Hallan más rastros: el agua fue traída por meteoritos a la tierra
VIDA. En la etapa de formación del planeta, un tipo de rocas espaciales conocidas por su capacidad de albergar agua habrían traído este elemento al planeta desde las órbitas de Marte y Júpiter y, por consiguiente, el desarrollo de la vida.
Efe
Químicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) dieron a conocer nuevas pruebas de que una clase de meteoritos, conocidos como condritas carbonácea, trajeron el agua a la Tierra en su período de formación, es decir, la vida.
Los científicos explicaron que las condritas carbonáceas contienen minerales capaces de retener agua y materia orgánica, los que podrían haber tenido un papel importante en el enriquecimiento de estos componentes en la Tierra primitiva.
El investigador de la UAB Albert Rimola recordó en entrevista a con la agencia de noticias Efe que, según una de las tesis actuales, "estos meteoritos podrían haber facilitado el transporte de estos compuestos que se acumulaban en las regiones externas del llamado disco protoplanetario -área circular alrededor de una estrella, con una alta concentración de materiales -, a partir del cual se formaron los planetas del sistema solar hace más de 4.500 millones de años".
"Hay un gran debate sobre el origen del agua en la Tierra. Un paradigma postula que gran parte del agua proviene de cuerpos asteroidales externos, como cometas y meteoritos, que llegaron a la Tierra una vez esta ya estaba formada", agregó Rimola, señalando además que "otro paradigma sostiene que la Tierra fue formada por cuerpos rocosos ya ricos en agua y que, por tanto, el origen del agua es intrínseco a la formación de la Tierra".
El químico explicó que las condritas carbonáceas son meteoritos que provienen de cuerpos que no se fusionaron con los planetas, pero que se formaron en las mismas zonas del disco protoplanetario donde se formaron los cuerpos que sí dieron lugar a los planetas.
"Por tanto -agregó Rimola -, las condritas son un legado fósil de la creación de los planetesimales (semillas de los planetas, cometas y meteoritos) que aportan información de primera mano sobre los procesos de agregación de los primeros bloques formativos de los planetas, pero también para identificar procesos que pudieron suceder en el mismo disco protoplanetario".
En el estudio, los investigadores analizaron meteoritos de la familia de la condritas carbonáceas pertenecientes a la colección Antártica de la Nasa y de rocas encontradas en Murchison (Australia, 1968) y Renazzo (Italia, 1824).
Rimola precisó que "los cálculos revelan que billones de toneladas de condritas carbonáceas pudieron llegar a la Tierra hace 3.800 millones de años, coincidiendo con el llamado 'Gran Bombardeo', momento en que la Tierra recibió una cantidad desproporcionada de meteoritos, debido a una desestabilización gravitatoria del cinturón principal de asteroides (ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter)".
El estudio, además, apunta que la presencia de agua en las condritas carbonáceas "pudo activar reacciones químicas que dieron lugar a la formación de moléculas orgánicas complejas, que pudieron ser importantes en la evolución química primordial que dio lugar en última instancia la aparición de la vida".
1824 data una de las rocas condritas carbonáceas con que fue hecho el análisis, encontrada en Italia. Otras pertenecen a la Nasa.
3.800 millones de años