Marlene Muñoz: la purranquina que supera su enfermedad con la confección de 7 mil mascarillas
HISTORIA DE SUPERACIÓN. Con su emprendimiento genera ingresos extra y complementa su baja pensión. Heredó el talento y la máquina de costura de su madre.
Los factores decisivos de la ex funcionara del Hospital de Purranque, Marlene Muñoz Ojeda, para superar el cáncer y la quimioterapia han sido la fortaleza mental, la unidad familiar y su visión positiva de la vida. Esto ha contribuido de forma notable a una extraordinaria recuperación.
"Y por supuesto la disciplina y confianza depende en muy alto porcentaje en la posibilidad de superar la enfermedad. Además de la fe inquebrantable en Dios, ya que a partir de esa fortaleza espiritual se genera la recuperación", reflexiona.
Marlene Muñoz jubiló en septiembre de 2018 y fue intervenida quirúrgicamente en 2016, mientras era funcionaria del plantel de salud de Purranque. Siente tristeza por otras dos colegas que igualmente se enfermaron y fallecieron.
"Estábamos las tres en tratamiento. Eran mis dos amigas entrañables e ingresé al servicio con una de ellas hace 40 años. Fue una situación muy difícil de aceptar. Usé el beneficio de retiro voluntario y con ese bono pagué mis deudas. Con lo que recibo ahora con suerte pago luz y agua", admite.
Mascarillas
Marlene Muñoz trabaja actualmente en su casa: ha confeccionado con sus manos y en la máquina de coser heredada por su madre, María Ojeda, poco más de 7 mil mascarillas, utensilio esencial para prevenir contagios de covid-19.
"Me he reinventado. La única manera de sobrevivir, porque jubilé y mi sueldo es una miseria luego de haber trabajado más de 40 años en el hospital. Y como tenía mi tratamiento de cáncer, no retorné al trabajo. Eso de la renta vitalicia y la expectativa de vida de 110 años es un mal chiste. Es el peor error que cometí. Si hubiera optado por una AFP habría hecho dos retiros y creado otros proyectos", señala.
"Heredé de mi madre el gusto por la costura. Quedó viuda cuando atropellaron a mi padre. Eramos seis hermanos. Mi mamá fue modista toda su vida y con lo que ganaba nos crió. Se amanecía cosiendo y como mis dos hermanos mayores se pusieron a trabajar, con eso salimos adelante. Gracias a Dios todos fuimos bien criados. Mi madre me dejó como herencia su máquina y con esa sigo cosiendo. Y a veces también me amanezco como ella lo hacía, pero confeccionando mascarillas en esta pandemia", cuenta.
"Nos hemos reinventado en la producción local en esta emergencia de salud. Esta pandemia ha sido muy difícil para unas personas más que para otras. Sigo cosiendo mis mascarillas y voy variando en el género, para que no todos tengan lo mismo. Siempre hay stock suficiente", dijo.
Pero no sólo con las mascarillas ha logrado salir adelante, sino también con otros emprendimientos. "Este 14 de febrero, el Día de los Enamorados, tendremos una cajita muy vistosa para el picoteo, que aparte del esmero con que la hemos confeccionado en casa, lleva en su interior una porción de kuchen, pie, tortillitas caseras, capuchino, salame, queso y aceitunas. Una pequeña champaña y mojito. No es muy chica. Vale la pena para pasar momentos agradables en una fecha especial. Hay un teléfono y es el +56 932547152", indicó.
La ex funcionaria hospitalaria pertenece a la Agrupación de Emprendedoras de Purranque (AGEP) un grupo de emprendedoras que como Marlene, se han reinventado en la producción local. Elaboran mascarillas, alcohol gel, hacen clases de canto, juguetes de madera, decoraciones, repostería y hasta se atreven a construir muebles y ventanas. Todo ello está contenido en su página de Facebook y WhatsApp que funcionan como red de oferta y demanda. "Seguimos siempre disponibles para ayudar a personas que lo necesitan, anónimamente", señaló.
La purranquina quiso entregar un mensaje de esperanza en medio de la crisis sanitaria por covid-19. "Muchas veces decaí, me sentía muy mal por las sesiones de quimioterapia, pero renovaba fuerzas porque mi tratamiento fue muy largo y doloroso. Les diría que se aferren a su familia y a Dios", concluyó.
"Mi madre me dejó como herencia su máquina y con esa sigo cosiendo. Y a veces también me amanezco como ella lo hacía, pero confeccionando mascarillas en esta pandemia".
40 años trabajó Marlene Muñoz en el Hospital de Purranque, donde jubiló en 2018.