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tiene un contenedor en el frontis de su domicilio ubicado en la población Teniente Merino. "No puedo abrir las ventanas porque entran las moscas, lo que es insoportable, lo mismo que el mal olor".

Fernández dice estar cansada, ya que es común que las personas dejen colchones y basura fuera del recipiente, por lo que "tengo que estar limpiando constantemente, ya que también llegan ratones. Además, en una ocasión casi se quema mi casa porque lo trataron de quemar... no sé qué hacer".

Por lo mismo, Claudia Vera, recuerda a la comunidad que una ventaja de este sistema es que existe un calendario de tolvas, lo que le permite a la población poder dejar los residuos voluminosos, como muebles en desuso.

Además, destaca que esta infraestructura generase que disminuyeran algunos microbasurales en algunos sectores o quebradas donde la gente acudía para dejar sus colchones.

Sin embargo, lamenta que "de todas maneras hoy día se vea que en algunos sectores de Puerto Montt se hace mal uso de los contenedores al colocar residuos voluminosos, que, en algunos casos son peligrosos y generan un foco de insalubridad".

Desafío municipal

En su análisis, Rabindranath Quinteros, sostiene que la recolección de la basura domiciliaria siempre ha sido un desafío para los municipios. "Es un servicio esencial que exige un mejoramiento constante".

Además, sostiene que en Puerto Montt cualquier discusión que se genere hoy al respecto se va a centrar en cómo perfeccionar el sistema de recolección.

Para el congresista, el desafío de hoy es el reciclaje, la reconversión de basura en energía, "pero nadie pensaría que la solución es volver a las bolsas de basura".

Con el ex jefe comunal coincide el concejal Fernando Orellana (RN), para quien que se tiene que trabajar en reciclaje y en la reutilización de productos, de manera de disminuir los kilos de basura percápita, ya que la capital regional sigue creciendo y por eso se tiene que construir una ciudad más sustentable.

Por lo mismo, si bien Orellana reconoce que este sistema ha sido un avance, coloca el acento en que aún falta mucho en cuando a reciclaje.

Y si bien Quinteros sostiene que las bolsas plásticas destruidas y la basura doméstica esparcida en la calle son un recuerdo ya diluido en la memoria de los habitantes de Puerto Montt, también lo es el riesgo que corrían los trabajadores que estaban a cargo de retirar la basura desde los domicilios, según agrega el concejal Fernando España (PS).

Para el edil, se trata de uno de los aspectos importantes, ya que antes los trabajadores "se trasladaban colgando de los camiones, se repartían las casas y andaban todo el día corriendo porque el camión no se detenía", a diferencia de lo que sucede en la actualidad, que estos vehículos se estacionan en un punto desde donde extraen la basura evitando así el peligro que debían sortear para ir a buscar la basura a los domicilios.

Tanto Orellana, como España, le piden a la comunidad poder darle un buen uso a estos contenedores, ya que si ello ocurre se podrá tener una ciudad mucho más limpia y ordenada.

Avances y deudas

Entre los dirigentes sociales también piden avanzar en este tema y reconocen que se requiere de una mayor colaboración de la población.

Raúl Aburto, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Reloncaví de Puerto Montt, estima que se trató de un cambio positivo ya que desde que se instalaron los contenedores se le ha tratado de enseñar a la gente que sea un poco más ordenada, aunque reconoce que aún falta para que todos realicen el depósito en el interior.

El dirigente valora algunos avances que ha generado este servicio, ya que, según recuerda antes habían sitios rurales a los que no llegaban los camiones, por lo que la gente debía enterrar su basura; pero ahora todos los lugares tienen contenedores y también están las tolvas.

El problema, dice, es el uso, razón por la cual los dirigentes sociales han cumplido la misión de solicitarle a las personas que sean más limpias y que dejen su basura en el interior, porque afuera se generan algunos problemas. Acción que justifica que se realice "en el campo, porque no tienen que caminar tres kilómetros para ir a dejar la basura... Máximo 200 a 300 metros".

Aburto destaca que, por ejemplo, hacia la Carretera Austral los camiones pasan todos los días, a diferencia de lo que sucedía antes que ocurría una vez a la semana.

Además, recuerda que, por ejemplo, en el Parque Alerce Andino, "donde llegan personas de distintos lugares, hubo un tiempo en que estuvo cochino porque la gente dejaba su basura en cualquier parte del camino. Entonces, se logró que ingresara un camión para recoger los tambores que se consiguieron en la municipalidad, por lo que ahora este recinto está limpio".

Hernán Navarro, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Urbanas y Rurales de Puerto Montt, describe que si bien el actual sistema ha permitido modernizar la recolección y el transporte de la basura domiciliaria, debe contar con la colaboración de los pobladores y ello es un proceso que no concluye. "Se requiere una acción educativa transformadora de actitudes que comprometa a los vecinos con la higiene comunitaria".

Por eso cree que el sistema "está al debe respecto a asumir 5 aspectos importantes: la recogida de voluminosos derivados de la ausencia de responsabilidad de los grandes fabricantes que la endosan al consumidor para que eliminen los empaques y se deshagan de los artefactos desechables; aumentar la cantidad de contenedores; reciclaje en distintas escalas que parte por la gestión domiciliaria y que debiera comprometer a todo el núcleo familiar; mayor fiscalización, especialmente en cuanto al uso abusivo de los contenedores por parte de empresas y comercio; y contar con un servicio al cliente vecinal para canalizar reclamos.

Junto con ello, dice que es necesario "dirigir una mirada hacia lo que ocurre con la recolección de la basura en el sector rural, partiendo por evitar la existencia de microbasurales", los que durante el último tiempo ha disminuido, según advierte Domingo Jiménez, del Departamento de Aseo. Para Navarro, en tanto, es importante lo que suceda en las comunidades rurales, ya que se tiene que considerar que se encuentran en crecimiento y por lo mismo necesitan de mejores servicios.

22 de enero de 2001 es la fecha en la que comenzó a operar el nuevo sistema de contenedores.

300 metros tienen que caminar, máximo, en sectores distantes las personas para llegar a un contenedor, comenta Raúl Aburto.

3 meses de marcha blanca tuvo este proyecto, en sus inicios en la capital regional.