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Fiscalización en las calles
Es impresionante como se ha reducido la presencia de fiscalización en los últimos días. Basta ver cómo están las veredas de congestionadas: grandes filas en bancos, notarías, instituciones del Estado, concentración de comercio ambulante y gran flujo de personas, muchos usando de mala manera su mascarilla y sin mantener el distanciamiento adecuado.
Recuerdo a la gobernadora, hacia el mes de septiembre de 2020 (vísperas del "18"), cuando anunciaba un aumento considerable en la intensidad de fiscalización y que esperaba que la comunidad se quejara por lo estricto de la fiscalización. Lo que vemos hoy, 6 meses después de esa frase, es calles con escasa o nula fiscalización en la vía.
Para fiscalizar locales comerciales se esmeran. A algunos locales los visitan 3 ó 4 veces en la semana, pero a la calle no se le educa, no se le fiscaliza, ni se le interviene hace bastante tiempo. Es como que perdieran la vista los fiscalizadores al momento transitar por la vereda.
Comparto otra cosa curiosa: este sábado debí salir a la farmacia. Me preocupé de sacar los permisos respectivos por vivir fuera de la ciudad (c19 y comisaría virtual) y, si no fuera por el guardia de la farmacia que me solicitó exhibir mi permiso, hubiese sentido que perdí el tiempo sacando éstos. No había nadie fiscalizando.
Supongo que fue por el horario. Sin embargo, no puedo evitar sentir la siguiente inquietud: ¿Será que la autoridad bajó los brazos o se volvió apática? Quizás, y peor aún, la autoridad optó por no hacerse más cargo del control y fiscalización y nos dejó a nuestra suerte. Quizás pasa, por la mente de la autoridad, un "me cansé y cabreé de fiscalizar a estos porfiados. Que hagan lo que quieran, que salgan si quieren y, si se contagian, se contagian nomas. Después no se quejen de que les llegue la cuarentena".
La semana pasada indicaba yo, en una carta publicada en vuestro prestigioso diario, que si el barco no corregía el rumbo nos íbamos, cual Titanic, contra los iceberg: nos llegaba la cuarentena. A la luz de lo que expongo en esta carta, me asusta el pensar que el capitán y el primer oficial ya saltaron del barco y vamos a la deriva.
Espero estar equivocado. Lo peor sería que nuestra autoridad acuse inactividad cerebral, inercia o apatía y que estemos por nuestra cuenta. Bueno, seamos optimistas. Puede ser que haya sido algo puntual. Sólo que eso puntual lleva ocurriendo muchos días seguidos ya.
Autoridad, actuemos. Y actuar no significa pasar de tres a ocho visitas y fiscalizaciones a locales comerciales. Significa actuar en las veredas.
Luis Díaz Guajardo
Adiós a Richard Dodge
Hace pocos días escribía celebrando la clasificación del remero Eber Sanhueza a los Juegos Olímpicos, ahora lo hago para despedir a quien construyó el bote en que Eber aprendió a remar; Richard Dodge ha muerto.
Desde que Richard cambió su nativa Pensilvania por Chile, se enamoró de nuestro sur, de nuestros bosques e islas, y sobre todo de nuestra gente. A lo largo de 50 años en nuestro país, derrochó su enorme generosidad y su capacidad para soñar en grande, siempre buscando el bienestar de la comunidad.
Nos unió su pasión por la navegación ancestral y su amor por las embarcaciones de madera; hizo de mi casa un astillero y generaciones de chicos y chicas de Estrella Blanca aprendieron a remar en el "wherry" que aquí construyó. Su gran sueño era llevar tripulaciones locales a competir en el Atlantic Challenge; esto quedó inconcluso, tal vez en el futuro otro visionario lo logre.
Tuvo amores y aventuras, obtuvo admiración y fieles amistades; creo que fue feliz y que su vida fue plena. Adiós hermano, querido compañero de tantos bellos sueños.
Renato Alvarado Vidal
Donación de computadores
Treinta notebook regaló SalmonChile a los alumnos del cuarto año medio de Acuicultura del Liceo Politécnico de Calbuco. La entrega estuvo a cargo del representante Francisco Renner y la recepción de cada alumno y su apoderado.
Agradecieron esta importante donación el director del establecimiento, Ernesto Oyarzo, y el alcalde de la comuna, Rubén Cárdenas.
Eduardo Nievas Muñoz
Estatua de Baquedano
El manejo del caso del monumento a Baquedano está enseñando falta de liderazgo del Gobierno, así como ignorancia e inacción política. Su remoción simplemente refleja el hecho que la estatua ya no se le ve valor en un lugar público. Es decir, tácitamente el Gobierno acepta que el monumento representa ideas que ya no obedecen a nuestro tiempo, olvidando la grandeza espiritual y valor que hay detrás.
La sociedad chilena necesita ver en forma tangible los principios que veneramos; los monumentos sin duda juegan un papel importante, acrecentando el sentido público de nuestra historia. Vamos de mal en peor.
Gustavo M. Astorquiza