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a comunicarse todos los días, ya sea por teléfono o por WhatsApp.

Una tradición para ellas era conversar mientras Claudia se dirigía desde su casa a su fuente laboral, lapso en el que aprovechaban de "copuchar", según recuerda Jessica. También era habitual que se juntasen para ir a comer algo al centro.

Jessica fue la primera en trasladarse de Maillen a Puerto Montt. Luego lo hizo Claudia. Ya en la capital regional vivieron juntas un tiempo hasta que Claudia inició su vida junto a su pareja, Irsio Hernández, con quien tuvo a su primer hijo a los 16 años.

Jessica también fue madre ese mismo año, por lo que sus hijos crecieron juntos.

La mayor de las hermanas es enfática en asegurar que no descansará hasta encontrar a Claudia y saber qué fue lo que le ocurrió. Su vida cambió, aunque los fines de semana sigue trabajando en la Feria Alerce Sur, Sindicatos del Futuro, donde ha tenido mucho apoyo de la gente.

Después del 2 de diciembre de 2019, su día a día sufrió un giro radical, ya que ha tenido que reorganizar sus tiempos y preocuparse mucho más de su mamá.

"He tenido que reorganizar mis tiempos. Por ejemplo, si la búsqueda es en la tarde, en la mañana dejo el almuerzo para poder andar tranquila", cuenta.

Jessica forma parte activa de las jornadas de rastreo. Y es que "si me quedo sentada en mi casa estaría peor psicológicamente".

Tampoco ha tomado ayuda con algún psicólogo, pues "no sanará lo que tengo. Prefiero estar en la búsqueda, junto a un grupo que es muy humano y muy aperrado. Siempre he dicho que es la gente la que nos da la fuerza para seguir adelante y hemos tenido mucho apoyo. Siempre están pendientes y preguntando por nosotros".

Para Jessica este tiempo ha sido bien difícil. "Se extraña harto y seguiré luchando hasta encontrarla", afirma.

Es ella quien tiene a su cargo el contacto con el abogado y con la fiscal del caso.

"Todo eso lo llevo yo, así como la búsqueda que realizamos junto a un grupo de brigadistas. Somos como 25 las personas que salimos casi todos los días para recorrer distintos lugares", comenta.

Punto de encuentro ha sido Valle Volcanes. Desde ahí inician el tránsito por distintos ríos y sitios eriazos.

"En mi opinión, no está en Valle Volcanes, por lo que es nuestro lugar de encuentro para salir hacia otros sectores. Y si bien el celular y la chaqueta se encontraron en este sector de Puerto Montt, en mi opinión no está ahí".

Dolor y angustia

Claudia Agüero e Irsio Hernández se conocieron muy jóvenes en la isla Maillen, pero su relación comenzó cuando vivían en Puerto Montt.

Ambos formaron una familia. "Una familia que llegó a tener un hijo de 18 años e hija de 12 años... Habíamos logrado nuestras cosas; pero el destino, a veces, te pone obstáculos en la vida", cuenta su pareja.

Irsio Hernández recuerda que en sus inicios arrendaron, pero luego compraron un terreno en el sector de Lagunitas donde construyeron su casa.

No fueron tiempos fáciles, pues cuando llegaron a vivir a su propiedad el lugar no contaba con los servicios básicos.

"Hemos luchado harto... Nos costó terminar nuestra casa y cuando llegamos no había luz ni agua; pero pasado el tiempo se formó un comité y comenzaron a instalar el tendido eléctrico", relata.

Después solucionaron el tema del agua potable, ya que en un comienzo un camión era el encargado de llevarles este vital elemento. "Nos ha tocado duro. Y parece que no nos quiere soltar la vida dura", se lamenta.

Hernández cuenta que para sus hijos este año ha sido muy duro. Más todavía que producto de la pandemia han

"En mi opinión, no está en Valle Volcanes, por lo que es nuestro lugar de encuentro para salir hacia otros sectores"

Jessica Agüero

"Mi hijo vuelve demasiado derrotado cada vez que buscamos. Vuelve agotado. Él quiere encontrar a su mamá. Tenemos que salir adelante".

Irsio Hernández