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Joven de 16 años murió debido a una rara enfermedad post covid

HABLA SU MADRE. Estudiante del Liceo Manuel Montt dejó de existir sin siquiera haber mostrado síntomas atribuidos al coronavirus. Tras varios días, se le detectó una consecuencia de ese virus.
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Emilio Rocha cursaría este 2021 el cuarto año medio en el Liceo Manuel Montt. Estaba ilusionado con terminar pronto el año, rendir la Prueba de Transición Universitaria (PTU) y estudiar Psicología. Era un joven de 16 años, sano y fanático del freestyle, en el que entre sus pares de la improvisación y el verso era conocido como "Sombra".

Hace tres semanas sintió un fuerte dolor en las piernas. A su madre, Lorena Navarrete, le dijo que percibía una especie de quemadura en los gemelos, en la parte baja de las piernas. "No lo pesqué mucho. Le di un antiinflamatorio y al día siguiente me dice: 'Mamá, me duelen las piernas. Siento que me queman'. Le di antiinflamatorios de nuevo", recuerda.

Al tercer día comenzó a tener fiebre, la que esta vez controló con paracetamol.

La mamá de Emilio tiene 38 años. Es Técnico de Enfermería de Nivel Superior (Tens) y trabaja en una empresa donde tiene acceso a tomar exámenes PCR y antígenos. A raíz de los síntomas de Emilio, su único hijo, y para descartar un contagio de covid, le tomó una muestra. Sin embargo, los exámenes no arrojaron presencia del virus.

Días después, el 1 de febrero, Emilio dejaría de existir en el Hospital de Puerto Montt.

Síntomas

Antes de ser internado el domingo 24 de enero en el recinto de salud puertomontino, al adolescente le aparecieron unas extrañas manchas rojas en las palmas de las manos, las que no le causaron mayor molestia.

Al día siguiente, al despertar Emilio trató de caminar, pero no pudo. Gritó de dolor. Le dolía un brazo. Tenía ojeras moradas. Luego, sus mejillas tomaron el mismo color.

A las cuatro de la tarde de ese día, Lorena lo llevó a la Urgencia del Hospital. "Le dije que la Urgencia iba a estar colapsada, que almorzáramos primero, porque íbamos a estar todo el día. Nos atendieron a las nueve de la noche. Estaba con fiebre", recordó.

Debido a sus síntomas, los médicos le diagnosticaron una miositis, consistente en una inflamación muscular que puede ser causada por una lesión, una infección o una enfermedad autoinmune.

El informe no le cuadró a Lorena, porque Emilio días antes no realizó ejercicio excesivo. Solo salió a andar en bicicleta por la costanera. No era como para romperse los músculos, pensó. "Hace unos años jugábamos rugby y entrenábamos duro. Nunca le pasó nada", agrega.

En observación

Debido a la miositis quedó en observación, a la espera de una cama desocupada y el resultado de un PCR. A esas alturas Emilio estaba con taquicardia y con manchas de la cabeza a los pies. Tenía dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor en las extremidades. No controlaba su mano y pie izquierdo. Tomaba su celular y se le caía.

"El doctor me dijo: 'démosle paracetamol'. En ese momento, yo me enojé. Pedí el alta y me lo llevé a la Clínica Puerto Montt. Ahí, antes de examinarlo, el doctor me dice: "Si es lo que dicen desde el hospital, necesitas dejarlo acá mínimo diez días y anda a admisión a preguntar cuánto es, si es que puedes pagar". Eran 5 millones 400 mil pesos. El resto podía pactarlo en tres cuotas. Era imposible", recuerda.

Se lo llevó al hospital de nuevo. Esperaron desde las nueve de la noche a las cinco de la mañana. Ya no daban más.