María Santana y su corazón de profesora
Presidenta de la Corporación de Profesores Jubilados y Montepiados cuenta los proyectos de la entidad.
Desde el momento en que jubiló, María Silvia Santana, se unió a la Corporación de Profesores Jubilados y Montepiados de Puerto Montt, entidad de la cual es su presidenta en la actualidad.
Para Santana, la institución es algo súper importante en la vida de los docentes, ya que se trata de una instancia que les permite disfrutar de las actividades que realizan, así como el mantenerse activos. "Para mí y para todos es algo que atrae porque se pasa bien. Celebramos los cumpleaños, la pasada de agosto, el 18 de septiembre, la Navidad, organizamos paseos de fin de año y realizamos exposiciones de manualidades. Todas cosas que se extrañan por la pandemia".
-Complejo estos meses sin actividades...
-Horrible, sobre todo para nosotros, los adultos mayores, porque nos condena el no poder caminar. Sufro de un problema a las rodillas y me afecta el poco caminar, porque yo todo el día caminaba. Tengo que estar encerrada, no veo a nadie, sólo veo pasar vehículos. Pero me entretengo con mis manualidades. Me levanto y me acuesto haciendo manualidades.
Aparte del cargo actual, ha tenido otros puestos en la organización, como en bienestar o en el departamento "Manos Mágicas", donde dice que se ha transformado en una "presidenta vitalicia".
Pero su esencia docente no terminó hace 20 años cuando jubiló, por lo que está al tanto de todo lo que pasa con los profesores del país y de todo lo que ha significado para ellos el desarrollar sus labores en el contexto de la pandemia. Más todavía cuando uno de sus hijos siguió sus pasos.
Por lo mismo también María Silvia Santana no comparte los cuestionamientos a los docentes, ya que para ella lo que menos se puede decir de un profesor es que es flojo o que estuvo de vacaciones durante el año pasado.
-¿Cómo ha visto la labor docente durante este tiempo?
-Yo tengo un hijo que es profesor y el trabajo ha sido más agotador que el presencial. Yo hablo por lo que veo en mi hijo, que llega agotado, me viene a ver todos los días y a veces a las 10 de la noche lo llama un alumno, 11 de la noche lo llama otro…, y yo le digo, pero cómo…, pero lo que pasa es que no todos tienen los medios para las clases virtuales. Hay que considerar que hay familias que tienen 2, 3 ó 4 hijos y cada uno tiene que tener su computador y si hay uno, el tiene debe prestarle al otro y a veces coinciden las clases. Yo lo veo con mis nietos que están en estas circunstancias y a pesar de que cada uno tiene su computador, igual tienen complicaciones. Es horrible. No todos tienen los medios y por eso los profesores tienen que estar atentos casi las 24 horas del día de lo que sucede con sus alumnos.
-¿Qué le parecen las críticas?
-A los profesores los critica gente que uno cree que puede estar agradecida de ellos. Los tratan de flojos o que están de vacaciones, lo que significa no reconocer su labor, porque yo, en lo personal, fui cura, médico y cocinera. Fui de todo, porque la gente en ese tiempo se acercaba a preguntar. Yo entré con 20 años a trabajar y debía dar consejos por problemas familiares. Por eso fui orientadora y salíamos a mariscar para que los niños tuvieran una comida diferente a la que se entregaba. Entonces, yo no sé qué tiene en la cabeza esta gente que puede criticar a los profesores en tan mala onda.
La actual dirigenta de los profesores jubilados egresó de la Escuela Normal de Ancud y su primer trabajo fue en la Escuela 47 de la Isla Maillen. Posteriormente, esta profesora de Historia y de Técnico Manual se trasladó a Puerto Montt, donde ejerció en escuelas como la 86 y en la Escuela 10, establecimiento en que estuvo dos décadas y en el cual puso fin a su trayectoria profesional.
Hogar
Santana es agradecida de todos quienes apoyan el desarrollo de la corporación ya que gracias a ello han podido cumplir con sus objetivos.
El principal es, sin lugar a dudas, abordar la situación que presentan los profesores una vez que jubilan porque no todos presentan la misma realidad y el abandono se ha transformado en una de los problemas que han aparecido durante los últimos años 15 años. De ahí que una de las iniciativas por las que más ha luchado sea por sacar adelante el hogar que construyeron en Quillaipe y que tiene por objeto poder recibir a los profesores que sufren de esta situación. Para ello la corporación adquirió dos parcelas en este sector con la finalidad de levantar el hogar.
Y para poder ejecutarlo, en 2015 el Concejo Municipal de Puerto Montt le aprobó la asignación de 120 millones de pesos, recursos con los que "logramos terminar el hogar. Agradezco al alcalde Gervoy Paredes y a su Concejo por este apoyo".
Pero ahora y luego de terminar esta infraestructura que consta de 23 dormitorios con baño privado cada uno, se viene otro desafío: su administración. "Ahora debemos buscar los recursos para poder implementar el hogar. Hay que administrarlo y los profesores activos aportan porque lo que estamos haciendo no es para nosotros, sino que para los que jubilarán el día de mañana. Es una tremenda herencia que les queremos dejar". En estos momentos, el recinto no se encuentra habitado, producto de que la pandemia ha frenado su desarrollo, sin embargo, su mantención es una de las preocupaciones de la dirigenta.
"A los profesores los critica gente que uno cree que puede estar agradecida"
"Yo fui cura, médico y cocinera. Fui orientadora. Fui de todo"