Permisos para salir en cuarentena
La reducción de tiempo está causando una inequidad evidente en perjuicio de quienes viven en las zonas más alejadas de la Región de Los Lagos. La reducción de los permisos puede ser funcional para una ciudad como Santiago, pero no para los sectores rurales del resto del país.
Con la incorporación de Frutillar y Los Muermos a cuarentena a contar de las 5 de la mañana de hoy, ya serán ocho las comunas de la Provincia de Llanquihue sometidas al confinamiento forzado para tratar de reducir la escalada de contagios de covid-19 que, si bien ha anotado cierto descenso en algunos lugares, sigue exhibiendo números inquietantes para la capacidad de respuesta de la red asistencial regional. De las comunas de la provincia, únicamente la alejada Cochamó ha logrado librarse de este encierro, el que está golpeando duramente a un territorio que históricamente ha encontrado en la época estival una fértil oportunidad para explotar su rico potencial turístico.
Junto con este perjuicio económico que el Gobierno debería atender con prontitud para los más afectados, las dos semanas de confinamiento que ya cumplen Puerto Montt, Puerto Varas y otras comunas de la región, está dejando otra huella de inequidad que requiere ser observada con atención por las autoridades. La reducción de los permisos temporales para salir del domicilio a realizar diversos trámites (de las tres horas de la cuarentena anterior en la capital de Los Lagos a las dos actuales) está provocando severas dificultades a quienes viven en sectores urbanos alejados del centro de las ciudades confinadas y en las zonas rurales, por el prolongado período de tiempo que deben permanecer en la locomoción colectiva para llegar a sus lugares de destino.
En un país tan centralista como Chile, casi con toda certeza la disminución de las horas de permiso debe haber sido adoptada en consideración de una ciudad como Santiago, donde la oferta de transporte público y la localización de servicios repartidos en la ciudad permite efectivamente utilizar de forma eficiente las dos horas actuales. Pero en un territorio como el de Los Lagos, aquello es francamente una fantasía. Quienes viven en lugares como Chamiza o la Carretera Austral, por ejemplo, ocupan al menos una hora de su tiempo en locomoción, acortando sustantivamente sus posibilidades.
Esta es una medida que necesariamente debe ser reforzada, pues tampoco es factible dejarla en manos de la flexibilidad de quienes ejercen las tareas de fiscalización.