recursos públicos. Para esa gestión fue necesaria una investigación histórica del Archivo Parroquial, la que fue financiada por la Municipalidad en 2019.

Con todo, se espera restaurar el principal ícono del Patrimonio Cultural de la ciudad de Maullín, el que el padre Gabriel Guarda OSB, en su libro "La tradición de la Madera" (1995) definió como: "Nuestra hermosísima iglesia de Maullín".