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John Lurie: el regreso del pescador que entrevistaba

HBO estrenó recién "Painting with John", programa inclasificable -tutorial de arte o confesionario nihilista- que nos acerca a la intimidad del pintor, músico y actor estadounidense.
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Breve introducción a John Lurie: en 1978 formó la banda de jazz-punk experimental The Lounge Lizards; grabó discos bajo el pseudónimo y la imagen de un cantante misterioso llamado Marvin Pontiac; actuó en películas fundamentales de la escena subterránea neoyorquina como "Underground U.S.A." (Eric Mitchell, 1980) y "Permanent Vacation" (1980), la que inauguró una estrecha colaboración con el director Jim Jarmusch. En el año 2000, tras ser diagnosticado con la enfermedad de Lyme (infección provocada por la picadura de una garrapata), Lurie entró en una espiral descendiente que incluyó extravagancias varias, como un bullado caso de paranoia ante el supuesto acoso de un hombre llamado John Perry. Sus dolencias hicieron que dejara de lado la música y descubriera la pintura. Sus cuadros asombraron rápidamente a los especialistas. El Moma compró algunos para su colección estable. Él se reinventó y escapó de la gran ciudad. Se refugió en la isla caribeña de Granada.

Para lo que nos compete, vale destacar el programa de TV que inventó en 1991: "Fishing with John", emitido en Chile por Film & Arts a mediados de esa década. Él mismo oficiaba como entrevistador de amigos como Jim Jarmusch, Tom Waits o Dennis Hopper mientras pescaban a lo largo del mundo. La premisa transgredía las reglas de la televisión en cuanto a entretenimiento. La pesca marcaba el ritmo del programa. Las conversaciones no fluían. Lurie abrazaba el tedio como arte. También la mentira. Pescando con Willem Dafoe en medio del hielo, ambos terminaban "muriendo" ficticiamente de hipotermia. La inercia y el humor intencionalmente fallido del programa eran levantados, sin embargo, por la envolvente banda sonora del show, compuesta completamente por el anfitrión.

La recientemente estrenada "Painting with John" -con un capítulo nuevo cada domingo en HBO- sigue la senda experimental de la apuesta noventera con la ironía puesta ahora en los programas didácticos de pintura que proliferaron en el pasado, especialmente el de Bob Ross, conocido como "el pintor alegre", un artista que pintaba "árboles felices" sin borrar la sonrisa de su rostro. Su programa "The Joy of Painting" se emitió en la televisión estadounidense entre 1983 y 1995.

No es casual que Lurie titule el primer capítulo de su programa como "Bob Ross estaba equivocado". Primero, trata de esbozar una sonrisa imposible. Luego, demuele la idea de que cualquier persona puede pintar ("es muy optimista pensarlo", asegura mientras pasa su pincel sobre el lienzo). Más tarde, aclara que sus árboles son "tristes y odian la vida". Como un ermitaño anciano de barba de chivo, Lurie aprovecha los tiempos pausados de la creación para decir cualquier cosa que se le venga a la mente. Su nihilismo choca con el entorno paradisíaco de su refugio. Su tono es siempre confesional. Lurie nos habla desde un encierro que parece un ocaso. En un momento nos invita a crear un poema mientras nos muestra un atardecer policromático. Nos cuenta anécdotas íntimas. Confía en el nexo fantasma de la televisión. Se pregunta qué hacemos mirando un programa aburrido y errático. No sospecha -o tal vez sí- que él ha transformado el aburrimiento en un goce cercano a la meditación.

La serie "Painting with John" muestra a John Lurie y sus sofisticadas técnicas de acuarela.


En resumen

"Painting with John" suma un nuevo episodio cada domingo a media noche. En HBO y HBO-Go.

Por Andrés Nazarala R.

fotograma

La fragilidad se abrió como un paraguas

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1-¿Cómo vienen a tu cabeza estos haikús ilustrados? -Cada historia viene del mundo imaginario que tuve de niña. De situaciones que me suceden a mí o a otra persona. También de los objetos que me rodean en mi casa, como un sofá, en el que imaginé el deterioro que el sol podría causarle a través del ventanal de la sala. A partir de ese pensamiento desarrollé el microcuento de "El sofá". Me gusta mucho jugar con la dualidad de lo banal y lo profundo. Cómo algo que puede ser tan insignificante como un sofá puede llegar a transformarse en algo que te haga reflexionar.

2-¿Quiénes protagonizan estos microcuentos? -Elementos inertes y animales que se prestan como metáfora para transmitir algo significativo. También seres humanos, los más vulnerables: niños y ancianos. Y en un par de historias hay un "yo" que no se especifica quién es. Todos estos protagonistas que son muy distintos unos de los otros, tienen en común la cotidianidad. Sus historias invitan a observar y reflexionar el día a día, que suele pasar desapercibido porque no solemos hacer la pausa necesaria para reconocer o asimilar.

3-¿Cómo se cuela la filosofía en tu vida cotidiana? -Siempre estoy reflexionando acerca de todo: mis frustraciones y sueños, mis acciones, lo que he dicho y me han dicho. Incluso reflexiono sobre aquella nostalgia por el mundo imaginario de mi infancia; ¿en qué momento mi cabeza se dejó llevar enteramente por la realidad? ¿En qué momento la fragilidad se abrió como un enorme paraguas donde paradójicamente quiere protegernos? No, no vivo atormentada con esto que he dicho, pero sí estoy en constante reflexión de quién soy y en lo que voy evolucionando cada día.


En resumen

Harriet es el seudónimo de María Cristina Menéndez, autora de los 17 microcuentos que componen el libro "¿Puedes dormir una noche entera sin frazada?". Son pequeñas reflexiones sobre lo cotidiano, ilustradas por Camil Barrales, especialista en fanzine y fotografía análoga.

Harriet pensó su primer libro como escenas de la vida moderna.

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